Construcción sustentabilidad diseño preservación: Refugio Impluvio fue desarrollado con madera de mañio seco, de pino termotratado y de pino insigne industrializado. Se destaca por el manejo de la luz en su interior y por respetar la zona en que se emplaza, desde su construcción hasta nuestros días. Está en la reserva biológica de Huilo, Chile, ubicada en la zona cordillerana de la Región de Los Ríos, alberga variadas expresiones de la naturaleza y una enorme cantidad de ecosistemas vivos. Fuente: Madera 21.
Conversamos con su arquitecto para conocer más de esta obra inmersa en una de las zonas de preservación natural más importantes del país.
La reserva biológica de Huilo Huilo, ubicada en la zona cordillerana de la Región de Los Ríos, alberga variadas expresiones de la naturaleza y una enorme cantidad de ecosistemas vivos.
En sus más de 100 mil hectáreas de bosque húmedo templado, es posible encontrar una diversidad de especies única en el mundo.
Hablamos de flora y fauna protegida bajo pilares de conservación, turismo sostenible e integración comunitaria. Es en medio de este pulmón verde que una apuesta por la arquitectura sustentable destaca entre el panorama boscoso y de alta densidad arbórea.
Se trata de Impluvio, un refugio cordillerano inmerso en estos territorios, cuyo diseño buscó el menor impacto en su entorno, gracias también a la madera.
El material que predomina en esta estructura construida análogamente, comenta desde la oficina SAA, Sergio Araneda. El arquitecto a cargo, quien brinda más detalles de la obra terminada en 2020.
Diseño sustentable, pasivo y activo
El ímpetu en producir el menor impacto en la reserva Huilo Huilo se tradujo en varias aristas del diseño de Refugio Impluvio, las que este arquitecto diferencia entre lo “sustentable pasivo” y lo “sustentable activo”.
El primero alude, por ejemplo, al estudio y buen manejo de la luz que se desarrolla en la planta cuadrada, de 11 metros por cada lado, donde un vacío central, de 3,5 metros de lado, nutre la vista con el paisaje del lugar.
La copa de los árboles cercanos, la extensión del cielo, la lluvia y la luz son parte de las gratificaciones del espacio, aunque este último punto es uno de sus atractivos más claros.
Y es que esta verdadera entrada de luminosidad se cierra perimetralmente, con un muro de cristal, propagando la luz por todas las zonas de circulación y sus dos alas programáticas.
Una destinada a la sala de estar, la cocina y el comedor, y la otra orientada a los dormitorios.
Esto se condice con la producción de una planta simétrica, basada en el dimensionamiento material, rápida de levantar y con espacios tipo buffers entre el patio y los recintos habitables, al igual que por la preocupación de la dimensión de los vanos, por la diferenciación de aperturas de fachadas según orientación y por el cuidado de la altura interior, en relación al metraje total del refugio.
Sustentabilidad pasiva
Lo anterior es parte de la primera clasificación que hace Araneda, “sustentable pasivo”, mientras que el activo dice relación a la categorización de este refugio como off the grid. Un término que apunta a la no dependencia de una red eléctrica.
Un aspecto no menor, considerando las dificultades propias de la construcción análoga, la ventana corta de tiempo para el proceso constructivo en esta zona, como también en el desplazamiento de los materiales desde los centros de distribución.
Hoy Refugio Impluvio utiliza un sistema de paneles fotovoltaicos instalados según el ángulo de la incidencia solar en su techumbre, junto con un sistema de acopio de aguas lluvias capaz de solventar la necesidad de la casa, al igual que con una envolvente térmica calculada para que la casa gane inercia.
La fachada de la obra es ventilada en su muro y techumbre, dice Araneda, con el fin de resguardar la membrana impermeable de los golpes de las ramas y los efectos climáticos en la reserva biológica.
“Esto último hace que el refugio se mantenga en buen estado, bajo un bosque vivo que, por las cargas de nieve y los temporales, deja caer ramas de manera constante. De alguna manera el proyecto convive con eso, y de esa manera se evita el despeje de árboles en la zona, como ocurre cuando se desarrollan proyectos así en este tipo de lugares”, declara.
Uso de la madera
Sergio Araneda dice que el proyecto fue realizado en un 95% de madera de pino insigne industrializado (NdR: madera de forestación, sustentable), proveniente de proveedores locales.
Por otro lado, los pilares interiores perimetrales del patio de luz fueron de madera de mañio seco, mientras que el revestimiento a modo de fuselaje fue por medio de madera de pino termotratado.
Refugio Impluvio fue elaborada por medio de técnicas de construcción tradicionales, es decir, fundamentadas en el trabajo con herramientas y la sapiencia carpintera de un equipo local.
Para Araneda este tipo de faena jugó a favor de un diseño innovador, no quedándose sólo en las técnicas para diseñar con el material, sino que también en el ajuste de ciertos procedimientos para lograr un propósito específico.
Sobre la membrana impermeable, anteriormente mencionada, el arquitecto dice que fue colocada encima de una placa de OSB y sobre listones ubicados en dirección a la pendiente, formando canales por donde se conducen las aguas. Otro de sus atractivos, considerando el clima húmedo predominante en la zona.
“Sobre estos listones se fijaron, transversalmente, secciones de madera impregnada y sellada, las cuales luego reciben la terminación de fachada constituida por madera de pino termotratado. Una que, al ser tratada químicamente, tiene mayor durabilidad y estabilidad en su dimensionamiento, siendo más resistente a los agentes químicos producidos por los hongos”, indica.
El profesional explica que el proceso para elaborar este proyecto fue de cinco meses, donde además de resolver aspectos constructivos propensos al mínimo impacto en el lugar, se maximizaron atributos del diseño a trabajar.
“El desarrollo de Refugio Impluvio estuvo a cargo de un gran carpintero y jefe de obras local, Leonardo Jaramillo, quien, junto a tres ayudantes, levantaron cada escuadría de madera que tiene la casa. Las capacidades e inteligencias propias de la gente del lugar ayudan mucho a simplificar la respuesta a los problemas de una obra, y de no innovar más de la cuenta, lo que sería caer en la complicación”, dice.
Ante un proyecto, Sergio Araneda piensa que muchas veces el material termina respondiendo lo que hay que hacer. Cada encargo requiere un estudio de lo necesario, de lo preciso para satisfacer la habitabilidad y la factibilidad de su construcción. En tal sentido, dice que la madera ha sido un camino interesante de explorar en los últimos años, tanto por los encargos que llegan a su oficina, como por el desarrollo del material en los últimos años.
“La madera, siendo un material que ha acompañado por tanto tiempo a la arquitectura en la historia, quizás puede hacernos pensar que no hay mucho que inventar. Eso puede ser así pero, al mismo tiempo, las posibilidades de diseño que ofrece su blandura y la perspectiva de unión de sus partes, algo muy propio de esta construcción en sí, es lo que como oficina nos ha dado mucho aprendizaje en cuanto al diseño de la estructura, en la asociación de piezas para la configuración de espacios habitables y, por supuesto, como expresión final del proyecto”, finaliza Araneda.
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Fuente: Madera 21. Escrito por Marcelo Salazar Medina.
Fotografía principal: Cortesía Sergio Araneda.