Todo Madera presenta en exclusiva detalles constructivos de Cada de campo La Ángela, de la localidad misionera de Fachinal. Son autores los arquitectos Lucía Cella y Daniel Cella (Estudio Cella Arquitectos).
Cetol editó en 2018 la publicación “Madera extrema. Obras contemporáneas de arquitectura argentina” y sobre esa base Todo Madera entrevistó a los arquitectos Lucía Cella y Daniel Cella (Estudio Cella Arquitectos), responsables de esta obra, ubicada en Fachinal, en un campo al sur de Misiones.
“Algunas de las maderas usadas (en la obra) son las que existen en la propiedad y fueron cosechadas para ser usadas en la obra, como pino eliotis, eucaliptus grandis y urunday”, dijeron los arquitectos.
La publicación se puede descargar gratis del sitio www.cetol.com.ar
La obra se terminó en 2015. Fueron autores de Casa La Ángela los arquitectos Lucía Cella y Daniel Cella, titulares de Estudio Cella Arquitectos.
Casa La Ángela tiene una superficie cubierta de 125 metros cuadrados y cuenta, además, con 108 metros cuadrados de galerías.
La construcción se emplaza en el municipio de Fachinal, en el sur de Misiones.
Detalles de madera
Distintas maderas que conviven en un mismo proyecto. Las columnas son de madera de Urunday propia del lugar, en cambio los tirantes son de eucalipto grandis.
La estructura y cerramiento interior se resolvió con eucalipto rostrata. El revestimiento exterior con pino impregnado con CCA en autoclave.
El cielorraso y galerías con cañas cortadas en el lugar y las aberturas con peteribí. Toda la madera fue protegida con Cetol Classic, Tecnología Balance, color cristal.
Tradición misionera
La intervención tiene lugar en un campo al sur de la provincia de Misiones, y consiste en la ampliación de una casa de campo y la refuncionalización de un galpón adyacente mediante la incorporación de una galería y un asador.
La propuesta fue adicionar un volumen que ampliase el área social de la casa y permitirse vivir el interior como un espacio de fuerte conexión con el entorno natural, conservando el carácter propio de una galería o espacio semicubierto. A su vez, la casa debía poder cerrarse por razones de seguridad y clima, manteniendo la privacidad en los períodos en que se mantiene sin uso.
Se optó por diferenciar la construcción preexistente de la ampliación a través del uso de la madera. Así, se siguió la tradición local, de usar tablas en sentido vertical con tapajuntas del mismo material.
La envolvente de madera es continua, con sectores totalmente cerrados al sur para protegerse de las lluvias y abiertos mediante parasoles al este y al norte, con el fin de aprovechar las buenas orientaciones.
Los parasoles cumplen la función de dar seguridad y filtrar la excesiva luz de la región, además de generar un espacio de fuelle, que posibilita una relación cambiante entre el interior y el exterior, adaptándose a las necesidades generadas por las altas temperaturas.
La incorporación de una galería perimetral ofrece espacios de sombra frente al sol, a la vez que preserva la madera.
El cerramiento está compuesto por una doble envolvente: tanto la estructura como la envolvente interior es de eucalipto colorado y la exterior de pino impregnado.
Se dejó la estructura a la vista del lado interior, y la doble capa de madera en el exterior, poniendo entre ambas caras una barrera de vapor y lana de vidrio.
Desde el exterior, la obra contiene una relación con las construcciones hechas por los inmigrantes, a los secaderos de tabaco o a los galpones realizados en las chacras misioneras. En contraposición, el eucalipto colorado utilizado en el interior brinda calidez y confort a los espacios de uso.
Entrevista
– ¿Por qué eligieron trabajar con madera? Detalle por favor las particularidades y el porqué de haber trabajado con tantos tipos de madera: urunday, eucalipto (grandis y rostrata), pino impregnado y peteribí.
– Dado que se trataba de una ampliación de una vivienda existente, pensamos que la madera le aportaría un carácter a una construcción que dada su geometría y materialidad original tenía poco para decir. Algunas de las maderas usadas son las que existen en la propiedad y fueron cosechadas para ser usadas en la obra, como pino eliotis, eucaliptus grandis y urunday, las otras fueron adquiridas por sus características especiales: el rostrata por el tamaño de sus tablas y su color intenso y el peteribí por su aptitud para la confección de las aberturas.
– ¿Cómo resultó la experiencia de trabajar con proveedores de madera? ¿Les resultó difícil conseguir los distintos productos para realizar la obra?
– No resulto difícil. Nos relacionamos directamente con los aserraderos y carpinteros de la zona que trabajan estas maderas y las envían al resto del país.
– ¿Tuvo en estudio la posibilidad de realizar otras construcciones de madera posteriormente?
– Sí, durante esta obra y también a posteriori. En general son obras de pequeña escala donde podemos pensar los detalles directamente con los carpinteros.
– Una consulta sobre los tiempos constructivos, ¿en qué medida los materiales para construir en seco, acortaron los tiempos de construcción? ¿Cuánto demoró la obra?
– Contribuyo a bajar el costo de la obra y a simplificar su ejecución. No nos imaginamos como podríamos lograr esta espacialidad con otros materiales del mismo valor. Además, muchas piezas se hicieron en taller lo que acorto los tiempos de montaje en obra.
– Describa algún aspecto de esta obra o del proceso constructivo que desee resaltar. ¿Cuáles son las ventajas de la construcción en madera versus la construcción tradicional?
– En esta obra se utilizó el sistema de cerramiento de madera usado tradicionalmente en la provincia de Misiones, constituido por tablas verticales de ancho variable con tapajuntas de “2 x 1” entre las tablas. También se exploró con la utilización de las tablas de pino impregnado de 35 cm de ancho como parasoles móviles. Esto le aporto versatilidad al sistema, pudiendo dejar entrar la mayor cantidad de luz cuando la casa está en uso y bien cerrada cuando es necesario.
Fotografías: Ramiro Sosa.