(Buenos Aires, 18 de febrero de 2011). En el marco de la Ley Nacional 25.080, “Ley de Inversiones para Bosques Cultivados”, la provincia de Chaco lleva adelante la campaña de forestación sobre enriquecimiento del bosque nativo. A través de la capacitación para pequeños productores agrupados, se han plantado 150.000 plantines de algarrobo, generando 1.500 hectáreas en el último año.
El Plan de Formación en Forestador representa el primer paso hacia el desarrollo productivo de la zona, alternativo al corte de madera y que apunta al desarrollo de la cadena de valor.
La plantación de algarrobos se utiliza para iniciar la restauración del bosque en los lugares que han sido severamente deforestados y enriquecer las áreas forestales menos diversas.
Para poder proponer alternativas rentables a los cultivos de soja y a la ganadería extensiva, principales causas del deterioro del monte chaqueño, se propone impulsar un proceso de protección de la cobertura arbórea ya existente y por otro lado, enriquecerla con nuevos ejemplares. En general, los ecosistemas naturales están muy degradados, y en particular, los bosques están muy deteriorados tanto en su composición como en su estructura, perdiendo gran parte de su capacidad y calidad productiva, debido fundamentalmente a la sobreexplotación y mal manejo de los recursos.
El “enriquecimiento del bosque nativo” es una opción productiva que presenta al menos tres cualidades sumamente relevantes: incremento de la productividad global del recurso forestal, un mínimo impacto ambiental y en donde no se requiere efectuar elevadas inversiones. Por lo que constituye una alternativa económica a la forestación en macizo y es un sistema de mejoramiento cuali-cuantitativo del bosque nativo.
El algarrobo representa algo más que un árbol para los pueblos: Por su historia, su cosmovisión y por la importancia en la economía. Plantarlo representa una actividad que armoniza al hombre con su ambiente y lo compromete con sus generaciones. Además, aporta muchos beneficios desde tiempos ancestrales, gracias a sus múltiples cualidades como alimento, forraje, abono, madera, medicina y materia prima para el desarrollo de diversas actividades económico-productivas. Sus frutos, también llamados "algarrobas", contienen altos índices de azúcares, proteínas, minerales, vitaminas y fibras. Sus flores son un excelente recurso para la producción de miel, jalea, polen y cera.
Por otro lado, esta experiencia contribuye a mejorar las relaciones de género al interior de las comunidades, involucrando de la misma manera a los hombres y a las mujeres. De hecho, son los hombres quienes tienen a cargo la tarea de plantación, mientras que las mujeres además de participar de las cuestiones administrativas son las beneficiarias finales de la iniciativa en cuanto, tradicionalmente son las encargadas de la recolección de los frutos silvestres y por ende, las dueñas de las algarrobas.
Fuente: http://www.gran-chaco.org