Una vivienda con bastidores de madera en la localidad misionera de Eldorado fue el motivo de una entrevista exclusiva que mantuvo Todo Madera con el constructor Gustavo Rudolph.
“Hay un problema con la normalización o la estandarización del producto. Yo insisto hace mucho con el tema. Acá cada aserradero tiene como un kiosco y vende lo que quiere”, señaló. Rudolph describió en detalle una de sus últimas obras, cuyo costo es de alrededor de US$ 1.200 por metro cuadrado.
– ¿El entramado ligero son los bastidores o es otro tipo de estructura?
La parte estructural es el bastidor, generalmente en 2” x 4”, aunque puede ser en 2” x 5” o 2” x 6”, que va acompañado de una placa de arriostramiento en OSB o contrachapado fenólico. Ésa es la configuración estructural del entramado ligero. El bastidor puede ser tanto vertical, en el caso de paredes, como horizontal, en el caso de entrepisos.
La forma de trabajo es exactamente la misma: son piezas de poca sección, distanciadas a una medida modulada de alrededor de 40 centímetros. Es copia del sistema norteamericano, equivalente a 16 pulgadas. También se pueden colocar las piezas cada 60 centímetros.
El entramado ligero se basa en el reglamento de construcción CIRSOC 601. Se intenta aplicar este reglamento para el cálculo de estructuras. Cuando hay luces muy grandes yo utilizo vigas de madera laminada. En el caso de los techos se pueden usar cabios -también con placa de arriostramiento- o cabriadas, dependiendo de la obra.
– Quisiera pedirte que hables de alguna obra en particular, para conocer detalles.
Es verdad que el cliente es de un cierto poder adquisitivo. Una alternativa es construir en etapas. Los terrenos de esta zona son con pendientes, situación que hay que salvar de alguna forma. Lo más económico y eficiente es hacer un muro perimetral de mampostería para nivelar, después construir un piso o entrepiso con estructura de madera en 2” x 6” de madera impregnada.
Yo siempre trabajo con madera implantada, básicamente pino. Puede estar impregnado o sin impregnar, y la madera tiene que estar dimensionada. Volviendo a las construcciones, estoy haciendo una casa “llave en mano” en Eldorado. La casa tiene una estructura de piso de madera, en pino impregnado y cepillado.
Las paredes son en entramado ligero de madera, en 2” x 4” colocados cada 16 pulgadas, que son 41 centímetros. Eso se usa para aprovechar el contrachapado fenólico o el OSB. En los techos se colocan cabriadas cada 60 centímetros, también en 2” x 4”. Para cabios se utiliza madera laminada.
– ¿Quiénes son los proveedores de madera laminada?
Los proveedores son Forestal Eldorado, Don Guillermo, Taeda y un aserradero mediano de Puerto Esperanza. Toda la madera es en pino cepillado.
– ¿La vivienda tiene una sola planta o dos plantas?
Es en una sola planta. La estructura del techo es con pendiente, a dos aguas. La mayor parte de los revestimientos son en placa de yeso, Durlock, al igual que los cielorrasos.
La cubierta es en chapa ondulada o trapezoidal. Y afuera hay aleros en madera, con machimbre clear. Y el revestimiento exterior es en placa cementicia, que se pinta con un texturado tipo Tarquini. Las carpinterías son en PVC y tienen doble vidrio hermético (DVH).
En los bastidores utilicé lana de vidrio como aislación térmica. Los baños también son en madera, pero están revestidos con porcellanato. En otras obras he realizado revestimientos interiores en machimbre o frente inglés.
La casa de la que hablé tiene un costo de US$ 1.200 el metro cuadrado. Para estar más cerca de un valor de US$ 600 el metro cuadrado yo usaría más madera para revestimientos.
Yo para Misiones prefiero revestimientos exteriores con placa cementicia en lugar de madera, porque el calor y las lluvias son muy bravos. Son gustos y son posibilidades de los bolsillos de los clientes.
– Respecto de la cadena de proveedores, ¿tenés resuelta la provisión de todos los elementos para armar una casa? En este caso hablamos del norte de Misiones.
En este lugar ha cierta dificultad para algunos materiales. La madera se consigue, pero tiene sus problemas. Hay un problema con la normalización o la estandarización del producto. Yo insisto hace mucho con el tema. Acá cada aserradero tiene como un kiosco y vende lo que quiere. Yo hago todos mis planos en Autocad. El plano me exige a mí ser preciso al milímetro.
Cuando pedís madera cepillada hay mucha diferencia entre un aserradero y otro, del orden del 10 por ciento. Un tirante mide en un aserradero 45 milímetros y en otro mide 50 milímetros. Y ésa es una dificultad.
Porque si a vos te falta una madera o querés combinar productos de dos aserraderos distintos, no podés. Yo siempre insisto en que se tienen que poner de acuerdo los aserraderos y sacar un producto del tipo del steel framing, normalizado.
– Es un tema en el que también insiste Martín Sánchez Acosta, quien hizo toda su carrera en INTA Concordia. Él dice que si ese tema no se resuelve, nunca la madera va a llegar al gran público.
Exactamente. Es complicado que se pongan de acuerdo. Dentro de normalización y estandarización está el tema de clasificación de la madera. Vos no podés pedir en un aserradero madera para estructuras, por ejemplo. Eso no existe.
Ellos te venden un paquete de maderas y vos tenés que desarmar el paquete y hacer una clasificación propia. Y decir, ésta es madera lateral, éste es madera central, madera con nudos o con médula, y las vas separando según la posición que va a ocupar dentro de la estructura.
Otros productos, como los revestimientos de placa cementicia, acá casi no hay. Hay un solo proveedor que trae mercadería de Buenos Aires porque tiene un flete por semana. En cuanto a aislaciones térmicas, sólo se consigue la lana de vidrio. A veces tenés que esperar un mes para que te traigan lana de vidrio. Hay una aislación que es de celulosa y acá no existe. La provisión de materiales es complicada. Por suerte tenemos la madera.
– ¿Has notado algún cambio en el mercado en este último tiempo? Por cuestiones de cambio climático o de economía circular, ¿has notado mayor interés por el uso de la madera en la construcción?
Sí, se ha notado, por lo menos en esta zona. Nuestro mercado es chico, pero recibo consultas y noto cambios. Primero, que es gente más joven. Por ejemplo, parejas de alrededor de 30 años que ven la cuestión ambiental y van por la madera.
No tienen demasiado conocimiento pero sí consultan mucho más que cinco años atrás. Obviamente, estamos hablando de gente que tiene poder adquisitivo para hacerse una casa. Ven cuestiones como impacto ambiental, ahorro de energía, huella de carbono. Lo han leído. Eso se ve.
Fotos: Gentileza Gustavo Rudolph.