(Buenos Aires, 27 de junio de 2012). Desarrollo Forestal dialogó telefónicamente con el ingeniero Gabriel Marangoni, presidente de AMAYADAP. Desaceleración, inflación, aumento de costos y estado de la cadena de valor fueron los principales abordados. “Se sigue trabajando -no al cien por cien-, se está vendiendo. Hay algunos problemas de cobranza. Los márgenes de rentabilidad se siguen deteriorando. Hay algunos problemas de cobranza. Algún aserradero dice: ‘El mes pasado vendimos bien, éste no tanto’. Se comienzan a ver algunos baches. Creo que todo depende de la situación argentina, no del sector en sí“, afirmó Marangoni.
– La última vez que conversamos, hace unos meses, ya instalada de lleno la crisis mundial generada por las hipotecas subprime en Estados Unidos, el mercado interno era el que consumía casi toda la producción de Misiones y del país en general, ya que el mercado exportador no se había reactivado. ¿Cómo está ahora la situación? ¿Sigue exactamente igual?
– Exactamente igual, no, porque hay un poquito más de preocupación. Pero, básicamente, sí. Es decir, las exportaciones están casi muertas. Y el mercado interno responde un poco a la macroeconomía y a la macro-política argentina, entonces hay dudas y algo de preocupación. Los márgenes de rentabilidad se siguen deteriorando. Así que la situación está más o menos de la misma forma. Se sigue trabajando -no al cien por cien-, se está vendiendo. Hay algunos problemas de cobranza. Algún aserradero dice: “El mes pasado vendimos bien, éste no tanto”. Se comienzan a ver algunos baches. Creo que todo depende de la situación argentina, no del sector en sí. Y respecto de Estados Unidos, justamente la semana pasada tuve una reunión con el gobernador (Maurice Closs) en la que le planteamos lo mismo. Se comenzó la charla con información de que en Estaos Unidos parecía que el mes pasado (por mayo) estaba creciendo la construcción de casa, pero este mes (por junio) parece que volvió a bajar. Leemos todos los días lo que sucede en el mundo, donde no hay certezas. Así que la situación es más o menos similar, con más preocupación.
– En la industria del mueble muchos fabricantes están agilizando proceso de logística interna, con lo cual venden más rápidamente su producción y reducen stocks. Y en Córdoba hay un proyecto para que algunas se especialicen en la producción de partes de muebles. ¿Cómo se pueden analizar estos dos temas desde el punto de vista de los aserraderos de Misiones?
– El just in time en el caso de la madera es un poco más complicado que en la industria del mueble, porque del rollo no sale un solo producto. Vos podés tener un pedido, pero el rollo produce madera para muchos tipos de productos. Entonces, generalmente, los productos de menor valor son los que van quedando en stock. Y si yo produzco muchos productos de una escuadría y no de los otros, seguro que me van a pedir de ambos y no voy a tener para atenderlos. Así que en general en el rollo se trata de cortar de todo un poco. Salvo aquellos aserraderos que, por ejemplo, decidieron hacer lo siguiente: no cortar tirantería y dedicarse a cortar partes de muebles, por ejemplo; o cortar solamente machimbre. Eso sí está sucediendo en la industria de Misiones. Pero todavía no hay fábricas de muebles, todavía no se llegó a esa etapa de la cadena de valor. Sí se están haciendo muchos tableros (alistonados), hay muchas fábricas de tableros, hay muchos que han incorporado tecnología para hacer vigas multilaminadas. Pero todavía no se llegó en Misiones a integrar a las fábricas de muebles a la cadena de valor. Comienzan a haber algunos que otros carpinteros que van creciendo un poquito más, pero no son muchos, son puntuales. El resto sigue trabajando en su pequeña carpintería por pedido.
– Pero sí de ve que hay una tendencia más clara a que haya más aserraderos que apuntan a satisfacer la demanda de la industria del mueble, por lo menos más que hace unos años. ¿Se percibe ese fenómeno?
– Estamos de acuerdo. Por eso decía que los aserraderos se van especializando en ofertar productos para determinados tipos de clientes o áreas dentro de la cadena de valor. Pero aquel que ofrece productos en general no puede tener un stock reducido porque siempre se va a dar el caso de que le pidan justo el producto que no tiene. Y porque el rollo produce de todo. Pero sí se va diferenciando y aparecen industrias que se van especializando en determinados tipos de clientes o áreas a atender.
– O sea que la construcción en sí no es la única demandante en este momento, sino que la fábrica de muebles también lo hace.
– Desde ya. Lo que pasa es que la industria del mueble tampoco es un gran consumidor; el gran consumidor es la industria de la construcción. En Argentina, en Europa y en Estados Unidos.
La extensa nota completa se publica en Desarrollo Forestal impreso de junio (Año XXI, número 206).