(Buenos Aires, 21 de diciembre de 2010). La jornada vespertina del “Foro de Inversión y Financiamiento para el Sector Forestal-Industrial”, desarrollado el 16 de noviembre en el porteño Palacio San Miguel, fue intensa. Al menos dos panelistas reconocieron errores cometidos por la foresto industria a lo largo de su historia. “Tenemos que hacer una autocrítica nosotros también”, dijo Osvaldo Vasallo, presidente de AFCP.
A continuación se presentarán dos rondas de consultas, en las que los participantes del “Foro de Inversión y Financiamiento para el Sector Forestal-Industrial” pudieron pedir la palabra para preguntar, opinar o hacer consultas a los especialistas que disertaron o, como en el caso del presidente de AFCP, Osvaldo Vasallo, fueron invitados a participar ad hoc de las rondas de preguntas.
En la primera ronda de preguntas ofició como moderador el consultor brasileño José Rente Nascimento, quien accedió a una entrevista exclusiva con Desarrollo Forestal (ver aparte).
Luis Mestres, director de Recursos Forestales de Corrientes, preguntó al panel integrado por el brasileño Iván Tomaselli, el canadiense Don Roberts y por el consultor argentino Daniel Maradei (de izquierda a derecha, en la imagen grande): “¿Cómo ven el movimiento ambiental –que lo hay- y en particular el referido a nuestro sector, porque muchas veces es como que nuestro sector está más agredido desde esos movimientos? ¿Cómo lo ven respecto del grado de afectación que puede tener en la recepción de inversores industriales?”.
– Maradei: Como responsables de la actividad forestal tenemos que asumir graves errores cometidos en la historia. Nosotros decíamos que la Argentina tal vez ha tenido 100 millones de hectáreas de bosques nativos y hoy tiene 30 millones, 33 millones. Sabemos que hemos cometido graves errores. Sabemos que la industria no ha tenido los niveles de control de contaminación del medio ambiente adecuados. No porque se pretendía contaminar. Los desmontes que hicimos inadecuadamente en Misiones no los hicimos a propósito, los hicimos porque pensábamos que así se hacía. La industria celulósica ha mejorado sus procesos no porque sean amigos del medio ambiente, sino porque es económico reciclar el “licor negro” y porque es económico retener las fibras que antes se tiraban a los arroyos. Sabemos que la deforestación está impactando en más de un 20 por ciento en los gases de Efecto Invernadero, no sólo por lo que dejan de fijar sin por toda la remoción y por todo el carbono que se libera con las quemas de los desmontes. Sabemos que hemos hecho muchas cosas mal; sabemos que hemos aprendido y que tal vez el sector forestal sea en este momento uno de los pocos que tienen la posibilidad de certificar internacionalmente con consultoras internacionales el manejo forestal responsable. Esto ha hecho que la opinión pública haya tomado algunos malos ejemplos o algunos errores cometidos en el Hemisferio Norte. A nosotros nos duele cuando algunas maestras mandan mails diciendo que no impriman el mail porque de esa manera ayudan a la naturaleza. Nosotros pensamos que es un error. Nosotros pensamos que cuando se consume papel se está alimentando una industria que genera trabajo, que fija carbono. Pero no dejemos de tener presente que en el Hemisferio Norte el 99 por ciento de la industria celulósica se basó en desmontes de bosques nativos y que han perdido millones de hectáreas de bosques nativos. Y uno de los tremendos problemas que existe con el Efecto Invernadero se debe, entre otras cosas, a la deforestación. Entonces, hay una cultura que hemos importado del Hemisferio Norte de la cual no somos culpables, por lo menos en una gran mayoría. Pero también hemos cometido errores propios. Esos errores los tenemos que pagar haciendo las cosas bien: certificando nuestra producción y difundiendo que ahora aprendimos a hacer las cosas, no sólo porque nos gusta cuidar el medio ambiente sino porque es económico producir razonablemente. Producir certificadamente, con responsabilidad ambiental, no es más caro, es más eficiente. Eso lo tiene que conocer la opinión pública. Hoy la opinión pública sabe que la fábrica de celulosa contamina y piensa que Botnia contamina lo mismo que una fábrica que se instaló en el año 40 que no tenía ningún sistema de tratamiento. Ésas son las cosas que es nuestra responsabilidad difundir, hacer conocer e impulsar a través de las autoridades del gobierno un manejo responsable, exigiendo la certificación de nuestra tarea.
Segundo panel
El moderador de otra de las rondas de preguntas volvió a ser el consultor brasileño José Rente Nascimento. El primer expositor fue Osvaldo Vasallo, presidente de la Asociación Argentina de Celulosa y Papel y ex directivo de Celulosa Argentina.
– Vasallo: Yo les puedo decir que los argentinos tenemos frases que después permanecen en el tiempo e incineran al que las dijo. Yo también tengo una frase de ésas. Hace treinta años, aproximadamente, dije que Argentina iba a ser un país forestal celulósico-papelero con los argentinos o a pesar de los argentinos… Todavía no lo somos. Cuenta la historia que en el año 60 Argentina producía 70.000 toneladas de pulpa; Brasil, 280.000. Argentina producía 240.000 toneladas de papel y Brasil aproximadamente 290.000 toneladas. Cincuenta años después Argentina produce 950.000 toneladas de pulpa y Brasil 13,5 millones de toneladas de pulpa. Argentina produce 1,6 o 1,7 millones de toneladas de papel y Brasil produce 7 millones de toneladas de papel. En esos 50 años has pasado gobiernos de todo tipo, color y sector político que se precie. Entonces, si yo parto de la base de que los políticos no son gente a los que han traído los marcianos, sino que son emergentes de la sociedad, quiere decir que tenemos que hacer una autocrítica nosotros también. Somos bastante espasmódicos; estamos muy en contra de algo, muy a favor de todo; o somos los mejores del mundo o somos los peores del mundo. Ni somos los peores ni somos los mejores, pero creo que ha llegado el momento de hacer una articulación público-privada como dijo el doctor (José) Urtubey hoy a la mañana y ponernos a trabajar los sectores que tenemos que ver con toda la cadena de valor foresto industrial para ver cuál es el real destino que queremos. Si es un destino de grandeza o es un destino mínimo. Nosotros tenemos alrededor de 100 fábricas de papel. La gran mayoría no tiene escala industrial. Entonces, creo que el mundo en este momento post crisis tiene dinero como para poder venir hacia la Argentina o hacia los países de Sudamérica. No podemos perder otra oportunidad porque ya Colombia y Perú están teniendo planes de forestación, y entonces tendremos otra generación perdida. Si es cierto que el año que viene –y no tengo por qué dudarlo- se arregla la deuda con el Club de París tendremos mejores condiciones para financiar esta industria, que es de capital más que intensivo: Entonces, creo que ha llegado la ahora que nos pongamos de acuerdo y digamos adónde queremos ir. Pero entre todos. Nada más.
Luego de la presentación de Vasallo, pidió la palabra el consultor Gustavo Cetrángolo, quien afirmó: “De las opiniones que hubo en el panel la que más me ha llegado, tal vez por historias comunes, aunque sea en otras partes, fue la de Osvaldo Vasallo, porque resumía un poco todas las historias de un balance que no nos da tan positivo a lo largo de estos últimos 30 años, especialmente desde fines de los 70 en el sector industrial. Esto me lleva a reflexionar que hoy en día prácticamente importamos unos US$ 1.700 millones de productos de celulosa, papel y madera, para lo cual no nos alcanzan las exportaciones de carne de unos US$ 1.400 millones para compensar esa balanza. Esto se debe a un proceso de falta de industrias, obviamente. Falta de industrias no significa que no se ha traccionado el sector primario desde la demanda. No de la demanda interna, porque la demanda interna está cubierta con más de US$ 1.000 millones de importaciones de papeles. Esto nos lleva a pensar a qué ámbitos del gobierno tenemos que llevar esta discusión. Yo quisiera saber si hay acá algún funcionario del Ministerio de la Producción y ver qué rango tiene, para ver si estamos llevando el problema al ámbito adecuado y están los participantes adecuados. No digo que nosotros no lo seamos, pero sí digamos hacia dónde tenemos que profundizar esto. Las grandes inversiones en Argentina han salido de promociones que se han hecho desde las áreas de Industria o de ministerios afines. Creo que si no hay nadie hoy del Ministerio de la Producción, sin desmerecer a la gente del Ministerio de Agricultura, me parece que significa que dentro del Estado hay organismos que no tienen suficiente interés, o no tienen claro cuáles son las políticas. Y es así, ahora volviendo a mi reflexión anterior, de que debemos interesar a todos los organismos del Estado para poder traccionar desde la demanda de una industria lo suficientemente activa y competitiva para no estar dentro de nueve años nuevamente discutiendo si tenemos que obtener una prórroga de la ley 25.080, que ya tiene otro número, porque realmente no podemos desde el lado del precio haber generado un negocio genuino. Nada más”.
Fotos: Desarrollo Forestal.
Más información en Desarrollo Forestal impreso de diciembre (Año XX, número 192).