Frente a las cifras oficiales del índice construya, Todo Madera consultó a empresarios de la cadena de valor de la madera respecto de la actualidad comercial y financiera de sus empresas y de sus cadenas de proveedores. Hay coincidencia en señalar grandes diferencias entre multimillonarias inversiones en obra pública estatal, y la actualidad de las obras de construcción privadas, que no cuentan con gran demanda.
El Índice Construya (IC), que mide la evolución de los volúmenes vendidos al sector privado de los productos para la construcción que fabrican las empresas líderes que conforman el Grupo Construya (ladrillos cerámicos, cemento portland, cal, aceros largos, carpintería de aluminio, pisos y revestimientos cerámicos, adhesivos y pastinas, pinturas impermeabilizantes, sanitarios, grifería y caños de conducción de agua), señaló que las ventas de insumos de las empresas del Grupo se ubicaron 2,4% por encima de las registradas en marzo de 2017.
Y al comparar con febrero, los volúmenes despachados en marzo de 2018 registraron una caída del -0,69% desestacionalizado.
En tanto, en el primer trimestre del año el Índice Construya acumuló un crecimiento de 9,3% en comparación con el mismo período del año anterior.
Construya es una iniciativa exclusivamente privada, que agrupa a once empresas líderes con el fin de promover en forma conjunta el crecimiento de la construcción, incentivando así el consumo de una amplia variedad de productos para la construcción, ampliación y refacción tanto de viviendas, industrias, comercios, y todo tipo de edificaciones.
Integran Grupo Construya: Later-Cer y Cerámica Quilmes, FV, Loma Negra, Cerro Negro, Klaukol, Aluar, AcerBrag, Plavicon, Cefas S.A., Ferrum y Acqua System.
Actualidad y expectativas del mercado en la palabra de fabricantes y proveedores
1- ¿Cómo arrancó el año para la actividad? ¿Cómo había cerrado 2017?
2- ¿Qué expectativas tienen para la primera parte del año en base al movimiento de la empresa y a lo que plantean clientes y proveedores?
– Hugo Ricciuti, socio gerente de Indelama SRL, carpintería de alta gama ubicada en Monte Grande, en el partido bonaerense de Esteban Echeverría.
1- Yo no tengo una fotografía de todo el medio. Tengo la información que manejamos entre colegas más cercanos, entre quienes hacemos carpintería a medida. Escucho a proveedores de lo que pasa en Santa Fe con las grandes firmas de muebles. Nosotros, por nuestra estructura, necesitamos por los menos un año de trabajo para poder planificar. Hoy estamos con seis, siete meses de trabajo. No nos alcanza. Porque en todo el proceso de producción, desde el secado de la madera hasta la instalación, hay distintos tiempos. Y desde hace seis meses a esta parte notamos que se frenó.
Se frenó la aparición de nuevos presupuestos, de nuevas licitaciones. Lo vemos pesado. Primero, uno lo atribuye a la estacionalidad, que en nuestro rubro es habitual que en diciembre, enero y febrero haya un parate. Pero pasó marzo y ha sido un mes, para nosotros, quieto. Si bien nosotros trabajamos en un segmento de media y alta gama, que debiera ser un segmento que tiene menos tropiezos, se ve con muchas dificultades. Y vemos colegas con preocupación por contratar, lo que hace que se empiece a hablar de operaciones un poco locas en cuanto a costos, por la necesidad que uno tiene de mantener la fábrica en funcionamiento.
Esto es una realidad. Hay un cierto desánimo porque la realidad es la realidad. Las explicaciones llegan hasta un punto, y después las explicaciones no te alcanzan. Empiezan a tallar las espaldas: qué capacidad de financiamiento tengo, cuánto se puede sostener la estructura. A mí me preocupan la escasez del volumen de trabajo y lo que les pasa a algunas empresas más chicas, que su única forma de financiarse es salir a malvender el producto. Yo me he encontrado con operaciones muy importantes en marzo de empresas muy relevantes, en las que fueron con precios con los que no pueden cumplir. Es decir, con esos valores no pueden llegar a cubrir los costos. Las van a hacer porque son gente seria, pero esa empresa está usando una financiación inadecuada porque no tiene otro recurso. En vez de echar gente y pagar el 30 por ciento de financiación en el banco, va a trabajar al costo y a perder dos o tres puntos para sostener el circo.
Resuelve un problema parcial, pero nos deja fuera del mercado a los que no queremos entrar en esa mecánica. Aparte, los argentinos estamos acostumbrados a tener esta vuelta loca de volver a empezar. Nuestra situación es un poco diferente porque hemos podido establecernos en el mercado y financiación no nos falta. Que sea cara, es otra cosa. Para otros el problema no sólo es que sea cara, sino que no la tienen. Se te cae el pago de un mes de cargas sociales y el banco ya te hizo la cruz. Yo creo que ahí el gobierno, los gobiernos, algo tienen que hacer porque me parece que somos un sector que generamos mano de obra masiva. El gobierno tendría que hacer algo para aliviar el peso tributario. No sé cómo. Pero el costo tributario, el costo impositivo, el costo laboral son grandes.
2- No sé si es que quiero que pase, o si realmente pasa, pero creo que vamos a tener un año bueno. Pero no tengo argumentos sólidos para demostrarlo. Sólo lo que veo, las obras que uno está trabajando, hay obras incipientes. Creo que en el segmento de la construcción hay una actividad importante. Nosotros no lo estamos materializando, todavía. Puede ser que haya mayor actividad en obra pública del Estado, pero a nosotros las obras del Estado nos habilitan trabajo.
– Isaac Kibysz, socio gerente de Maderera Llavallol.
1 y 2- Nosotros terminamos muy bien el 2017. O sea, muy bien en comparación a que venimos de cuatro años de plancha: los últimos del gobierno anterior y el año y medio de inicio del gobierno nuevo. Fueron muy parados. Se levantó mucho la construcción de obra pública. Eso implica mucha competencia en el barro, porque son todos productos baratos. Todavía no se inició la obra buena. Es decir, la construcción de viviendas ABC1. La plata grande no se ve. Pero sí hay un crecimiento en la construcción. A nosotros nos va bien porque se empezó a mover un poco más la construcción.
Si la obra pública mueve 300 camiones, se empiezan a mover 300 gomería que antes no trabajaban. El mecánico labura, el que vende bateas labura, el que vende máquinas gana plata. Entonces el paisano pueda gastar plata. De esa manera, hay más movimiento. La gente se animó a gastar a fines del año pasado lo que tiene, porque hay algunos a los que no les alcanza para nada. El machimbre ya no existe más. En la obra en construcción se mueven el encofrado y el tablero fenólico, que son la parte gruesa de la obra pública, además del puntal de metálico. En las obras más relacionadas con los edificios entran en juego el uso de melaminas, pisos melamínicos, pisos vinílicos, pisos de madera, puertas y ventanas. Todo lo que comprende un edificio.
Nosotros tuvimos un año y medio de obra pública y se hicieron muchas obras del ProCrear, donde se vendieron techos, etc. Hacia fines de 2017 y principios de 2018 se vio un poco más de consumo. A nosotros nos fue mejor por dos motivos: uno, porque acabamos de certificar la norma ISO 2015, que implica un estándar de trabajo; y dos, tenemos cadena de custodia con FSC. Hay una clientela que consume FSC y nos tiene que comprar a nosotros. Una empresa de primer nivel o una industria que tiene que comprar productos certificados, va a tener que comprarle a una empresa certificada.
Nosotros para crecer buscamos nuevos productos, cambiamos productos, mejoramos lo que teníamos. Fuimos mejorando la empresa y cumplimos lo que se conoce como mejora continua de la empresa. Hicimos un galpón nuevo. Creo que el crecimiento que hemos tenido es el resultado de que hemos profesionalizado más la empresa y que a fines del año pasado el país se entró a mover un poco.
– Ezequiel Marotta, socio gerente de Madersama S.A.
1- Es evidente que hay una gran diferencia entre la construcción del sector público, donde hay obras viales y de infraestructura que, por supuesto, el país necesita; y lo que es la construcción privada. Todos los proveedores de la obra pública están llenos de pedidos y faltos de mercadería. La demanda en la construcción privada es menor. Pero el problema es, en general, la situación de las empresas privadas. Primero, porque estamos con una presión impositiva muy (enfatiza) importante porque el sistema actual, que no se ha modificado en nada, es que pagamos todos los impuestos por anticipado. Es decir, todos los anticipos de Impuesto a las Ganancias.
Cuando se llega al final del período uno tiene pago el impuesto, porque ya lo hizo con anterioridad. En el caso del IVA paso algo similar. Porque no hay devolución del IVA cuando hay saldos fiscales, sino que se tiene que ir compensando. Lo mismo pasa con Ingresos Brutos, sean de la ciudad, de las provincias. Es exactamente los mismo. Son altas tasas y todo se paga por anticipado. Y, por supuesto, todo es independiente de la cobranza de las empresas. Por lo tanto, nuestro capital de trabajo en el sector privado va descendiendo, porque está en manos del Estado. Y, por otro lado, las tasas de interés no están bajando, sino por el contrario. En términos reales, hay una tasa de interés muy alta. Y aparte, cuando tomamos un crédito nos cobran 1 por ciento de sellado, entre 1 por ciento y 2 por ciento de comisión… Es decir, un encarecimiento del costo abrumador para las empresas privadas.
Hay un diferimiento mayor de la cadena de pagos, pero no hay demasiados cheques rechazados. Por supuesto, hay un atraso en la cadena de pagos. Pero, ¿dónde está el dinero de estas empresas privadas, que nos movemos todas en el mismo círculo? Está en manos del Estado. Y lo tiene por anticipado. Y no es solamente porque hay poco trabajo, sino porque el estado nos saca todo (enfatiza). Falta capital de trabajo. Se ha facilitado la importación de materia prima maderera. No hay problema en cuanto a la importación de tablas sin cepillar. Pero hay muchos rubros que tienen licencias no automáticas. Por ejemplo, pisos y terciados. Lo que no se ha modificado con el cambio de gobierno es que los importadores tenemos que pagar en Aduana el 21 por ciento de IVA más un 20 por ciento adicional, que significa casi un 100 por ciento. Es decir, está calculando como si uno fuera a ganar un 100 por ciento, y por anticipado. Y eso crea una serie de créditos fiscales que son irrecuperables. Y recién se pueden llegar a recuperar por la propia actividad económica.
Eso debe ir a los costos. Y si no puede ir a los costos porque el mercado no lo permite, va al deterioro de las empresas. Que, por supuesto, es mucho más importante en las pequeñas empresas. Las grandes tienen su sistema aparte. Es un momento difícil, es un momento de cambio. Entendemos el momento del cambio, pero esto no puede durar mucho tiempo. Porque, si no, van a desaparecer muchas empresas. Uno en una empresa chica tiene una vinculación personal con el empleado, entonces uno hace todo lo posible para mantenerlo.
Que esperamos que el gobierno
2- Primero, en cuanto a lo macro uno espera que el gobierno se dé cuenta de lo que está pasando y cambie. O sea, que vaya cambiando. Hay mesas de diálogo sectoriales. Pero, como siempre, existe la burocracia. Lo que se demora todo. Además, reconocemos que hay un problema fiscal enorme (enfatiza), que tienen que cubrirlo con un déficit enorme (vuelve a elevar el tono). Entonces, se entiende lo que pasa. ¿El sector privado es el que va a pagar todo esto? Cuando uno ve que los maestros del sector público hacen huelga… Hay un sector público que no genera utilidades. Al revés, hay que mantenerlo. Si no achicamos el sector público, si no lo ponemos en condiciones, Argentina no va a ser competitiva. Esto hay que entenderlo. Y desde el punto de vista personal del sector maderero, tiene que pasar este momento para que se vayan incrementando las ventas. Yo pienso que acá habrá que esperar que esto resurja. Pero hay que tener las espaldas.
Foto: Todo Madera y archivo