Porton de iglesia. A continuación, se relatan detalles del trabajo de restauración hecho en el portón de entrada a la iglesia Parroquial de San Pedro Advíncula de Vallecas, en Madrid, España. Artículo elaborado por Roberto de Las Heras Sebastián para la revista española Aitim, que D&F Muebles reproduce en exclusiva.
Estado inicial
En abril de 2016 tuve mi primera toma de contacto con el portón de entrada a la iglesia Parroquial de San Pedro Advíncula de Vallecas, tras el requerimiento por parte del Arzobispado de Madrid.
Me encontré un portón con todos los daños y desperfectos que puede tener un Bien Mueble muy antiguo (descubrimos la fecha de realización de 1633 y el carpintero que lo ejecutó, Antonio Correas) que ha estado expuesto al exterior, y que el tiempo y la gente ha dejado sus huellas sobre su superficie.
Nos encontramos con un portón de gran tamaño (5x2m), estructurado con madera de Pino silvestre, tanto en montantes verticales como horizontales, así como cuarterones, siendo los plafones y peinazos realizados en Nogal, creo que con el sentido de diferenciar en textura y tonalidad ambas maderas y darle al Portón una mayor prestancia.
Debido a sus dimensiones y, por tanto, a su peso, el herraje de giro se resuelve a la manera tradicional, con quicialera. Es decir, las hojas pivotan sobre el suelo sobre un tetón metálico y arriba, sobre un vástago de madera embutido en el cargadero. De esta madera la puerta se ejecutaba con toda precisión en taller y podía trasladarse instalarse completa en obra.
Mandamos realizar a un Laboratorio el análisis de los acabados, resultando que había once capas o estratos superpuestos de diferentes pinturas aplicadas a lo largo del tiempo.
En cada capa se podía identificar, por un lado, el material orgánico que servía de aglutinante (en este caso, un aceite secativo), las cargas inertes como blanco de bario, yeso y carbón vegetal; carbonato cálcico que se usa tanto de pigmento como de carga ya que no es opaco; y pigmentos como blanco de plomo, blanco de tierra roja, diferentes tipos de tierras en tonos anaranjados y negro hueso.
Todas estas capas de pintura presentaban en general las siguientes alteraciones:
– Pérdida parcial o total de la capa original;
– Presencia de fracturas, grietas y fisuras profundas;
– Falta de cohesión de las capas;
Faltas de adhesión entre los estratos.
Debido a los estragos del vandalismo, faltaban piezas originales de madera, y clavos, en las dos terceras partes del exterior, habiéndose sustituido por otras piezas de distintas características tanto de especie como en formas y molduras.
Aparte, se encontraron piezas de hierra no originales ancladas a la estructura, como chapas de protección, cerraduras, angulares, clavos de acero, etc.
Y lo más normal en maderas situadas al exterior, existían bastantes elementos de madera originales, principalmente, los montantes horizontales y verticales de la zona baja, con bastante perdida de volumen ocasionada por la humedad y la luz ultravioleta.
Proceso de restauración
En primer lugar, se desmontó, con gran dificultad, el portón, dejando una puerta provisional. Se procedió a desclavar y retirar, tanto los clavos originales como aquellos elementos metálicos no originales. Se desmontaron todos los plafones de la cara exterior, para tener toda la superficie libre y proceder al decapado, lijado y limpieza con todos los medios a nuestro alcance, tanto físicos, como químicos y de calor.
En el hueco del plafón central, figura la firma del autor de la puerta, el mencionado Antonio Correas.
En las imágenes se puede observar la gran cantidad de piezas que se cambiaron, principalmente en la parte baja de la puerta.
Excepto en la parte superior, como una tercera parte de la puerta. Se colocaron nuevamente, todos los plafones y peinazos en Nogal con las mismas formas que las originales, formas que se sacaron de los elementos originales que quedaban de la puerta.
En los montantes horizontales, verticales y cuarterones de Pino Silvestre, se echaron piezas de madera de las mismas características de especie, forma y contenido de humedad, fijadas, bien con cola de carpintero o con resinas epoxi de dos componentes.
En todo lo que se ha podido, se echaron pequeñas piezas de madera en aquellos puntos donde faltaba o estaba dañadas. Donde no se ha podido, se recuperaron con emplaste formulado con resina epoxi y coloreado con el mismo tono de la madera.
Acabados
Una vez ejecutados estos trabajos, se lijó toda la superficie, preparada para el tratamiento y acabado posteriores.
Una vez, realizado los trabajos propios de restauración, lijado y limpieza, se realizó un tratamiento anti xilófago insecticida y fungicida, en base a disolvente orgánico.
A los herrajes y puntas se les aplico una protección antióxido, tanto a los antiguos como a los nuevos.
En la zona de las dos pisas, para evitar el daño en la madera, se colocaron dos chapas de zinc con acabado para exteriores.
Para conseguir un mejor agarre de las puntas, se les dio un punto de resina de anclaje químico en los orificios.
Para realzar el Nogal del Pino Silvestre, al Nogal antiguo y nuevo le dimos un tinte de Nogalina al agua, y a las piezas nuevas de Pino, se le aplico un tinte de Pino al agua.
Una vez, colocado de nuevo el Portón en su sitio, a la totalidad de la superficie, se le aplicó un acabado de lasur a poro abierto para exteriores incoloro mate, tanto para realzar la propia belleza de la madera como de protegerla de la humedad y de la luz ultravioleta.
Como profesionales y amantes de la madera estamos muy orgullosos del trabajo que hemos realizado, en devolver la funcionalidad y prestancia a un señor Portón del año 1633. Si levantase la cabeza Rafael Correas…
Fuente y fotos: Aitim número 307. Más información en www.aitim.es
