Una experiencia de gestión sostenible de la madera para producir bioenergía

(Buenos Aires, 8 de julio de 2011). El jefe de Gestión Forestal del Departamento Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno español de Navarra, ingeniero Fermín Olabe, ofreció una conferencia sobre Bioenergía en uno de los salones de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, invitado por el Programa Nacional de Bosque Modelo de la Dirección de Bosques. Desarrollo Forestal fue el único medio presente.

Quince personas participaron el 16 de junio, a partir de las 16, de la conferencia que ofreció el funcionario del Gobierno de Navarra junto con el gerente de la Asociación Forestal Navarra Nafarroako Baso Elkartea, Juan Miguel Villarroel. Ambos habían arribado a Buenos Aires una semana antes, en lo que fue un viaje de difusión e intercambio de información sobre el uso de la madera de forma sostenible en el marco de manejo forestal.

En este sentido, el Gobierno autónomo de Navarra y el Estado nacional argentino realizaron trámites administrativos para fomentar el intercambio de información y de formación referentes al mundo forestal, desde gestión forestal, planes de manejo y dendroenergía entre ambos países.

Una vez más, Desarrollo Forestal fue el único medio de comunicación presente en la jornada y a continuación comparte la experiencia que relató el ingeniero de montes Olabe.

Navarra

El ayuntamiento de Navarra es una pequeña porción dentro del territorio de España. Tiene 10.400 kilómetros cuadrados de extensión y 6.030 habitantes (59 personas por kilómetro cuadrado y 4 de cada 10 vive en un pueblo; éste último es un factor muy importante cuando se habla del aprovechamiento de recursos naturales y del sector primario). La renta per cápita es de € 30.614 y está muy por encima del promedio de España y de la Unión Europea.

Navarra se ubica en una bahía que separa a Francia de España, sin salida al mar, pero con una confluencia climática que genera excelentes condiciones productivas con todo tipo de sistemas forestales. Las precipitaciones son medias, hay zonas con 3.000 precipitaciones al año y otras con sólo 300 precipitaciones al año. Todo esto se da en una distancia kilométrica de 150 kilómetros. Es impresionante que en Argentina la gente conduzca 2.300 kilómetros desde Patagonia, por decir un ejemplo, para asistir a una conferencia, o de Misiones, Formosa.

El esfuerzo argentino por venir a las jornadas en España no existe. La diversidad climática hace que los sistemas forestales sean también muy diversos. Navarra tiene sistemas forestales que van de especies de frondosas (latifoliadas), de caducifolias hasta coníferas, mediterráneas, atlánticas. Alrededor de 6.000 hectáreas son de terreno forestal, esto es el 65 por ciento de toda la provincia.

En los últimos 20 años la superficie arbolada se ha incrementado en un 24 por ciento, en algunas otras zonas del planeta esto sería una maravilla, en casos como el caso de Navarra significa muchas cosas: primero, que los árboles tienen una capacidad de adaptación impresionante. Segundo, que si se deja el terreno inmediatamente al día siguiente se encuentra un árbol echando una semilla. Y tercero, que la política de desarrollo rural no es buena. En Navarra prácticamente no se planta. Por lo tanto, los árboles están invadiendo terreno que antes se usaban para otras cuestiones (ganadería, agricultura). El 80 por ciento de los bosques son autóctonos y muchos de ellos son especies que están hace 4.000 a 5.000 años, algunas introducidas por los romanos y otras vienen de antes.

El haya es la especie que más territorio ocupa, algo así como 145.000 hectáreas, lo que representa un tercio de toda la Península Ibérica y son bosques autóctonos muy bonitos. Es muy importante que todos los bosques nativos se aprovechan. De ahí se extraen productos, se utilizan los recursos y el reto y la realidad es aplicar una gestión forestal sostenible y todas las asociaciones ecologistas están de acuerdo con ello.

Los bosques tienen un propietario, el 60 por ciento pertenecen a ayuntamientos (municipalidades), el 30 por ciento son de propiedad privada y el 10 por ciento pertenece al Gobierno de Navarra. La superficie media de un monte público de Navarra es de 2.000 hectáreas. Estuvimos reunidos con gente de Patagonia y un propietario forestal nos dijo que quería plantar 2.000 hectáreas y tenía una finca de 55.000 hectáreas, y con eso nosotros ya montamos una asociación. Es decir, que la superficie media es muy pequeña y la de los privados es de 2,5 hectáreas, es un minifundio muy importante.

Otra cosa muy importante a saber es que si el bosque no genera beneficios no lo cuida nadie. En Navarra hay un problema de incendios forestales en los bosques mediterráneos porque no los cuida nadie, pero en los bosques atlánticos también hay un problema de modificación de especies, con lo cual el hecho de gestionar o de obtener beneficios no necesariamente significa que se obtenga sólo madera. El monte tiene que dar beneficios para que se invierta en el monte, por lo que tiene que ser económicamente sostenible.

¿Por qué usar madera?

El IPSC dice que hay que incrementar el uso de los productos de la madera, que son almacenes de carbono en toda su vida útil. La biomasa forestal como fuente de energía es muy importante. Los bosques son sumideros de carbono, pero los bosques súper viejos ya no lo son. Este problema lo vamos a empezar a tener en España y en Europa en general porque un árbol de 300 años ya no fotosintetiza lo mismo.

La propia Comisión Europea dice que un mayor uso de los productos de madera estimulará la expansión de los bosques europeos. Esto significa que si no se obtiene un beneficio nadie va a estar interesado en seguir con el ámbito forestal. Y, además, se reducirá la emisión de gases de efecto invernadero. El problema de la Comisión Europea es que ya en un gobierno como España tenemos 17 comunidades diferentes y si cada una hace lo que quiere, pues imagínense en la Comisión Europea con 27 países miembros.

La ventaja del uso de la madera, desde la perspectiva forestal, es porque mejora y mantiene los bosques, porque existe en Europa un altísimo porcentaje de masas forestales abandonadas, en las que antes se extraía leña o carbón, pero ahora ya no y en contraposición se trae gas de Argelia.

Otro beneficio es la generación de puestos de trabajo en el mundo rural, cuando debería ser el principal beneficiario y asentar ese trabajo. Si dentro de 20 años todo el mundo se ha ido a la ciudad, no quedará nadie para trabajar y se tornará un verdadero problema de mano de obra. Otra ventaja de la madera es que reduce la emisión de CO2 hacia la atmósfera.

Siempre hablamos del uso de la madera de forma sostenible en el marco de planes de manejo. Navarra esta ordenada en su conjunto, el 84 por ciento de la madera que se utiliza es certificada en gestión forestal sostenible.

Dos tercios de la energía utilizada en los edificios europeos la gastan los hogares y esto es una barbaridad, con lo cual si se consigue una mayor eficiencia energética y una utilización de energía renovable en los hogares el consumo debería reducirse. Esto es normal, es producto del cambio climático también.

Tal es así que en el norte de España habitualmente se utilizaba calefacción en invierno, pero ahora nieva menos y hace más calor en verano entonces también tenemos aire acondicionado y en el sur de España pasa lo mismo, pero al revés. De modo que se está incrementando el uso de la energía en los hogares, es un hecho evidente.

Uso de la biomasa

Utilizo los términos biomasa y dendroenergía indistintamente, pero no estrictamente se refieren a lo mismo. La dendroenergía es energía proveniente de dendro, que es madera, y biomasa forestal seria para uso energético. La FAO define dendroenergía como toda la energía obtenida a partir de biocombustibles sólidos, líquidos y gaseosos primarios y secundarios derivados de los bosques, árboles y otra vegetación existente en terrenos forestales.

Así, por ejemplo, una caldera de biomasa de 100 kilovatios de potencia en la casa en un pueblo puede reducir en 40 toneladas anuales las emisiones de CO2 a la atmósfera y la sustitución del consumo de gasolina por biomasa forestal en una vivienda de 80 metros cúbicos supone una reducción anual de unas 4 toneladas de CO2 al año. Esto es lo que hay que transmitir a la gente para que por sí mismos puedan tener una herramienta para mejorar el ambiente. Hay que transmitir y difundir la información.

Nuestros abuelos en el norte de España siempre se calefaccionaron con leña. La única diferencia es que la biomasa es más eficiente. Es importante que los ministerios de los Gobiernos tengan un mensaje común para recomendar a la gente qué utilizar para calefaccionarse.

Al menos el 60 por ciento del cambio climático puede atribuirse a las emisiones de CO2 consecuencia de actividades humanas, principalmente la quema de combustibles fósiles, que contribuye con emisiones anuales de 6 billones de toneladas de carbono. Un 85 por ciento de la energía necesaria para mantener nuestro actual ritmo de vida proviene de combustibles fósiles.

Por lo tanto, el aprovechamiento de biomasa forestal es una oportunidad para el sector forestal en algunos países; en otros ya es un hecho, lo cual representa una oportunidad para movilizar madera y aprovechar los recursos forestales, para gestionar los montes; en algunas ocasiones los montes están abandonados porque no producen valor. Esto también es un reto para el mundo forestal y medioambiental para saber gestionar correctamente los montes.

Hay que pensar, planificar y luego aprovechar. Hay que demostrar que hay una gestión forestal sostenible en lo económico y en lo social para gestionarla de forma integrada. Yo critico mucho a todas las administraciones que están separadas, entre ellas la argentina, que unos llevan plantaciones, los otros nativos y no puede ser porque el bosque es un todo.

Diagnóstico del sector forestal en Navarra

La cantidad de madera aprovechada es mucho menor de lo que podría ser. Tenemos puntos débiles porque hay ausencia de apuestas firmes. Por ejemplo, un hospital se puede calentar con la madera procedente de un único valle y es la mejor forma de mantener los puestos de trabajo en un monte. Sin embargo, no hay una apuesta firme, multidisciplinar, por parte del Gobierno.

También hay una ausencia de estrategias comunes, claras y con objetivos. Hay normativas cambiantes, y en ciertos casos contradictorias. Fomento aquí, pongo restricciones allá. Esto es muy habitual: una normativa de biomasa fomenta la biomasa y de repente una normativa de arquitectos fomenta el PUBC. También, si la estructura forestal es un minifundio es una restricción porque impone que las parcelas sean pequeñas, hay escasa mano de obra local, hay montes sin beneficios. La estructura de la propiedad, principalmente la privada, es un factor limitante. La industria forestal demanda estabilidad en la oferta y estabilidad en los trabajos. Todavía hay industrias y hay municipios cuya principal fuente de ingresos es la madera.

Además, hay una demanda creciente de biomasa por parte de la industria y, por otro parte, antiguas ideas conservacionistas aún permanecen en la sociedad urbana. También hay un incremento continuo de instalación de calderas. Conclusión, hay muchos efectos negativos, pero hay que tomar acciones y avanzar.

Movilizar el recurso

Ya dijimos que hay muchas restricciones en el monte para sacar el recurso. Entonces ¿cómo hacer para movilizar los recursos para fines energéticos sin afectar a otros sectores? Todas las acciones se deben llevar a cabo de manera integral. Esto implica hablar con los propietarios sobre la industria y la biodiversidad. Los gobiernos tendemos a la regularización obligatoria, pero es un error muy típico recién hablar con los propietarios en la etapa final.

Esto en conservación también es un error; estoy en un grupo de expertos de la Comisión Europea de Conservación versus Producción y se ha demostrado que todas las políticas de conservación que se intentaron aplicar y fallaron fueron porque no se los escuchó e involucró a los propietarios desde un primer momento. Esto está pasando en el ámbito forestal, tanto en la parte de producción como de conservación.

Los aprovechamientos deben ser llevados a cabo en el marco de una planificación; todo tiene que estar sobre planes de manejo o bajo directrices forestales que aseguren la sostenibilidad del recurso.

En Navarra se plantea como objetivo principal utilizar los recursos procedentes de los montes. Esto no es contrario a la posibilidad de establecer plantaciones específicas.
Las principales acciones que hemos ejecutado en Navarra en el ámbito de la biomasa forestal son: establecimiento de la Mesa de Madera, que es un foro en donde están los propietarios de las industrias que está presidido y es donde realmente podemos debatir con todos los actores del sector.

También hemos cambiado la legislación porque tenemos que suministrar que la biomasa tener los contratos de suministro de larga duración que necesita. De esa forma, se cambiaron las legislaciones que habían quedado obsoletas y creamos planes sub-regionales de aprovechamiento.

Con la Asociación de Propietarios realizamos agrupaciones de propietarios con dinero del Gobierno y gente de la asociación, trabajando conjuntamente para lograr cerrar planes de manejo para todos ellos en conjunto y que la madera sea de todos. Empezamos trabajando con 4.700 hectáreas de bosques privados, aproximadamente 150 propietarios, con un tamaño medio de 36 hectáreas y la gran mayoría menos de 5 hectáreas. Estos montes de la nada están manejados y certificados. El paso siguiente es que estos productores obtengan beneficios. Un servicio forestal no es una unidad normal de un Gobierno, para funcionar bien somos casi una ONG.

Otro ejemplo de aprovechamiento sub-regional es al lado de Pamplona. Se tratan de pueblo muy urbanos, todo el mundo allí trabaja en la industria y no tienen una conexión con el ámbito rural. Fuimos con técnicos y nos encontramos con 5.088 hectáreas de bosque mediterráneo. A partir de ahí nos propusimos hacer contratos de suministros con una empresa que lo va aprovechar para biomasa forestal y todos los años podría extraer 17.000 metros cúbicos de madera de forma sostenible, bajo planes de manejo. Esta una posibilidad que existe, para la cual se juntan todos los ayuntamientos.

Proyectos de aprovechamiento energético

El Gobierno de Navarra fomenta prioritariamente el establecimiento de pequeñas plantas a nivel local. Esto es que existan plantas en valles que aprovechen sus montes. Con esto los propietarios pasan de vender madera a vender kilovatios por hora y, consecuentemente, obtener mayores beneficios. Además, se generan nuevos puestos de trabajo en la zona rural.

Así, es importante que los propietarios participen y que la industria participe porque los dos grandes cuellos de botella de la biomasa son los costes de extracción de la madera del monte y la sostenibilidad en el suministro. Si los alcaldes están dentro del proyecto, la sostenibilidad está solucionada.

El municipio de Ultzama, que es un ayuntamiento de Navarra, está calefaccionando con biomasa 10 edificios con una superficie total de unos 11.000 metros cuadrados, con 16 servicios (lo que significa 16 puntos de calor) suministrados de calefacción ACS por biomasa y dos servicios, que son una escuela infantil y almacén de 220 metros cuadrados y 200 metros cuadrados, respectivamente. Alejados del radio del centro de distribución a
unos tres kilómetros.

Todos ellos conectados por una red de tuberías a partir de la biomasa que se recolecta de sus montes. Hasta hace 3 años eso se colectaba con gasoil. Ahora estamos hablando de calefacción y de agua caliente sanitaria. El ahorro es de 410 toneladas de emisiones de CO2 por año, sin mencionar que se han creado 4 puestos de trabajo y se ha empezado a manejar el bosque, que hasta ese momento no tenía ningún tipo de aprovechamiento.

Anteriormente, el consumo total de esos edificios era de 130.000 litros con un costo de € 103.920. Ahora el costo total es de € 46.700 (de extracción porque son sus propios montes) y se han consumido 405 toneladas de astillas, 30 toneladas de pellets de madera por un importe de € 46.700, aprovechamiento de los recursos de biomasa disponibles, en forma de astillas, aserrín, podas y pellets. El Municipio de Ultzama cuenta con el primer complejo de edificios públicos con certificación “GREEN BUILDING” en Navarra y en España.

Tareas pendientes

La biomasa forestal no debe ser entendida como el aprovechamiento de residuos, sino que es un producto forestal más, muchas veces el único.

Los gobiernos deben asegurar una gestión sostenible de los recursos forestales a través de las técnicas ya existentes y de una correcta formación y participación de los propietarios. La biomasa debe ser vista como un producto más del sector forestal.

Los gobiernos deben fomentar el uso energético de la biomasa forestal (la normativa debe tomar en consideración las características del sector). Apuesta clara. Las políticas de primas y subvenciones deben ser adecuadas. De la misma forma, se deben establecer las herramientas para asegurar un suministro constante de materia prima con garantías de sostenibilidad.

Aquellos que hoy fomentan el uso de la madera y la biomasa, algo muy positivo, pero que demonizaron de forma generalista el aprovechamiento forestal deben, utilizando sus magníficas herramientas mediáticas, trasladar el mensaje de la importancia de su (siempre procedente de una gestión sostenible). Arquitectos e ingenieros civiles deben informarse sobre la biomasa, utilizarla y exigir una procedencia sostenible de la misma. Las universidades deben formar. Los colegios tienen la obligación de educar sobre el uso de la madera y la gestión forestal.

Foto e imagen: Desarrollo Forestal y gentileza expositores.

Más información en Desarrollo Forestal impreso de junio (Año XX, número 196).

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