(Buenos Aires, 23 de diciembre de 2009). Roald Gundersen, un arquitecto estadounidense
que vive en el estado de Wisconsin, lleva construidas 25 casas e invernaderos solares utilizando árboles enteros como estructura y apoyo, después de haberlos podado y torcido. “Un árbol entero, sin fresar, puede soportar 50 por ciento más de peso que el pedazo de tronco fresado más grande del mismo árbol”, afirmaron investigaciones. Ver Galería de Imágenes.
El mayor recurso del bosque de Stoddard, localidad del estado de Wisconsin, Estados Unidos, son sus árboles de pequeño diámetro, que se cuentan de a miles. El bosque queda unos 16 kilómetros al este del río Mississippi y 240 kilómetros al noroeste de Madison, informó en un reciente artículo la versión en castellano de The New York Times.
Los leñadores no se fijan en estos árboles porque son demasiado pequeños para fresar, pero este arquitecto-guardabosques, que fundó Gundersen Design en 1991 y dos años más tarde construyó su primera casa en Stoddard, ha hecho carrera trabajando con ellos. La empresa hace poco cambió su nombre por Whole Tree Architecture and Construction y es también propiedad de Amelia Baxter, esposa de Gundersen.
Una tarde reciente, Roald Gundersen, se trepó a un esbelto fresno blanco –de no más de 13 centímetros de diámetro- que hay junto a su casa. Fue subiendo cada vez más hasta que el tronco de la rama empezó a inclinarse levemente hacia el piso del bosque (ver foto en Galería de Imágenes).
“Las curvas son más fuertes que las rectas”, explicó Gundersen. “Un solo arco que sostenga un techo puede apuntalar lateralmente el edificio en todas las direcciones”.
Baxter también dirige un proyecto forestal comunitario. Está tomado de un proyecto agrícola respaldado por la comunidad, en el cual los socios contribuyentes cosechan riquezas sustentables de estos bosques –como setas, leña y berro- y quienes quieren construir una casa pueden elegir entre unos 1.000 árboles. Éstos están inventariados por especie, tamaño y forma, y localizados con coordenadas del sistema de posicionamiento global, un inventario vivo que se pagó con un subsidio de US$ 150.000 que entregó el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Según la investigación del Laboratorio de Productos Forestales de Madison, dirigido por el Departamento de Agricultura, un árbol entero, sin fresar, puede soportar 50 por ciento más de peso que el pedazo de tronco fresado más grande del mismo árbol. Por eso Gundersen utiliza los árboles de pequeño diámetro para viguetas y carpintería en sus estructuras livianas, y árboles grandes caídos a causa del viento, enfermedades o insectos como columnas sólidas y vigas curvas.
Estas estructuras solares pasivas también necesitan muy poco o directamente ningún calor adicional. Los invernaderos solares realizados con materiales locales pueden extender la temporada de cultivo durante el invierno, incluso en un lugar donde las temperaturas pueden caer hasta 30 o 40 grados bajo cero.
“Es asombroso cómo nos han llamado este último año pidiéndonos casas de unos 100 metros cuadrados”, dijo Baxter. “La gente está achicando las dimensiones de sus casas para cuando se jubile, y hasta los más jóvenes piensan en los costos de la energía, la conciencia ambiental y la simplicidad”.
Cuando se empiecen a ver los bosques como un recurso, en posible que la gente comience a cuidarlos en vez de talarlos. “Yo he sacado 20 árboles por año de media hectárea, para 12 edificios. Nadie diría que se extrajo tanta madera”, dijo Gundersen.
Fuente y fotos: Versión castellana de The New York Times, editada por diario Clarín de Buenos Aires.