El IV Congreso Nacional de Sistemas Silvopastoriles (SSP) se desarrollará del 31 de octubre al 2 de noviembre en la ciudad neuquina de Villa La Angostura, bajo el lema “Una oportunidad para el desarrollo sustentable”. Gacetilla de los organizadores, para quienes “el manejo silvopastoril en bosques nativos presenta una brecha importante entre el significado técnico o académico del término ´sistema silvopastoril´ (SSP) y su aplicación más difundida en la realidad”.
El IV Congreso Nacional de Sistemas Silvopastoriles se realizará del 31 de octubre al 2 de noviembre en Villa La Angostura, Neuquén. Se resaltará la importancia de las aproximaciones sucesivas dentro del marco del llamado MBGI, Manejo de Bosques con Ganadería Integrada.
Los organizadores prevén generar diferentes espacios destinados a la revisión de sus bases conceptuales y el dictado de un curso corto destinado a formuladores de proyectos MBGI.
Además, se abordarán los SSP en bosques nativos con MGBI como marco social.
Los organizadores informaron que se ha ampliado la fecha para la recepción de
trabajos hasta el 15 de agosto. Además, se informó que está abierta la inscripción al curso gratuito pre-congreso destinado a formuladores/evaluadores de planes de manejo MBGI. Se realiza por correo electrónico escribiendo a caballe.gonzalo@inta.gob.ar
Por otro lado, en función de la correcta organización de las visitas a campo los organizadores solicitan que los asistentes llenen en forma completa el formulario al momento de la inscripción.
Sistemas Silvopastoriles en Bosques Nativos: el Manejo de Bosques con Ganadería Integrada (MBGI) como marco social
El manejo silvopastoril en bosques nativos presenta una brecha importante entre el significado técnico o académico del término “sistema silvopastoril” (SSP) y su aplicación más difundida en la realidad.
En términos técnicos, los SSP son una forma de manejo en la que “coexisten varios componentes: arbóreo, forrajero, ganadero, edáfico y social, y donde se generan interacciones ambientales, económicas y sociales, bajo un manejo integrado en el espacio y en el tiempo”, tal como se definió el II Congreso Nacional de Sistemas Silvopastoriles realizado en Santiago del Estero en 2012. Sin embargo, la realidad muestra que muchos de los llamados SSP se instalaron en base a decisiones de manejo muy alejadas de esas premisas, con intervenciones muy intensivas, orientadas sólo a producir pasto y con concepción cortoplacista.
Tal es así que en varios relevamientos realizados por organismos oficiales son considerados directamente como desmontes, e inclusive algunas leyes, como la de áreas forestales de Santiago del Estero, no los consideran como una modalidad de manejo de bosque nativo, sino como un cambio de uso del suelo, limitándose su aplicación a sólo una parte de la superficie total.
Hay allí una primera brecha entre el significado académico de lo “silvopastoril” y su aplicación habitual en terreno, donde se ha relegado (cuando no ignorado) el lugar de la silvicultura en su implementación. Pero hay otra brecha de significado en lo referido al “sistema”. Normalmente, se asume que se está frente a un sistema cuando animales, forraje y árboles se consideran de manera simultánea en la planificación. Sin embargo, el significado completo de “sistema” debería también considerar el componente social.
La contemplación del componente social dentro del “sistema” no sólo se refiere al productor, sino también al sector científico-tecnológico, al sector político, a las autoridades de aplicación y al mercado, entre otros. Todos son actores y responsables por el funcionamiento del “gran sistema” (que no termina en la tranquera del predio).
Por último, otro punto importante y quizás el más frustrante, es que la teoría de análisis de sistemas complejos, indica que no hay una respuesta “correcta o única” para su funcionamiento óptimo. Se pueden tener aproximaciones, mejorarlas, incluir más variables, entender mejor sus interacciones, pero nunca se podrá tener “la fórmula” del funcionamiento correcto del “gran sistema” político-económico-natural-técnico en el que se expresan los SSP. Abordar un problema desde el pensamiento sistémico implica asumir esta condición, y dedicarse a una búsqueda y aprendizaje que no terminarían nunca.
En 2015 se firmó un Convenio Marco Interinstitucional entre los actuales Ministerios de Agroindustria y de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación para la implementación del acuerdo técnico sobre “Principios y Lineamientos Nacionales para el Manejo de Bosques con Ganadería Integrada (MBGI)”.
Este acuerdo MBGI, es una acción concreta para achicar las mencionadas brechas entre el significado de “sistema” y “silvopastoril” y la aplicación en la realidad. Aunque se utilice el nombre “Manejo de Bosques con Ganadería Integrada”, se está hablando en el fondo de mejorar la forma en que se instalan y manejan estos sistemas mixtos ganaderos-forestales sobre ecosistemas naturales.
La implementación de un Plan Nacional MBGI asume el desafío de la producción sustentable del bosque nativo compatibilizando las demandas de una población en continuo crecimiento, en un contexto de acelerado cambio climático, minimizando el cambio en el uso del suelo y la pérdida de biodiversidad. El objetivo principal del convenio es “contribuir al uso sustentable de los bosques nativos como una herramienta de desarrollo frente al cambio de uso del suelo”.
Es compatible con la ley de presupuestos mínimos de protección ambiental de los bosques nativos (Nº 26.331), permitiendo la implantación de pasturas y prácticas con maquinarias que agilizan el manejo.
El mayor aporte del acuerdo MBGI es la formalización de un acuerdo entre las reparticiones nacionales encargadas de la política ganadero productiva (MA) y ambiental-forestal (MAyDS), y entre éstas y numerosas provincias. Esta es una forma concreta de ver el “gran sistema”; donde la política pública (por acción u omisión) tiene un rol importantísimo en las modalidades de uso del suelo y sus implicancias sobre la sociedad.
Otro aspecto importante, es que el acuerdo acepta el carácter de aproximación que tiene cualquier propuesta de manejo de estos sistemas. Se plantea un proceso de aprendizaje, prueba, ajuste, tanto por el enfoque de “manejo adaptativo” como por la implementación de “sitios piloto” a nivel provincial, para poner a prueba esquemas de manejo que se ajusten a la modalidad propuesta.
Además, el acuerdo no se quedó sólo en una declaración de buenas intenciones, sino que lo acotó a una serie de pautas específicas, fijando una postura sobre los “puntos calientes” de los SSP aplicados en la realidad. Estas pautas dan orientaciones para el diseño de sistemas que no sólo aborden en serio la integración “silvo” y “pastoril”, sino que incluyan además aspectos más relegados en el enfoque tradicional, como la conservación de la biodiversidad, el mantenimiento de otros servicios ecosistémicos, la consideración de otras dimensiones de análisis (como la social), otras escalas espaciales (como cuenca o paisaje), y de tiempo (como la rotación forestal).
Desde esta perspectiva, se considera que el acuerdo MBGI brinda un marco para devolver el significado a lo que entendemos por “sistema silvopastoril”, y también para darnos una oportunidad para sacar al tema “bosques nativos” de esa aparente dicotomía entre el desmonte y la reserva intangible, y desarrollar esquemas que contribuyan al bienestar de los productores, las comunidades y la conservación de los ecosistemas.
Más información: www.congresossp2018.com.ar o visitando el Facebook: safssp2018
Correo electrónico: caballe.gonzalo@inta.gob.ar
Teléfono: (+54) 0294-422731
Fotos: Archivo Desarrollo Forestal.
