Todo Madera presenció en Cariló la construcción de una vivienda realizada por la firma Alejandro Berro Madero & Asociados, que utiliza el sistema ballon frame con una estructura de pino impregando, proveniente de bosques cultivados. Dos enviados especiales recorrieron el exclusivo balneario bonaerense y se entrevistaron con el director comercial de la empresa, Alejandro Berro Madero (pino@telpin.com.ar). Vea Galería de Imágenes.
“Nosotros le pedimos al cliente que nos cuente cómo le gusta vivir”. Berro Madero está convencido de que el constructor debe ser un poco arquitecto y un poco psicólogo. Detallista, exigente y con pocas pulgas, se brindó tres horas ante los enviados especiales de Todo Madera. Tras una larga entrevista en su estudio ubicado sobre avenida Bunge, en la entrada a Pinamar, le mostró a este medio algunas de las viviendas en madera que construyó en Cariló. Calles de arena, frondosas arboledas y casas con amplísimos terrenos a las que pocos acceden distinguen al balneario más exclusivo de la costa atlántica argentina.
La obra de marras se asienta sobre un terreno de 1.200 metros cuadrados, a tres cuadras del mar. Posee un superficie cubierta de 260 metros cuadrados, parrilla bajo galería, un deck que la comunica con una pileta climatizada de 48 metros cuadrados, una cancha de fútbol sobre césped para los chicos. Berro Madero entrega las obras llave en mano y demora en construirlas entre 60 y 90 días. El costo de esta obra es de US$ 750 por metro cuadrado.
“Generalmente, nuestro perfil de cliente está en una construcción que va de 150 metros cuadrados en adelante. Y hemos llegado hasta los 1.000 metros cuadrados. Y en dos y tres plantas”, afirmó el entrevistado. Uno de los secretos de este método constructivo es la planificación: “Para que una obra se pueda lograr en 60 o 90 días es necesaria una planificación muy importante. Mínimo, hacer el despiece para poder presupuestar una obra nos lleva un proceso de 25 a 30. Es fundamental para que no nos falte ni un tornillo al momento de construir. Ése es el secreto de por qué esta obra se hace en dos o tres meses. Es mayor el trabajo de planificación”, señaló el entrevistado.
La obra
“Esta casa tiene 260 metros cuadrados. Tiene un garage en un nivel inferior por las particularidades del terreno. La casa se empezó después de Semana Santa (NdeR: El domingo de pascuas fue el 23 de marzo). Ya las instalaciones sanitarias están terminadas (NdeR: La entrevista se realizó el martes 29 de abril), la instalación eléctrica también. Ahora estamos haciendo la instalación de gas. Va una caldera dual única del lado del garage (NdeR: Es decir, que provee agua caliente para sanitarios y cocina, y además abastece a los calefactores)”, relató Berro Madero.
Un análisis del plano que se publica adjunto quizás sea más ilustrativo (ver imagen). Si se mira la casa de frente, el garage está a la derecha. Detrás de él, un lavatorio que incluye pileta, lavarropas y un mueble. “La ventaja que tiene este sistema es que, hacia el interior, ponemos lana de vidrio, tapamos y listo. En los cielorrasos que no son a la vista usamos OSB, que es lo que soporta la membrana WICHI Roofing, que se utiliza del lado exterior antes de colocar siding o la terminación que quiera el cliente”.
Detrás del lavatorio se ubica la cocina –que se comunica con el comedor-, y más hacia el fondo el cuarto de servicios, con su correspondiente baño. A su vez, este baño está detrás de la parrilla –debajo de un techo a modo de galería- para que el asador lo pueda utilizar sin ingresar a la vivienda. Girando hacia el centro y hacia el otro lado de la vivienda están: comedor, living, puerta de ingreso –que da al costado, no al frente, tres habitaciones y un toilette y dos baños. Arriba, el cuarto de juegos o playroom (ver plano).
“El baño de servicio tiene todas las instalaciones: bañera, lavatorio, calefacción –los cables ya vienen envainados y con su protección térmica- que se alimenta de una caldera con agua. La parrilla es de mampostería y a continuación está proyectada una pileta climatizada por piso radiante, rodeada por un deck. El comedor tiene un cerramiento amplio que lo comunica con la zona de la parrilla, que incluye una mesa para el parrillero. A su vez, la parrilla tiene un techo en galería de modo tal que parrilla y comedor se constituyen en un mismo ambiente en épocas de temperatura agradable”, sostuvo Berro Madero.
– ¿Usted le propuso al cliente que la parrilla esté al lado del comedor?
– Acá hay un núcleo que incluye la cocina, la salida del parrillero y el comedor. En invierno el comedor está cerrado y no se comunica directamente con la parrilla, pero en verano abro el cerramiento y uno los ambientes: parrilla, comedor, deck y un baño servicio para que el parrillero se pueda arreglar antes de entrar directamente a la casa.
– Y si el parrillero es el propietario, participa de la reunión que se puede generar en el comedor.
– Claro. Y además el parrillero tiene un mostrador para que pueda comer alguna cosita mientras está cuidando la comida.
Luego del comedor hay un living de unos 50 metros cuadrados, que incluye una biblioteca. “Este espacio tiene una ventana muy grande con una bisagra especial, lo que permite poner el cerramiento en cualquier posición. Utilizamos ventanas con brazo de empuje cuando los ambientes se orientan al sudeste o al sur, para evitar filtraciones. Y aparte, no ocupan lugar interior. El living tiene también iluminación cenital”, continuó.
Otra de las comodidades que ofrece la vivienda es que, en caso de corte la luz, tiene un tanque de 500 litros que abastece inodoros y lavatorios.
Después del living, hacia el frente, hay un toilette. Y a continuación está la habitación principal, con vestidor contiguo y baño en suite. El baño lleva un hidromasaje, inodoro, bidet y toallero calefaccionado. Entre la habitación matrimonial y el garage hay dos habitaciones para los chicos, y entre ambas un baño –que incluye antebaño-.
“En la planta alta hay un playroom para los chicos. Acá estamos caminando sobre compensados fenólicos Teciplak –relató Berro Madero-. Sobre ellos se coloca lana de vidrio y otro piso, con lo cual desde abajo no se escucha cuando alguien camina en la planta alta”.
– ¿Cómo es el proceso inicial del cual surge un proyecto de vivienda? ¿El cliente le dice qué tipo de casa quiere o se ponen a conversar y usted lo asesora?
– Nosotros le pedimos al cliente que nos cuente cómo le gusta vivir. Es decir, cuáles son sus metas. Pero le decimos que tampoco se vaya de mambo. Porque hay gente que quiere poner en la casa todo lo que no tiene en el departamento de Buenos Aires. Y hemos hecho al principio casas en Cariló con cuarto de costura. Un disparate.
– Daría la sensación que ésta es una casa funcional.
– Por lo general son casas funcionales.
– ¿La persona que va a habitar esta casa vive en un departamento?
– Vive en un departamento, pero es muy amplio. Dentro de todo, ésta es una casa chica. Pero nosotros mismos le dijimos que no tiene ningún sentido hacer una casa gigantesca para venir un mes por año. Se da un proceso que ocurrió siempre: el primer verano vienen enero, febrero y marzo. Después, en vacaciones de invierno. El verano siguiente vienen en enero. Y al final, la usan poco.
Sin esquemas
– ¿Usted es constructor, arquitecto o ingeniero?
– Ninguna de las tres. Yo hice una carrera industrial, me formé con mi padre como arquitecto y trabajé toda la vida como constructor y, en realidad, como arquitecto. Yo tengo una ventaja con respecto al arquitecto: el arquitecto sale muy esquematizado de la universidad. Y trata de hace vivir al comitente de la manera que él cree que tiene que vivir. Entonces, si el comitente quiere poner enanitos en el jardín yo lo tengo que dejar que los ponga porque es su forma de vida. Y a mí no me importa. Yo quiero que la casa funcione. Yo viví toda mi vida en casa. No concibo un arquitecto o un ingeniero que diseñe una casa siendo que vive en un departamento. No tiene ni idea. Va a hacer un baño encerrado, sin ventilación. Yo no concibo un baño que no tenga ventilación al exterior.
– ¿Cuál es el target de las construcciones que realiza su estudio?
– La vivienda en madera es para un mercado de alto nivel adquisitivo. Generalmente, nuestro cliente es una persona que ha viajado. Es una persona que conoce la calidad y las bondades que tiene esta casa en cuanto a eficiencia térmica, eficiencia acústica, no tiene olor a humedad porque está despegada del piso y lo fundamental es que las paredes no tienen inercia térmica, está siempre a la misma temperatura. No es la masa de ladrillo. Es algo importante para una casa para veraneo o de habitación transitoria, como lo son la mayoría de la casas de esta zona. En zona de climas extremos, como la Patagonia, inicialmente todas las casas eran de esta forma. Yo he vivido en Tierra del Fuego, he conocido toda la Patagonia, y las primeras casa eran así. Con materiales diferentes, pero se está utilizando el mismo sistema que se usó desde el 1600 en Estados Unidos. Esto no es algo nuevo, no hemos inventado nada. Inclusive, los libros con los cuales se inicia esta idea son de mi padre del año 30. Él era un fanático de la construcción en madera y quería construir en madera. Yo tuve la gran suerte de tenerlo a él como profesor, como maestro. Él era arquitecto y trabajó en arquitectura rural durante muchos años. Se especializó en hacer casas de campo, en las cuales incluía mucha madera. ¿Por qué nosotros las llamamos Construcciones Sistematizadas inicialmente? Porque aprovechamos el módulo de la madera que empieza en 8 pies. Ocho pies es nuestro fuerte en cuanto a toda la panelería. Y esto no es casual. Porque nosotros usamos los parantes verticales de 8 pies, más los cordones superior e inferior, con lo cual tenemos la medida mínima que pide el código.
– Ocho pies son 2,40 metros.
– Son 2,40 metros, más un adicional que lleva la estructura a 2,60 metros. ¿Qué pasa? Primero, a la industria le conviene deshacerse del 8 pies, porque es una medida poco comercial.
– ¿A qué industria se refiere?
– Al sector maderero, al proveedor. Si una madera de 8 pies tiene 3 centímetros menos, esa madera ya no tiene valor comercial. Si baja un poquitito de los 8 pies a nosotros ya no nos sirve. Y a nosotros nos la cobran como si fueran 8 pies. La construcción más básica que hacemos nosotros, de 120 metros cuadrados, utiliza entre 20.000 y 30.000 pies cuadrados de madera (NdeR: Equivalen a 47 y 70 metros cúbicos, respectivamente). Mi mayor proveedor es Maderera Llavallol, al que le compro alrededor del 60 por ciento de los componentes de la casa. O sea que somos grandes consumidores de madera. Pero en los índices de construcción en madera ni figuramos.
– Ni siquiera los computa la Cámara Argentina de la Construcción.
– No existen, ni se computan.
– ¿Se consigue mano de obra especializada?
– No hay mano de obra especializada. Falta formación. Hemos luchado para formar gente. Estuvimos en contacto con Pecom (NdeR: Alto Paraná S.A. compró forestaciones y el aserradero de Perez Companc en diciembre de 2002) , cuando todavía Héctor Guerrero era gerente de la división Maderas. Estuvimos a punto de hacer una escuela de capacitación y lamentablemente él después falleció. Pero conversamos mucho ese tema. Nosotros necesitamos capacitar mano de obra. Podríamos estar construyendo en todo el país. Si yo fuera más joven -hoy tengo 69 años y no estoy para empezar de vuelta- yo me largo a construir en el Tigre, por ejemplo. Este producto es imbatible para el Tigre. ¿Por qué? Yo construí una casa para mí en una isla, en Brasil. Sé lo que es construir en madera con la dificultad de trasladar los materiales a una isla. Entonces, hablar de construir en mampostería en las islas a mí me parece un despropósito, me parece una locura (enfatiza levantando el tono) llevar arena, piedra, ladrillos, bolsas de cemento… Es irracional. Cuando el producto original para construir en las islas está sobre pilotes de madera. Es un disparate lo que se hace hoy. Y la culpa la tienen los profesionales. ¿Por qué? Porque no hay ninguna cátedra de construcción en madera en las carreras de arquitectura.
– ¿No existen también problemas por la no normalización de los productos?
– Sí. Casualmente ése es un tema muy importante. Estoy muy en desacuerdo con grandes proveedores de madera. Hay una norma que tiene CADAMDA que no se respeta. En ella se establece que la pulgada tiene que ser 25,4 milímetros; y tiene especificaciones sobre machimbres, inclusive. Y no se respeta. Cuando yo hice una reclamación muy importante a una empresa hace poco tiempo, me contestaron que a ellos no les interesa más la clasificación de la madera. Entonces, tenemos una calidad de madera pésima (estira la “e” y enfatiza). No mala, pésima. Hay pocos aserraderos en todo el país que cumplen con todas las normas, entre ellos Don Guillermo, de la familia Gruber. Tiene una calidad de madera excepcional y sos nuestros únicos proveedores de madera para decks.
– Igualmente, existen varios aserraderos que mejoraron la calidad de sus productos.
– Para nosotros es muy importante el trato con los proveedores y el concepto de servicio. De esta manera, consigo
buenos precios. Y algo que también es fundamental: al consumir grandes volúmenes en un mismo lugar, derivo el pago y lo hace directamente mi cliente al proveedor. O sea, que no hay una intermediación. A mí no me interesa prenderme, como se dice, con ningún proveedor porque mantengo mi independencia en la relación con ellos. Yo no tengo comisión con ningún contratista ni me interesa tenerla. Quiero tener el mando de la obra, que para mí es fundamental. Y mi honorario como empresa constructora, y como proyecto y dirección para mí son suficientes. No quiero que ningún contratista me maneje la obra.
Nicho
– ¿Este tipo de construcción que ustedes ejecutan no es un nicho? ¿Puede ser que Pinamar y Cariló, por ser una zona turística de alto poder adquisitivo, tenga este tipo de construcciones y este nicho de mercado?
– No. El nicho lo formamos nosotros. Las dificultades que tuvimos inicialmente fueron terribles.
– ¿O supieron responder a las necesidades de este tipo de cliente?
– No, no. Hicimos un producto de altísima calidad, con una magnífica respuesta en cuanto a resultado. La gente tenía mucha desconfianza (enfatiza estirando la “u”) en la vivienda de madera.
– Claro, tenemos la imagen de la vivienda Anahí.
– Exactamente. Fue tremendo. Por eso cuando la gente viene nos dice: “¿Qué modelos tiene?”. Para nosotros no existen los modelos. Todas las casas son adaptadas. Primero, a los terrenos. Tenemos una gran ventaja con respecto a la construcción tradicional porque no dependemos de la altimetría del terreno. Trabajamos siempre sobre pilotes. Yo he construido en mampostería durante años. Hasta que empezó (Pío) Corradini con la planta de tratamiento de madera.
– Ese hecho fue una bisagra.
– Fue fundamental. Y para nosotros lo más importante es el certificado de origen y retención. A mí no me sirve ningún precio que me vengan a ofrecer, de la madera que sea –lo hacen permanentemente- si yo no tengo certificado de origen, calidad y retención del producto. Y mando analizar testigos habitualmente a Arch Chemicals y ellos me dicen qué retención de producto tiene. A mí se llega a pudrir una casa y pierdo el mercado. Dentro de nuestro producto terminado, la madera está en el orden del 20 por ciento del costo final.
– ¿Qué espacios de la vivienda no llevan madera?
– En los baños, los azulejos. Antiguamente hacíamos las aberturas en madera, pero hoy no tienen ningún sentido. Es decir, hoy la gente exige un muy buen cerramiento y utilizamos las opciones metálicas. Y en cuanto a los muebles, todo lo que es amoblamiento fijo es MDF.
– ¿Los paneles interiores?
– Todo en Durlock. Y exteriormente estamos trabajando con Superboard, que ha sido una maravilla en cuanto a
durabilidad y mantenimiento.
– ¿Se puede decir que al menos la mitad de la casa lleva madera?
– (Piensa un instante) Yo no creo que lleguemos a tanto. Hay un montón de componentes. Para mí hay tres grandes componentes, en cuanto a costo, en este tipo de construcción: 20 por ciento es madera, de estructura; otro 20 por ciento es mano de obra y un 20 por ciento lo representan aberturas y equipamiento. Ahí tenemos el 60 por ciento del valor de la casa. Porque hay muchos materiales que se han ido reemplazando. El exterior van a ver qué es lo que estamos haciendo con el nuevo sistema. Lo que estamos haciendo ahora está sorprendiendo, sobre todo por la velocidad de construcción. Nosotros aprendimos mucho en base a cometer errores y subsanarlos. No errores graves, pero nos dábamos cuenta de que queríamos mejorar nuestro producto. En esta casa que van a ver, en la parte de piedra –que hoy está muy de moda- cometimos el error de hacer en mampostería la base donde va asentada la piedra. Usamos ladrillo hueco, lo revestimos en piedra, después pusimos perfil omega de adentro y revestimos el interior. Eso es equivocado. Los americanos en ese caso no utilizan ladrillo ni obra húmeda. Hacen una zapata en la parte de abajo, dejan incorporados unos tacos donde se levantan los mismos paneles que hacemos habitualmente en madera, que en vez de recubrirlos con el siding exterior lo asientan con piedra. La piedra en realidad está descargando su peso sobre el encadenado de abajo, pero no hace fuerza contra la pared. Lo único que hace es mantenerla en pie, en equilibrio. Acá cometimos ese error. En las próximas construcciones vamos a hacer todo en madera, porque no tiene sentido trabajar en mampostería. La mampostería nos llevó mucho tiempo, es muy cara. Yo me sorprendí de lo que valen hoy el ladrillo, el cemento, el hierro, la mano de obra… Para nosotros no existe eso.
– Y además dependen mucho de las condiciones climáticas para el fraguado, por ejemplo.
– No tiene nada que ver. Ahí realmente tomé conciencia de lo que estamos logrando con este sistema constructivo.
– Alguna vez alguien sostuvo que si la mano de obra de la construcción húmeda estuviera bien paga, se construiría mucho más en madera.
– No. Yo creo que la ventaja que tienen es el plazo constructivo. Una construcción en mampostería convencional de
150 metros cuadrados no se puede terminar en menos de 9 meses. En cambio, en madera en 60 días, a lo sumo 90 días, terminé y me fui. A mí me parece que la mano de obra que hace esta casa es mucho más especializada y mejor paga.
Como dice ese libro del año 30 que era de mi padre, éstas son casa para ser construidas por tres personas: uno que sepa serruchar, otro que sepa clavar y el tercero que les alcance la madera y los clavos. Punto. No tiene otro secreto, pero hay que hacerlo bien. No hacen falta servicios, son elementos transportables. Es un mecano. Es una cosa tan simple…
– Y Argentina tiene la posibilidad de producir madera implantada a gran escala.
– Es materia prima que nos sobra. No tiene nada que ver con agarrar una cuadrilla de albañiles y empezar a levantar paredes, que profesionalmente para el arquitecto es muy fácil. Ya la gente tiene una determinada estructura mental. Hacer una casa de madera requiere mano de obra especializada.
– Quisiera volver a los potenciales mercados para construcciones en madera. Además de las viviendas de calidad para consumidores de alto poder adquisitivo, ¿no cree que se podría construir para un segmento medio, con una casa digna, bien hecha y a un costo menor? ¿No se podría llegar a presentar una casa que se diferenciase de la vivienda prefabricada y a la vez de la de alto valor?
– (Piensa) Me parece muy difícil que sea en base al costo. Porque nosotros tenemos un costo que, en realidad, es más que razonable por metro cuadrado. Hoy estamos por debajo del costo de la construcción tradicional, con altísima calidad de terminación. El metro cuadrado cuesta, llave en mano, US$ 1.000. Y menos también.
– ¿Un mayor acceso al crédito podría ser una vía para que se construya más en madera?
– Hay bancos que otorgan el préstamo pero los trámites son tan engorrosos, tan complicados… Nosotros hemos hecho casas con préstamos del Banco Galicia. Terminamos la casa y el inspector venía por primera vez a ver cómo estaba el terreno. Manejan un lógica que para esto no sirve. No es como en Estados Unidos. Igual que con los seguros. Nosotros trabajamos únicamente con SanCor, porque las otras compañías no las quieren asegurar. Creen que estas casas con fosforitos. Y acá en Cariló tenemos 70 casas hechas, más otras construidas en otros lugares, y jamás tuvimos un inconveniente en una casa. Cualquier que tenga techo de madera, si se incendia el techo la casa no sirve más porque se raja toda.
– En Estados Unidos las primas de seguro son más económicas en viviendas hechas en madera que en las de mampostería.
– Pero si todos los materiales son incombustibles (enfatiza). Bueno, si tengo la mala suerte de que se me prende fuego el piso o me agarra una cortina, se me va a quemar como una casa convencional. Pero a la casa convencional que se le prende fuego el techo no sirve más.
– Con mi pregunta yo apuntaba a saber si es viable construir una vivienda normalizada, como lo es en Estados Unidos…
– …(interrumpiendo) no hay mercado. Acá no hay mercado.
– ¿Con normalización y acceso al crédito no habría una base para generar ese mercado?
– Sí. Pero lo que pasa es que nadie lo promueve. Y no hay mano de obra. Yo podría estar construyendo en todo el país. Todos los días recibo consultas, de la Patagonia principalmente, del Tigre, de Mendoza, de Salta. Gente que viene a Pinamar y dice: “Por qué no vienen a Mendoza a hacer hoteles entre los viñedos”. No damos abasto; no tenemos gente.
– Tienen una capacidad limitada para construir varias obras a la vez.
– Porque no tengo gente capacitada. Hemos llegado a construir cuatro viviendas al mismo tiempo. No tenemos más capacidad. Ahora tenemos que empezar una en Costa Esmeralda, tenemos otra en la laguna El Rosario (NdeR: Queda en el partido de General Madariaga, a 20 kilómetros de Pinamar). En Pinamar hay una ley que del 15 de diciembre al 15 de marzo no se puede construir. Estamos peleando para que la saquen. ¿Yo qué hago con la gente? La tengo que mantener. Aparte, tengo una gran inversión en herramientas, que no son convencionales, sino neumáticas, por ejemplo. Y existen muchas incongruencias en el mercado, como por ejemplo lo difícil que es conseguir proveedores de atornilladoras automáticas para placas de yeso. Cada placa necesita cincuenta tornillos para estar bien colocada. Y estas máquinas llevan cintas con esa cantidad de tornillos, pero tuvimos problemas con un proveedor japonés porque nos dejó de proveer las cintas para las aplicaciones. Por suerte ahora conseguí que un importador me consiga el mismo producto con tecnología estadounidense. No entiendo esas incongruencias que hay en el mercado.
– ¿No será un problema cultural, que todavía no estamos preparados para la construcción en seco?
– Total. Pero, guarda que empieza por la dirigencia.
Llave en mano
– ¿Ustedes entregan la casa llave en mano?
– Totalmente terminada.
– A un costo aproximado de US$ 1.000 el metro cuadrado.
– Y menos también. La casa que van a ver ahora está en unos US$ 750 el metro cuadrado.
– ¿Tienen un mínimo de superficie a construir por obra?
– Generalmente, nuestro perfil de cliente está en una construcción que va de 150 metros cuadrados en adelante. Y hemos llegado hasta los 1.000 metros cuadrados. Y en dos y tres plantas. Utilizamos mucha perfilería de acero para las plantas superiores.
– El costo por metro cuadrado es razonable.
– Un costo de US$ 750 es totalmente razonable para la calidad del producto que estamos ofreciendo: puertas de tablero replanado, cerraduras inglesas y bisagras en bronce platil. Los pisos vendrían a ser como una pinotea nacional, en pino taeda o elioti a 3 pulgadas de ancho para que no produzca deformaciones. Toda la madera que usamos es tratada. Además, no utilizamos maderas nativas. De las maderas implantadas que sirven para la construcción nosotros utilizamos mucho kiri para decoración. En este caso es madera seca sin tratar. Tenemos nuestros propios talleres porque no podemos depender de carpinteros contratistas.
– ¿Qué opina del eucaliptus como piso y revestimiento?
– No me gusta. Nunca me gustó. No le tengo confianza porque he tenido problemas serios.
– En los últimos años hubo un avance abismal en el secado y la presentación del eucaliptus.
– Yo entiendo, pero le tengo más confianza al álamo que al eucaliptus. He utilizado muchísimo álamo. Tiene la gran
ventaja de ser una fibra larga, no tiene nudos. Hoy día no conseguimos más. Era ideal para pre-marcos, contramarcos, zócalos, es una madera blanca que admite cualquier color, no pudre. Ojo que hay muchas variedades de álamo.
Estrategia a futuro
– ¿Cuál es la estrategia de su empresa para los próximos años? ¿Planea ampliar la cantidad de productos que ofrece a sus clientes?
– No, porque no tenemos capacidad en cuanto a mano de obra. Es decir, meternos ahora a sobredimensionarnos no tiene mucho sentido porque, por ejemplo, este año ya lo tenemos cubierto al 100 por ciento. Y esto requiere un grado de organización. Para que una obra se pueda lograr en 60 o 90 días es necesaria una planificación muy importante. Mínimo, hacer el despiece para poder presupuestar una obra nos lleva un proceso de 25 a 30. Es fundamental para que no nos falte ni un tornillo al momento de construir. Ése es el secreto de por qué esta obra se hace en dos o tres meses. Es mayor el trabajo de planificación.
Fotos: Todo Madera y gentileza Berro Madero & Asociados.