“Hoy hay un apagón forestal”, dijo Pablo Hernández, encargado de producción de Ceibo Bravo S.A. Tiene 1.500 hectáreas de pino y eucalipto en Corrientes centro y una masa crítica similar de salicáceas en el Delta entrerriano. Una semana después se confirmó la venta de EVASA.
Hernández se comunicó con DF Informe Estratégico a raíz de una entrevista, publicada el 13 de marzo, con Ricardo García, titular del aserradero Tripayn SRL.
Quería dar su punto de vista sobre aspectos de la actualidad forestal y foresto industrial del país.
– Te pido una presentación de la empresa.
– Yo soy Pablo Hernández y soy el responsable de producción de Ceibo Bravo S.A., empresa forestal que lleva más de 60 años en el rubro. Es una sociedad familiar y las dueñas son dos mujeres.
Es estrictamente forestal y comercializa rollos. Antiguamente se dedicaba a producir solamente en el Delta entrerriano, salicáceas y algo de álamo. Ahí hay 1.500 hectáreas forestadas que se destinan a la fábrica de papel de San Pedro (por Papel Prensa).
Y ahora tiene 2.500 hectáreas en Corrientes centro, de las cuales se planean forestar unas 1.700 hectáreas cuando esté terminado el plan de forestación. Hoy hay 1.500 hectáreas forestadas en Corrientes con pino y eucalipto. Esa producción se vende a aserraderos.
– ¿Cerca de qué ciudad?
– De San Miguel. Está a 80 kilómetros del Parque Foresto Industrial de Santa Rosa, donde se está armando un buen grupo de aserraderos. Con el desarrollo del Parque Industrial se espera que en unos años se instalen industrias con tecnología de punta.
– ¿Qué cantidad de hectáreas tienen al corte?
– El fuego nos cambió todo a nosotros el año pasado. El fuego quemó el 50 por ciento del área forestada de nuestros campos. Sobre todo, la mayor parte de lo que se quemó eran plantaciones de 12 años.
Y quemó gran parte de lo que teníamos para talar. Y la empresa tomó la decisión de seguir adelante. Hay una re-proyección de todo.
Por eso cuando leí la nota de los industriales (NdR: Por “El mercado de la madera de pino está en una situación híper compleja”, entrevista a Ricardo García, propietario del aserradero Tripayn SRL) me pareció que era demasiado sectorizada. Como que no tienen empatía con la parte de producción.
Para poner un rollo en un aserradero, mínimamente, hacen falta 12 o 13 años. Y el apoyo que tiene el productor primario hoy es bastante escaso. Con el tema de los incendios se vio. Y con la ley 25.080 también se ve porque, si bien está activa, los pagos no se hacen efectivos. Y si no se hacen efectivos los pagos, es lo mismo que la nada.
– Yo recuerdo que algo similar ha planteado el presidente de InFoPro de Misiones, Hugo Escalada: que se contemple la situación de los productores forestales, que tienen que ser parte del negocio. Que tienen que ganar su parte y ser tenidos en cuenta en el negocio porque, si no, va a llegar un momento en el que no va a haber más plantaciones.
– Es tan lineal como eso. Hoy hay un apagón forestal. En el Delta se nota hace ya muchos años y, en los pocos años que llevo en Corrientes, hay tres o cuatro detalles que me hacen ver que el apagón forestal está en las grandes y, sobre todo, en las pequeñas empresas.
Porque los viveros no producen a full. Es más, producen mucho menos.
Leer: Entrevista
Forestal Argentina invertirá en “industrialización” tras comprar EVASA
Suscríbase a Desarrollo Forestal - Informe Estratégico y reciba en su correo electrónico o whatsapp este material.
Hay dificultades para conseguir plantas. Y no porque los viveros hayan vendido todo, sino porque producen menos y a pedido.
No hay desarrollos nuevos de genética, más allá de lo que sigue haciendo el INTA. Y veo que hay un corte etario en los productores. Por ejemplo, después de este fuego grande, han quedado plantaciones abandonadas.
Está bien que ahora hay entrada de nuevos actores con otra mirada, que apunta a la huella de carbono. Eso les da una mirada diferente a las grandes explotaciones.
– ¿Te referís a la inversión e Central Puerto en Forestal Argentina (FASA) o hay más casos?
– Ésa fue la que se concretó. Pero después hay conversaciones con cinco o seis campos medianos (NdR: La compra de EVASA por parte de Central Puerto se confirmó una semana después de esta conversación) de gente que viene pura y exclusivamente por el bono de carbono.
Y ahí yo me juntaría, utópicamente, con un aserraderista mediano y plantearía que no somos enemigos en esto. Somos complementarios. Porque si nosotros desapareciéramos, ellos tampoco correrían mejor suerte.
Porque la compra de FASA por Central Puerto generó mucho miedo en mucha gente porque se iban a quedar sin madera. Ellos (Central Puerto) salieron a calmar los ánimos diciendo que van a seguir cortando y proveyendo rollos al mercado.
Pero si una de esas empresas grandes dejara de cortar un mes, por el motivo que fuere, y muchos aserraderos quedarían afuera del juego. Está bueno que el aserradero quiera maximizar su ganancia. Lo que pasa es que, para quienes venden tabla, hubo unos cuantos años de bonanza y eso no se tradujo en un buen precio para el rollo.
Y ahora que el rollo quiere empezar a levantar esa misma gente trata de poner trabas, por ejemplo, a las exportaciones de rollos a China e India. O la entrada de Central Puerto con la compra de FASA, que se comentó que van a poner un aserradero. Y ahí es donde se va a armar, creemos nosotros, un cuello de botella.
No digo que tengamos que ser socios, pero sí deberíamos ir de la mano, porque nosotros también precisamos a los aserraderos. Y el industrial tiene que entender, estratégicamente, que a nosotros nos lleva 15 años poner un rollo en sus aserraderos y él en 72 horas, financieramente, ya puede tener la plata lista para cobrar.
– No sé si ustedes participan de alguna organización. ¿Cuál imaginás que podría ser el ámbito para combinar y fijar algunas reglas de juego que se respeten?
– La empresa participa del Consorcio Forestal Corrientes Centro y ahora también participa del Consorcio de Manejo del Fuego. Eso ha generado el acercamiento entre varias empresas, pero a mí me parece que tendría que tener más vuelo. Porque, haciendo una buena autocrítica, el productor también tiene un grave problema de comunicación. Le cuesta mucho salir de la tranquera.
Es muy difícil que un productor te muestre su campo, pareciera que le estuvieras contando las costillas. Y hoy se sabe todo. Y ahí debiera haber un cambio por parte del productor.
Y explicar que, así como tiene un gran respaldo económico, tiene un gran problema financiero durante el año. Cosa que en un aserradero es al revés. Me parece que hay que llevar adelante esa complementación.
– ¿Cómo imaginás que se podría generar ese espacio de encuentro para trabajar ideas o intereses en común?
– Para empezar, me parece que tendría que haber mesas de diálogo. Hablo pensando en actores privados. Puede ser que el sector público ponga el marco, pero las sillas tienen que ser ocupadas por productores forestales y aserraderistas. Me parece que pasa por ahí.
Y ver qué complementariedad puede haber. Porque, por ejemplo, la problemática de tener a una persona dentro de un campo para cosechar la madera es algo común a los dos. Yo lo he planteado varias veces: no somos enemigos.
Tenemos que estar juntos; estamos bajo un mismo paraguas. Por eso me molesta cuando dicen: “Los aserraderistas se aprovechan”. Y también me molesta cuando dicen: “Eh, no tiene que haber exportación de rollos; no tienen que venir nuevas empresas porque nos sacan los rollos”.
Bueno, sentate con tu proveedor y preguntale qué necesita… Por ejemplo, ahora se habla mucho de calidad. Pero no se paga la calidad. Es muy difícil cobrar la calidad de la madera.
Leer: “El mercado de la madera de pino está en una situación híper compleja”
Fotos: Gentileza Ceibo Bravo S.A. y Desarrollo Forestal.
