Desarrollo Forestal dialogó telefónicamente con Hugo Escalada, presidente del Instituto Forestal Provincial (InFoPro) de Misiones. “El Instituto intenta superar la dicotomía sector privado-sector público”, afirmó. Y agregó que cuando se dice que el sector privado no estuvo cómodo con la fijación de precios de chips y raleos es “una parte del sector privado. Las cooperativas forestales […] estaban chochas de la vida de que fijemos un precio porque la materia prima no valía nada”. Primera parte de una extensa conversación exclusiva.
– Ya hemos publicado noticias y resoluciones del Instituto en el periódico, pero me interesaría que hicieras una presentación de cómo está conformado y de los objetivos que tiene.
– Primero, es un Instituto que se crea tras una ley provincial vigente. Segundo, la definición técnico jurídica es “ente público no estatal”. Sin embargo, el financiamiento para que funcione el Instituto lo provee el Estado provincial ¿Por qué “no estatal”? No puede formar parte este Instituto del esquema gubernamental por dos cuestiones. Primero y principal, porque está integrado mayoritariamente por representantes del sector privado. Integran el Directorio nueve directores y un Órgano Asesor. De los nueve directores, sólo uno representa al Estado. Los otros ocho son del sector privado (ver recuadro). Dos son representantes de la industria; dos son representantes por las cooperativas forestales; dos por los trabajadores y dos por los pequeños productores. No hay en el Instituto un esquema de subordinación, y no lo puede haber porque el único integrante del Estado soy yo. El resto son todos del sector privado. Las decisiones son votadas y aprobadas por el directorio, no son decisiones del Estado.
– A grandes rasgos, ¿cuáles son los objetivos del Instituto?
– Hay varios objetivos, pero voy a definir los más prioritarios. A diferencia de otros sectores, el sector forestal ha sido un sector que siempre se ha desarrollado de una manera muy anárquica, con pocas regulaciones y con, yo diría, una ausencia absoluta de información fidedigna de datos y, si se quiere, de transparencia. El sector forestal siempre operó como se puede operar en un mercado informal. Durante décadas en Misiones era el sector que más negreaba (sic), que más personal en negro tenía. Habrás leído noticias en medios nacionales de gente viviendo en condiciones deplorables en medio del monte y trabajando y viviendo en unas carpitas negras. Se fue desarrollado de una manera muy informal. Eso ha ido mejorando con los años. El sector forestal misionero se ha ido formalizando con los años, pero hay esquemas que son necesarios si nosotros queremos potenciar al sector forestal en Misiones. ¿Qué significa? Significa que el sector forestal empiece a superar las vallas que ha tenido durante mucho tiempo y que le ha impedido que llegue a ser lo que debiera ser. Hoy se puede decir que Misiones es una provincia forestal porque gran parte del aporte del PBI provincial sale del sector forestal.
– También se resalta siempre la incidencia que tiene el sector en la generación de mano de obra provincial.
– Exacto (enfatiza). Un sector de estas características es un sector diferencial para la economía provincial y tiene que estar munido de un montón de cuestiones. Por ejemplo, información de primera línea para poder tomar decisiones. Por ejemplo, en estos meses se plantea si hay que exportar rollos o no. Hay que tomar ese tipo de decisiones en base a datos. ¿Hay madera para exportar? Todo este tipo de informaciones son escasas. Se necesita un Instituto para generar esas informaciones y para que el sector en su conjunto tome las decisiones.
Instituto Forestal precios chips raleos
– Cuando se fijaron los precios de chips y raleos el sector privado, para decirlo de alguna forma, se sintió invadido. ¿Cómo se implementó la medida y cómo está en la actualidad? Porque al principio nos llegaron comentarios de que se había dejado de comprar el chip y eso traía inconvenientes a aserraderos y a algunos productores, en el caso del raleo.
– Buena pregunta y la voy a contestar en partes. Cuando vos decís que el sector privado no se sintió conforme, estás hablando de una parte del sector privado. Las cooperativas forestales son privadas, no son del Estado. Y estaban chochas de la vida de que fijemos un precio porque la materia prima no valía nada. Para aclarar. El Instituto intenta superar la dicotomía sector privado-sector público. Y esto es muy importante resaltarlo. Hay que salir de esta dicotomía no sólo en Misiones, sino también a nivel nacional. Cuando vos escuchás al sector privado se vive quejando de los errores del Estado. Sin embargo, cuando vos ves la acción del Estado en el sector forestal, no existe en ningún otro sector. No hay ningún otro sector de la economía argentina en la que el Estado subsidie al sector privado. Cada vez que el sector privado se queja del Estado, al otro día le está pidiendo concesiones al Estado: que baje las retenciones a las exportaciones, que le mejore la infraestructura, que mejore los tendidos eléctricos, que les saque los impuestos a los repuestos importados… O sea, hay una suerte de un discurso muy loco en el cual yo puteo (sic) al Estado, pero a su vez le pido concesiones. El sector forestal nacional nació a la luz de aportes del Estado como ningún otro sector. Ni la soja, ni la yerba, ni el trigo, ni el tabaco se cimentaron con los aportes del Estado con los que se sostiene el sector forestal. Entonces no debiera haber una dicotomía entre los dos sectores porque tiene que haber una sinergia (enfatiza). A eso apunta el Instituto. No hay otro organismo así en el país. Por primera vez en la historia están sentados en la misma mesa, cara a cara, todos los representantes del sector. Si el sector pastero dice alguna mentira el que está enfrente -que es el que le provee la materia prima- le dice: “No, esto no es así”. Es un ejemplo. No hay teléfono descompuesto. Cada vez que sesionamos estamos uno frente al otro. Y esto en necesario para salir de esta dicotomía donde siempre se le tira la pelota al que está enfrente. Acá se discuten los temas y se vota.
– Queda claro. Pero también hay que considerar que la fijación de precios en Misiones también influye en provincias como Corrientes y Entre Ríos. Es más, nos han consultado desde Patagonia porque en todo el sector nacional repercute lo que sucedió en Misiones con la fijación de precios.
– Bueno. ¿De dónde viene el tema de la fijación de precios? En cualquier economía hay fijación de precios. Vos tenés todos los días en Santa Fe y en Buenos Aires las pizarras de granos en la que se ve los precios de soja, trigo y maíz. A las 6 de la mañana el mercado de Liniers fija en Buenos Aires el precio de la cabeza de ganado. En Misiones existe el Instituto Nacional de la Yerba Mate, el INYM. Cada seis meses fija el precio de la yerba. El tabaco tiene su precio, la mandioca también. El único producto que no tenía fijado un precio, ni siquiera de referencia, era el sector forestal. Acá se pagaba lo que se les cantaba. Se puede decir que es el juego de la oferta y la demanda. Sííí (arrastra la “í”), en un sector donde vos tenés muchos oferentes y muchos demandantes opera la ley de la oferta y la demanda. En Misiones tenés uno o dos monstruos, como Alto Paraná y Papel Misionero, que rompen cualquier esquema de oferta y de demanda donde el precio se fije libremente. Porque los volúmenes que ellos comercializan hacen ellos que pongan el precio que quieren. Y si no querés, ellos consumen su propia producción.
– ¿El consumo de subproductos para generación de bioenergía está teniendo algún peso para cambiar esas condiciones del mercado?
– La fijación de precios está hecha en base a estudios técnicos. Cuando se vota una decisión del Instituto, por ley, necesita un dictamen previo de un órgano asesor. Esto significa que primero tiene que haber un dictamen técnico del tema a votar. Ese órgano asesor que tiene el Instituto está conformado por la Facultad de Ciencias Forestales (UNaM) y por el Colegio de Ingenieros Forestales de Misiones.
Leer: Colegio de Ingenieros Forestales de Misiones: “profesionalización”, tras Res 22/2021
Foto: Gentileza Primera Edición.