Chapa madera: Buscando seguir con la tendencia social moderna de diferenciación, individualidad y conciencia ambiental; los decoradores y arquitectos rompen con los estándares en el diseño a través del uso de distintos materiales y elementos decorativos. Por ello surge el uso de la chapa de madera natural, resaltando su naturalidad y personalidad, su movimiento – con imperfecciones incluidas- para sumarse a estos nuevos estándares.
Con chapa de madera natural, los profesionales se aseguran que la construcción sea ecológica y las maderas certificadas, procedentes de bosques gestionados de forma sostenible para cumplir con los requisitos de los consumidores modernos, cada vez más demandantes.
Las modas cambian, al igual que lo hacen las sociedades y las culturas que las rigen. En los últimos años hemos visto cómo, cada día más, se busca la diferenciación, la ruptura con los estándares establecidos, la conciencia del impacto social y medioambiental de nuestras acciones, así como mostrar nuestra personalidad única a través de lo que nos rodea.
Los diseñadores, decoradores, y arquitectos se han hecho eco de estas nuevas tendencias y están rompiendo con la estandarización en el diseño, a través del uso de los materiales y los elementos decorativos. Se buscan los productos en su estado más primario, para obtener piezas exclusivas, irrepetibles y de una belleza imperfecta.
Durante muchos años se consiguieron, a través de los melaminizados o láminas artificiales, diseños estandarizados y homogéneos, donde los colores y vetas eran continuos y sin desequilibrios en las formas. Esto permitía una armonía artificial, absolutamente perfecta, entre las diferentes piezas de un mismo elemento a un precio razonable.
Cambio de paradigma hacia lo natural e imperfecto
Sin embargo, en la naturaleza, esta perfección no existe. Cada árbol es diferente, y de igual modo lo es su madera. Dependiendo de la edad del árbol, de su crecimiento, de las condiciones ambientales, o incluso de los caprichos propios de la naturaleza, podemos encontrar maderas que, siendo de la misma especie, guardan una semejanza relativa entre sí.
Ya no se buscan piezas perfectas sin nudos, ni imperfecciones sino todo lo contrario. En cada pieza de desea obtener la mayor naturalidad posible, siendo bienvenido cualquier elemento que dote de una personalidad especial al objeto. El principal objetivo es obtener una obra con carácter propio, con historia y sobre todo irrepetible.
Las más valoradas son aquellas que muestran un mayor movimiento en sus formas, irregularidades o incluso rarezas. El uso de maderas exóticas, raíces, pómeles y frisés, o la combinación de diferentes especies en una misma composición, abren un abanico de innumerables posibilidades, donde todo es válido para conseguir ese diseño único.
Gran parte de la belleza de lo natural radica en esas complejas peculiaridades. Es la belleza de lo imperfecto, de lo único. Ese pequeño detalle que convierte una simple madera en un elemento con una personalidad especial, la cual se transmite a todo el entorno que la rodea. Cuando percibimos en un suelo de madera o un revestimiento mural demasiada homogeneidad, automáticamente revela que nos encontramos ante un producto artificial, e inconscientemente, hace que se rebaje nuestra percepción del valor del mismo.
Sin embargo, si percibimos movimiento y fluidez en la veta, e inclusive leves imperfecciones, se puede apreciar que estamos ante un elemento de madera natural, y por asociación de mayor calidad.
Mayor conciencia ecológica y valoración de la chapa natural
A esta búsqueda de la belleza natural debemos sumar la conciencia respecto al medio ambiente, tan presente en las nuevas generaciones de diseñadores, decoradores y arquitectos. La construcción ecológica y la exigencia de maderas certificadas, procedentes de bosques gestionados de forma sostenible, han experimentado un notable auge en el mercado. Con su uso se pretende lograr un menor impacto ambiental, ya que el proceso de fabricación necesario para obtener los productos artificiales derivan de productos químicos, además de incrementar notablemente las emisiones resultantes del proceso de elaboración.
En este sentido, la chapa natural, posee una gran ventaja frente a su competencia de origen artificial, ya que al tratarse de una materia prima natural conlleva un proceso de producción mucho más simple y de menor impacto ambiental.
Esta conciencia social, se encuentra cada vez más arraigada en los consumidores, lo que ha supuesto un gran cambio en el mercado, en el cual se han visto involucrados desde los suministradores y prescriptores (sean éstos arquitectos, fabricantes de muebles, interioristas o diseñadores) hasta los propios fabricantes.
Toda esta concientización ha supuesto un cambio en las normativas y legislaciones específicas en el sector de la madera. En la actualidad encontramos organizaciones que velan por el cumplimiento de todas esas normas y cuyo fin último es preservar la sostenibilidad de los bosques, así como asegurar que la explotación de los mismos se realice bajo unos estándares de bienestar social mínimos.
A través de una cadena de custodia, supervisada por empresas certificadas se puede demostrar que el origen y la trazabilidad del producto, tanto de madera o chapa virgen como de producto final, cumple y salvaguarda estos valores.
Esta conciencia medioambiental está germinando también en otros sectores asociados, como son los productos de tratamiento y acabado de la madera. En la búsqueda de la naturalidad, muchas empresas están lanzando al mercado productos que realzan la belleza natural de la madera con un menor contenido de productos químicos que evitan la mezcla con disolventes o inclusive basados en aceites y jabones naturales. Estos nuevos productos, con un porcentaje de material químico mucho más reducido, protegen la madera y resaltan su belleza natural, evitando los brillos y texturas artificiales.
Unas buenas propiedades táctiles y visuales de la chapa de madera
Su belleza y sostenibilidad no son las únicas causas por las cuales las maderas naturales 0están en auge.
Una de las principales virtudes de un material tan noble como lo es la madera, es que tiene una baja conductividad térmica, e incluso en su formato de chapa, aporta una calidez de la cual carece su versión artificial.
Esto es debido a las cualidades intrínsecas del propio material, concretamente a su calor específico (o capacidad del material para albergar energía interna en forma de calor).
Esto quiere decir que para elevar o reducir su temperatura interna, la madera necesita estar sometida a un aporte mayor de frío o calor que el resto de los materiales conocidos.
Es por esta razón por la que es muy usada en elementos en contacto directo con las manos como mesas de trabajo, armarios y puertas, apoyabrazos de sillones y sillas, pasamanos de escaleras, bastones, utensilios de cocina, mangos de herramientas, etc. La madera en estos elementos conserva muy bien el calor, no se calientan ni se enfrían fácilmente al interactuar con el ambiente.
Una amplia oferta en el mercado
Aunque la madera cuenta con numerosas virtudes, seguramente su principal punto a favor que podemos encontrar es su gran variedad. La combinación derivada de una gran variedad de especies, con la diversidad tanto de colores como de formas en su veta, nos ofrece un surtido de posibilidades casi infinito.
Gracias a la globalización del comercio, podemos encontrar almacenes especializados que cuentan con un catálogo con cientos de especies diferentes, provenientes de todo el mundo. Este hecho abre ilimitadas posibilidades a los diseñadores, tanto en la elección de especies como en la de dibujos y tonos a elegir.
Hace algunos años, el mercado de la madera estaba bastante más limitado y el acceso a especies tropicales o exóticas era mucho más complejo. Actualmente se han optimizado mucho los canales de compra y venta, permitiendo así acceder a mayores volúmenes y variedad de formatos, y sobre todo, mejorando el precio.
Y es este último, el factor determinante que ha regido durante años el diseño de mobiliario e interiores, ya que el principal hándicap al que se ha enfrentado durante mucho tiempo la madera natural ha sido su costo. Es por ello que durante décadas, se ha buscado economizar, en un principio a través del uso de chapas en lugar de maderas macizas, y posteriormente esta búsqueda del ahorro derivó en el uso de laminados artificiales o prefabricados, pero a largo plazo resulta económicamente más rentable, ya que su durabilidad es mucho mayor, además de ser más fácil de mantener o restaurar.
Este hecho permite al cliente realizar los cambios de mobiliario a gusto, es decir, cuando se cansen de ellos o pasen de moda, en lugar de cambios periódicos derivados del desgaste del mismo por su uso.
Para los amantes de la madera natural pero que cuentan con un presupuesto más reducido existe la opción del chapado. Esto permite optimizar el aprovechamiento de la madera de cada tronco, a través del uso de chapa de madera natural sobre tableros, así además de optimizar el uso de la madera reducimos considerablemente su peso.
Cuándo chapar o rechapar
A la hora de chapar se deben tener en cuenta varios aspectos. En primer lugar, más allá de la especie con la que chapar el tablero, hay que tener en cuenta el entorno al que va a estar expuesto el mueble o elemento decorativo. La exposición constante a las inclemencias del tiempo o cambios de temperatura son un factor decisivo a la hora de definir el tipo de tablero a chapar.
En muchas ocasiones podemos observar como en muebles de cocina o baño que han estado expuestos a una constante fuente de humedad, se empiezan a detectar abultamientos de la chapa en sus esquinas. Esto se debe a que la elección del tablero no fue la idónea.
Pero, tan importante es la elección del tablero como de la chapa que lo viste, ya que la madera es un elemento vivo, que se ve afectado por las condiciones que le rodean y es posible que esta se raje por una exposición constante a temperaturas elevadas como que tienda a torcer por variaciones constantes en la temperatura.
Aunque estos factores pueden resultar confusos desde el punto de vista de un cliente, los profesionales del sector pueden asesorar en base a sus gustos cuales son las opciones que se ajustan a sus necesidades, permitiéndole así no encontrarse con un mueble que se ha deteriorado rápidamente por estar expuesto a un entorno adverso a él.
En definitiva no se debe elegir una madera solo por su belleza o su tono, ya que aunque se trate con productos especializados contra agentes externos, no todas las especies responden a ellos de la misma forma.
Es recomendable, por tanto, dejarse aconsejar por expertos y consultar con ellos las diferentes opciones que ofrece el mercado, ya que muchas veces existen alternativas iguales o más atractivas con precios interesantes y calidades estéticas equivalente.
Aplicaciones del chapado
Las aplicaciones del chapado más extendidas son la fabricación de muebles y puertas. Para su fabricación se usan tableros chapados con hojas procedentes del mismo tronco, esto permite una continuidad estética en cada pieza. Por eso es muy importante conocer el oficio de la madera para que dentro del movimiento propio de cada tronco el elemento resultante mantenga la máxima armonía posible.
Claramente los metros de chapa que se pueden obtener de un mismo tronco son limitados, pero si contamos con unas manos expertas que trabajen la pieza se pueden obtener decoraciones de grandes proporciones sin saltos ni grandes diferencias.
Normalmente quien opta por los chapados en madera natural busca calidad, elegancia y belleza, con un costo más reducido y mayor versatilidad.
Actualmente podemos encontrar el chapado en otro tipo de calidades y usos. Ese es el ejemplo de los suelos chapados. Para su elaboración se superponen varias láminas de madera de un grosor muy superior al usado tradicionalmente para el chapado de tableros. Con ellos se busca obtener suelos de menor costo con las propiedades intrínsecas de la madera.
El uso de láminas de mayor grosor permite tanto una mayor absorción de golpes, como el hecho de poder reparar los daños ocasionados tanto de su uso diario como pequeños golpes producidos por accidente.
Otro ejemplo de chapado tradicional es la marquetería. Aunque parecía que se estaba perdiendo este arte, podemos encontrar grandes empresas que los incorporan de una forma renovada a sus productos. Esta forma de chapado artesanal consiste en la creación de dibujos y formas a través de la combinación de porciones de chapa de diferentes tamaños, formas y tonos.
Con ello se consiguen intrincados mosaicos muy valorados en algunos países. El mercado de maderas es muy amplio y ofrece infinitas posibilidades, sólo hay que probar, crear nuevas formas y reinventar las existentes.
Fuente: AITIM número 298, Boletín de Información Técnica editado en España.