Ventana madera aislamiento acústico: Una correcta instalación y sellado es fundamental porque una ventana mal colocada o mal sellada arruina toda ganancia acústica del hueco. Además, genera condensación de humedad, ventilación insuficiente, dificultad de mantenimiento, etc. Segunda parte de este artículo publicado por la española Aitim
La permeabilidad al aire es el mejor camino posible para el sonido.
De hecho, si una ventana acústica instalada arroja unos valores de aislamiento detectado con sonómetro, indica que su instalación es deficiente.
Independizar la ventana del cajón de persiana ayuda mucho a mejorar la acústica ya que se eliminan puentes, lo mismo que motorizar las persianas, hacerlas registrables por el exterior, etc.
Valores acústicos típicos de la ventana de madera
En cuanto a los valores típicos de ventanas de madera con doble acristalamiento, con un perfil estándar -68 milímetros, por ejemplo- y doble junta se puede llegar fácilmente a 37 decibeles.
Con vidrio doble “sencillo” –por ejemplo, 4/16/6-, se puede llegar con facilidad a 40 decibeles, y con vidrios acústicos a 44 o 45 decibeles.
En ventanas con perfiles de madera de mayor sección, por ejemplo 92 milímetros, se llega a fácilmente a 40 decibeles; y con vidrios acústicos especiales se podrían alcanzar los 50 decibeles.
La experiencia de ensayos demuestra que una ventana de madera con vidrios pobres desde el punto de vista acústico mejora en entre 7 y 8 decibeles el valor acústico del vidrio. Con vidrios mejores acústicamente, la ventana de madera mantiene el valor del vidrio o, como mucho, se pierde 1 decibel.
O, dicho de otra forma: en ventanas de madera de baja calidad acústica el perfil de madera mejora acústicamente la ventana, mientras que en las de mayor calidad acústica resulta “indiferente”.
Valores de ensayos de ventanas de madera
Los valores de ensayo de aislamiento acústico de ventanas de madera con acristalamiento normales (doble acristalamiento) varían desde los 34 decibeles (-1, -4) a los 40 decibeles (-2, -6), expresados en Rw (índice ponderado de reducción sonora).
Utilizando cristales con mejores prestaciones acústicas se llega hasta entre 45 y 48 decibeles. Superar estos valores es bastante difícil.
Ventanas para Edificios de Consumo Casi Nulo (ECCN)
Si nos atenemos a las demandas del mercado y de la legislación obligatoria desde 2020 respecto a los ECCN, se limita exclusivamente al aspecto energético. Es decir, a las ventanas térmicamente aislantes (Nota: se sabe que las ventanas de madera en este supuesto supera a las del PVC y aluminio porque no necesita romper ningún puente, ya que toda su sección es aislante. Por razones de economía de escala y la no contabilización de muchos aspectos del Ciclo de Vida de los otros materiales, la ventana de madera es ligeramente más cara).
La exigencia acústica se deja en segundo plano: lo que se promueve realmente es el ahorro de energía, no el confort acústico, lo que parece un error.
Sabemos que, en la mayoría de los casos, no siempre, la mejora del aislamiento térmico supone también la mejora del aislamiento acústico.
Pero como se ha comentado y, dado que el vidrio es principal protagonista de la ventana acústica, a partir de cierto nivel la optimización acústica de una ventana no produce una mejora térmica, aunque sí al revés.
Comparativas ventanas de PVC y aluminio
Descartando el paso del aire (permeabilidad), que se da por resuelto, el comportamiento acústico de la ventana depende de su respuesta a la onda acústica incidente: a) Reflexión, b) Absorción y c) Disipación en forma de calor.
Al estar compuesta la ventana (tanto la de madera como, como la de PVC o aluminio) mayoritariamente por materiales por materiales duros (entre los flexibles se pueden mencionar las juntas, los junquillos, sellados y los calzos) y reflectantes, el mayor índice de respuesta acústica corresponde al factor a) Reflexión.
El factor b), la Absorción, es prácticamente nulo en todos, porque no son materiales porosos ni fibrosos. Sin embargo, podría existir el peligro de que se produzca resonancia acústica en los perfiles de PVC y aluminio por ser huecos. Si esto se produjera, permitiría el paso del sonido.
Finalmente, la opción c) (Disipación) en forma de calor tendrá una importancia relativa en la medida en que se produzca el efecto masa-resorte-masa en el vidrio y en su conjunto. El vidrio se refuerza al presentar condiciones de borde relativamente flexibles dentro de un marco rígido la reflexión (a).
Esto se da siempre y cuando la unión o junta del hueco a obra sea lo más rígida posible. Cuanto más flexible sea la junta a obra, menor será la flexibilidad de la carpintería porque se reparten el movimiento entre ambos.
La consecuencia es que el material del perfil pasa a segundo plano. Por eso la proporción de los perfiles respecto del vidrio, ya de por sí baja, tiende a disminuir cada vez más, siempre que se puede. Se deriva así a soluciones del tipo muro-cortina donde la presencia del marco es mínima.
Esto no es posible cuando se requiere la apertura del hueco, caso más habitual en viviendas y más frecuente en general.
c) Ventanas de madera de carácter histórico que se deben rehabilitar para adecuarse a las exigencias de aislamiento térmico y acústico
Es sabido que muchas de las carpinterías históricas no satisfacen los estándares actuales (si bien son, en general, excelentes y solucionaban los problemas de confort tan bien como las de ahora).
También puede suceder que hayan perdido parcialmente su integridad estructural, lo cual es lógico en ventanas con una vida de servicio superior a los 100 años.
Siendo la base de la rehabilitación de la ventana su integridad estructural, se debe comenzar por ésta, considerando los refuerzos necesarios para incorporar los nuevos elementos de tipo acústico.
A continuación, se debe resolver al ajuste entre hojas y cerco. Para ello se deben realizar los “enchuletados” y refuerzos que sean necesarios en las partes de los solapes y, cuando sea imprescindible, colocar juntas metálicas de estanquidad.
Éstas deben trabajar a compresión para que realicen adecuadamente su función, por lo que se insertan en el perfil.
Estas tareas deben realizarse en taller para hacerse con la precisión adecuada, por lo que se da por supuesto que las ventanas se han descolgado de obra y trasladadas al taller.
Si se tienen que conservar los herrajes originales, éstos deben volver a trabajar adecuadamente después de su limpieza y ajuste correspondiente.
En muchos casos es muy probable que haya que complementar su trabajo con herrajes actuales, que lógicamente se instalarán de la forma más oculta posible.
Finalmente, el elemento más importante será la colocación del nuevo vidrio aislante, que es el que se “hará cargo” de forma principal de las nuevas prestaciones (acústicas).
Su mayor grosor hace necesaria la adaptación del perfil del bastidor antiguo a esta tarea, lo cual es normalmente complicado.
Fuente y fotos: Aitim número 319, mayo-junio 2019.