Normalizar medidas, capacitar y que construir en madera no sea sinónimo de precariedad

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Una de las construcciones que realizó Pino Amarillo S.A. en la costa atlántica bonaerense.

* Por Alejandro Berro Madero

Algunas cuestiones juegan en contra de la expansión del uso de la madera en la construcción: la calidad de la madera, la falta de difusión de las bondades de la madera, la escasa presencia en la currícula universitaria de cátedras que incorporen la construcción realizada en madera, o de sistemas que incluyan un mayor porcentaje madera en su construcción; y la falta de mano de obra debidamente capacitada para la construcción en madera.

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Alejandro Berro Madero es presidente de Pino Amarillo S.A.

El 10 de marzo de 2016 se realizó en el Ministerio de Agroindustria una convocatoria a los profesionales y empresarios madereros para estudiar la posible expansión del uso de la madera en el mercado de la construcción.

La reunión comenzó con la exposición de la Subsecretaria de Desarrollo Foresto Industrial, Ing. Agr. Lucrecia Santinoni, acompañada por el secretario de Agricultura, Ganadería y

Pesca, Ing. Agr. Ricardo Negri, quien por su parte expuso los objetivos que el Ministerio se proponía alcanzar y un breve diagnóstico y propuestas que se compartieron con los presentes.

Estos temas ya fueron propuestos por el entonces secretario, Ing. Ricardo Barrios Arrechea, en el año 2000 que nos reunió a casi los mismos participantes que concurrimos en esta oportunidad con gran expectativa en el Salón Gris del Ministerio. Resultado: NADA.

Cambiar la mentalidad de los empresarios madereros es una tarea muy complicada. Están encerrados en un sistema que les es cómodo, venden lo que les piden, no se esfuerzan en expandir el mercado.

Ahora están todos felices porque en el plan de construcción de viviendas sociales un 10 por ciento tiene que ser ”en madera”. Se conforman y festejan con esta limosna y caemos nuevamente en épocas de viviendas prefabricadas. La construcción en madera pasa a ser sinónimo de “construcción precaria”, sólo para planes sociales y “por obligación”.

Éste es uno de los motivos de que el sistema constructivo “steel frame” cada día avanza desplazando el uso de la madera. La industria del acero es muy agresiva, abarca todo el país con un producto normalizado y sus medidas son en sistema métrico decimal, por lo que se obtiene el mismo producto desde Tierra del Fuego a La Quiaca.

Lo SORPRENDENTE es que la licitación de los nuevos balnearios de Pinamar, pese a la Ley 3202 y otras varias, se han realizado construcciones sobre playa con pilotes de hormigón, plateas premoldeadas de cemento y estructuras de “steel frame”. Pregunta: ¿qué hicieron las cámaras y los madereros en general? Ni se dieron por enterados.

Los aserraderos se conforman con vender madera para pallets, fenólicos para encofrados y techos. Total, para qué se van a calentar si esto les rinde. Lidiar con la madera tratada es para ellos un problema. Convertir las medidas tradicionales de pulgadas y pies al sistema métrico decimal significa tener que cambiar el “chip” y para qué. Total, siguen vendiendo igual. Por este motivo los seminarios sobre construcción en madera no sirven para nada. Falla la base. Son meras reuniones sociales.

El tema del tratamiento de las maderas con CCA para los pinos resinosos es de fundamental importancia: quienes pretendan entrar seriamente en el nicho de la construcción en madera tienen que ofrecer a sus clientes, sean profesionales o no, en la factura correspondiente el certificado de origen y retención del producto asentado como garantía al pie de cada factura. El aserradero que vende madera debe ser responsable del producto que comercializa y proveer la información de dónde proviene el producto que comercializa. No basta en decir que la madera “está bañada”. Este sistema no es suficiente en ningún caso para asegurar la durabilidad del producto.

Hay comerciantes de la madera inescrupulosos que venden como madera tratada cualquier cosa. Ni ellos mismos conocen las normas de retención de acuerdo al destino que llevará la madera: hincada en tierra, en contacto con la superficie o al aire sin contacto con el suelo.

La calidad de la madera, la falta de difusión de las bondades de la madera, la escasa presencia en la currícula universitaria de cátedras que incorporen el tema de la construcción realizada en madera o de sistemas que incluyan un mayor porcentaje madera en su construcción y la falta de mano de obra debidamente capacitada para la construcción en madera juegan en contra de la expansión del uso de la madera en la construcción.

Lo sorprendente es que los ninguno de los empresarios de la madera, ni los numerosos asesores en arquitectura, ni los que dan conferencias sobre construcciones en madera vive en una casa de madera. Viven en casas de mampostería tradicional. Una incongruencia, ¿no? «Has lo que digo, pero no hagas lo que hago».

En conclusión: la Secretaría de Agricultura cuenta con todos los elementos, normas, reglamentos y leyes como para disponer la inmediata liberación y aceptación de las construcciones en madera en todos los municipios del país. Pero quienes realicen las construcciones deben respetar las normas que rigen al respecto y los profesionales que firman los planos de obra deben acompañar una carta de responsabilidad por las estructuras que realizan.

Normalización de la madera: es imprescindible abandonar el sistema de medición de la madera en pulgadas o pies y pasar a usar el sistema métrico decimal como forma de estandarizar los parámetros físicos de la madera. Resulta necesario que el sector productivo desarrolle una tipificación del uso de las maderas a fin de garantizar la calidad, facilite la comercialización y uso de los productos de la madera en la construcción.

Para simplificar el tema, los aserraderos que quieran comenzar a introducir sus materiales con destino a la construcción pueden ofrecer simultáneamente las medidas en sistema métrico decimal. Los que quieran continuar con la vieja norma deberán seguir vendiendo techos y madera para encofrados o irse adaptando al cambio si es que les interesa competir en el mercado de la construcción en madera. No hay que obligar a nadie, cada cual sabrá qué le conviene y a qué mercado apunta. Lo mismo respecto a lo ya comentado con el tratamiento con CCA.

Capacitación: arquitectos, ingenieros y profesionales coinciden en que no hay mano de obra capacitada para trabajar en la construcción en madera. Esto resulta fundamental para el desarrollo de la construcción en madera. No hay capacitación de arquitectos y las universidades, salvo contadas excepciones, no tienen materias que desarrollen los sistemas constructivos en madera. El único gremio capacitado y formado a lo largo de 40 años es el de los que construyen con el sistema «steel-frame» y colocación de Durlock.

Siempre que se critica no se proponen soluciones:

  1. a) Conformar un curso de capacitación único a ser dictado por cada cámara en su ámbito para facilitar la concurrencia de constructores y profesionales de cada zona;
  2. b) Incentivar a los productores a modificar el sistema de medición de la madera y sus derivados al sistema métrico decimal para facilitar la construcción en madera;
  3. c) Prestar especial atención a la madera tratada que se comercializa, su origen, retención y garantía del impregnador.

Promover un sistema único de promoción a la construcción en madera mediante publicaciones institucionales en todo el país, a las que aporten todas las cámaras pero siempre con un criterio unificado.

 

* Alejandro Berro Madero es presidente de Pino Amarillo S.A.

Fotos: Archivo Todo Madera.

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