Hormigas cortadoras Pinus taeda: La siguiente investigación se presentó en las XXXIV Jornadas Forestales de Entre Ríos y figura en el acta del evento. Son sus autores Marcela Núñez (MNC Servicios Forestales SRL, serviciosmnc@gmail.com), Raúl Pezzutti (Forestal Bosques del Plata SA, rpezzutti@cmpc.edu.ar) y Edison Cantarelli (Prof. Universidade Federal de Santa Maria, engedison@yahoo.com).
Resumen
El objetivo del trabajo es determinar el daño causado por hormigas cortadoras en una plantación de Pinus taeda y calcular el umbral de daño económico para la toma de decisiones.
El estudio se realizó en un área de 2,8 ha con 12 hormigueros que fueron georreferenciados e identificadas las especies.
Se realizó la plantación sin control de hormigas y se evaluó el daño causado por cada hormiguero hasta los 403 días. Se ajustaron modelos de daño en función del tiempo para las especies Acromyrmex heyeri y A. lobicornis. Con el daño causado y los costos de control se estimó el umbral de daño económico (UDE).
A partir de los 200 días A. heyeri causó un daño por hormiguero del 2% de las plantas y A. lobicornis del 10%.
La gravedad del daño producido a las plantas se incrementó a través del tiempo de manera lineal hasta los 180 días. A partir de ese momento, la tasa de incremento fue menor, llegando a la pérdida del 40% de la plantación a los 400 días. Se observaron manchones de daño crecientes en la superficie plantada. El UDE estimado varió de 0 a 1 hormiguero. ha-1 durante el primer año de la plantación.
1- Introducción
La actividad forestal es una de las más importantes en la región mesopotámica, aproximadamente el 60% de las plantaciones corresponde a Pinus taeda y Pinus elliottii. La provincia de Corrientes posee 316.554 ha forestadas con Pinus sp. (Rojas et al., 2014) con distintos fines comerciales.
Las hormigas cortadoras (géneros Acromyrmex y Atta), están distribuidas ampliamente en Argentina (Quirán y Pilati, 1997) y su establecimiento en áreas forestales despierta grandes preocupaciones dado que causan graves daños y perjuicios a las plantaciones (Cantarelli, 2005).
El control de hormigas cortadoras se realiza principalmente mediante la aplicación de cebos granulados con fipronil (0,003%) o sulfluramida (0,3%). Debido a restricciones ambientales para uso de estos químicos (FSC, 2019), surge el compromiso para los silvicultores, de reducir paulatinamente la cantidad de producto aplicado y desarrollar métodos alternativos de control.
Para minimizar el uso de hormiguicidas reduciendo costos e impactos ambientales es necesario conocer el daño que causan las hormigas para tomar decisiones a través de diagnósticos de infestación y herramientas de manejo integrado de plagas (MIP) (Souza et al., 2011).
Para un correcto MIP se debe conocer el Nivel de Daño Económico (NDE), que es la más baja población que causará daño económico.
El Umbral de Daño Económico (UDE) es la densidad de población a la cual debe ser iniciada una acción de control para impedir que ésta alcance el NDE (Pedigo, 1996).
Para la determinación del UDE se deben tener en cuenta las pérdidas de ingresos que resultan de daños por las plagas y los costos de tratamiento para prevenir daños inaceptables (Wylie, 2001), parámetros escasamente estudiados en hormigas cortadoras, debido a la complejidad de las variables involucradas en la determinación del daño (N° de hormigueros, especies, tamaño de hormigueros, pérdida de plantas, pérdida de crecimiento) (Reis Filho et al, 2011).
Esto ha puesto un límite a la utilización de esta herramienta capaz de brindar un aporte importante en la búsqueda de eficiencia en la producción y rendimientos sostenibles (Pedigo, 1996).3
En este contexto, el objetivo del presente trabajo es determinar el daño causado por hormigas cortadoras en una plantación de Pinus taeda y estimar un UDE para la toma de decisiones.
2- Materiales y métodos
El estudio se realizó en un área de 2,8 hectáreas perteneciente a la empresa Forestal Bosques del Plata S.A. Las coordenadas geográficas del local son 27°54’58’’ LS y 56°07’22’’ LO, con una altitud de 107,5 m snm. El suelo es gris con drenaje deficiente en posición de relieve de tendido alto.
El clima de la zona es Cfa (KÖPPEN, 1948), siendo un clima mesotermal, cálido templado, sin estación seca, con precipitación máxima en el otoño y veranos muy cálidos. La temperatura media anual es de 20,5 °C y la precipitación media anual de 1800 mm.
Tres meses antes de la plantación fueron localizados 21 hormigueros correspondientes al género Acromyrmex. Posteriormente se preparó el suelo con camellones. Esta actividad provocó la mudanza de 9 hormigueros del área en estudio. De los 12 hormigueros presentes se registró la posición geográfica y diámetro. Se tomaron muestras de cada nido y se identificó la especie en laboratorio mediante la Clave de Kusnezov (1978).
Luego se realizó la plantación con plantines de Pinus taeda de 3,5 mm de DAC y 30 cm de altura media a una densidad de 1428 plantas ha-1 con espaciamiento de 4 m x 1,75 m. Con el fin de evaluar el daño que provocaría la presencia de hormigueros, se obviaron las tareas de control de hormigas en el área del ensayo.
Se realizaron 12 evaluaciones en intervalos crecientes en el tiempo cada 7, 15, 30 y 60 días. El estudio abarcó un período total 403 días.
En cada evaluación se cuantificó a modo de censo, el número de plantas vivas y el número de plantas muertas o dañadas por los hormigueros en diferentes grados: daño grave (difícil recuperación, con 80 a 100% defoliación o muerte), daño medio a leve (menor a 80% de defoliación), plantas con secuelas del daño (deformaciones graves).
Cada planta dañada fue asociada al hormiguero causante para lo cual se observaron los carriles, las especies y el avance espacial del daño. Los datos fueron ploteados para una mejor interpretación.
Se determinaron los parámetros y estadísticas relacionadas al tamaño y densidad poblacional. Los resultados fueron analizados en forma general (daño producido por el conjunto de hormigueros) y a nivel de especie (daños provocados por los hormigueros según la especie). Con los datos de número de hormigueros por especie, superficie y daño causado en la plantación, se estimó el daño provocado por un hormiguero ha-1 para cada especie.
Se obtuvieron modelos de regresión donde la variable dependiente fue el porcentaje de daño grave y la variable independiente el tiempo posterior a la plantación. También se modeló, por especie, el % de ataque en el tiempo para una densidad de un hormiguero por hectárea.
El UDE por especie se estimó a partir del punto en el que el costo de control de una determinada densidad de hormigueros se igualó a la pérdida económica que produjo dicho nivel de infestación.
El costo de control (US$ ha-1) fue calculado en función de la mano de obra y cantidad de hormiguicida (cebo a granel p.a. fipronil 0,003%) necesarios para un rango de densidad de 0-20 hormigueros ha-1.
Este rango de densidad responde a niveles de infestación normales para la región. Los costos fueron determinados en base a la experiencia técnica y los costos operativos actuales de MNC S.R.L., según las técnicas de MIP aplicadas en la empresa Bosques del Plata S.A. (Pezzutti y Núñez Cresto, 2005).
La pérdida económica (US$ ha-1) ocasionada por cada especie se estimó de la siguiente manera: Pérdida económica (US$ ha-1) = (Daño máx. % de 1 hormiguero ha-1)/100 x N.° hormigueros ha-1 x valor actual.
El valor actual fue calculado para un IMA de 32m3 ha-1 año-1, un turno de 14 años, un precio en pie de 5,0 US$ m3 y una tasa del 8%. (Valor actual=Valor en pie/(1+i)n), donde: i: tasa interés, n: período.
3- Resultados y discusión
En el Cuadro 1 se presenta el número de hormigueros con su diámetro medio (cm), máximo, mínimo y desvío estándar para cada una de las especies encontradas.
Haciendo un análisis general sin diferenciar especie, se observaron 4,3 hormigueros ha-1. Los hormigueros presentaron un tamaño medio de 0,39 m2. La densidad inicial expresada como superficie de hormiguero cada 10.000 m2 fue de 1,7 m2 ha-1.
Los resultados del efecto del forrajeo de la población conjunta de 12 hormigueros, tomando en cuenta el grado de daño producido por el ataque, se representan en las Figuras 1 a y b.
En la Figura 1a se observa que el ataque fue creciente de manera casi lineal hasta los 180 días desde la plantación llegando a dañar el 44% de las plantas, manteniéndose luego esos niveles con algunas fluctuaciones.
Durante el proceso de forrajeo evaluado en el presente ensayo, se verificó que las hormigas dirigieron frecuentemente el ataque a hileras de plantas, a veces cortándolas desde el cuello, dejando una larga línea como si hubiese sido una falla de plantación, a veces con alguna planta viva intercalada (Ver Figura 1 b.). Los daños provocados a las plantas, en algunos casos fueron graves, con defoliaciones mayores al 80% y en otros casos con defoliaciones de menor intensidad, permitiendo una recuperación de las plantas, cuando dejaron de ser blanco de ataque.
El comportamiento forrajero, variable a lo largo del año y entre colonias, depende de la disponibilidad y calidad de los recursos (Franzel y Farji-Brener, 2000, Delabie et al, 2003, Souza y Zanetti, 2007), así como las necesidades estacionales y el tamaño de la colonia (Farji Brener, 1993; Pilati et al., 1997; Alves y Della Lucia, 1999).
A medida que iban disminuyendo en el área las plantas sanas, las obreras volvieron a forrajear a los ejemplares de pino en proceso de brotación, provocando la mortalidad progresiva de amplios sectores de la plantación.
Las Figuras 2 a. y 2 b. representan la evolución del ataque del conjunto de hormigueros y de un hormiguero de cada especie respectivamente.
En la Figura 2a. se pone de manifiesto que la gravedad del daño producido a las plantas se incrementó a través del tiempo de manera exponencial hasta los 180 días. A partir de ese momento, la tasa de incremento fue menor, llegando a la pérdida del 40% de la plantación a los 400 días.
Por otra parte, se verificó que la intensidad de ataque fue significativamente diferente entre los hormigueros de A. heyeri y A. lobicornis., comportándose esta última especie con mayor capacidad de forrajeo, abarcando mayor área (Figura 2b.).
Ejemplos de variaciones en las tasas de forrajeo según diferentes especies de Acromyrmex fueron citadas por distintos autores, por ejemplo valores entre 0,14 kg año hormiguero-1 para
A. striatus (Armani y Quirán, 2007) hasta 8,47 Kg /año hormiguero para A. lobicornis (Pilati et al. 1997).
Las Figuras 3a y 3b presentan el UDE estimado para A. lobicornis y A. heyeri, respectivamente.
La presencia de un hormiguero o más por ha de A. lobicornis o bien, más de un hormiguero de A. heyeri en el terreno a plantar, resulta en una pérdida económica (Figura 3a y 3b).
4- Hormigas cortadoras Pinus taeda: Conclusiones
La presencia de hormigas cortadoras del género Acromyrmex es una limitante para la implantación de Pinus taeda ya que genera graves pérdidas económicas aún con bajos niveles de infestación.
Si bien existen diferencias en la capacidad de forrajeo dentro del género, es normal que convivan varias especies en la misma zona. El estudio de las especies presentes y su abundancia relativa puede indicar el potencial de daño de la plaga en una zona determinada.
El control de hormigas es una actividad indispensable para lograr forestaciones con una densidad de árboles adecuada para obtener los volúmenes comerciales planificados al turno.
Se recomienda que nuevos estudios se orienten a cuantificar el daño causado por hormigas cortadoras a edades avanzadas con la finalidad de determinar el UDE en esa etapa de desarrollo.
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