Plan para construir 30 viviendas en madera en Chajarí, Entre Ríos, a costos competitivos

Construcción viviendas en madera Chajarí Entre Ríos
Plan para construir 30 viviendas en madera en Chajarí, Entre Ríos

(Buenos Aires, 7 de octubre de 2015). “El gobierno entrerriano proyecta hacer 30 viviendas en tres núcleos de Chajarí. Es el inicio de un sistema que puede pasar a cientos y a miles de viviendas”, afirmó el ingeniero Martín Sánchez Acosta en diálogo exclusivo con Todo Madera. Dos casas están terminadas. Este investigador es uno de los principales impulsores de la construcción en madera con el sistema canadiense. Galería de Imágenes.

– ¿En qué consistió el proyecto constructivo en Chajarí?

– El gobierno de Entre Ríos vio las casas que hacemos, y en particular la casa de EMAUS, que es una vivienda de tipo social pero de muy alta prestación. Se interesaron en este tipo de construcciones. Hay un plan especial que no es el típico plan de viviendas del IAPV, que es el Instituto Autárquico de Planeamiento y Vivienda de la provincia. Son casas de clase media, no tan sociales, con precios que rondan los $8.000, $9.000 el metro cuadrado. El gobierno tiene otro plan, que se maneja a través de Ministerios de Desarrollo Social y que en Entre Ríos lo maneja la Unidad de Proyectos Especiales. Eso lo decide directamente el gobierno. Se hacen miles de casas por año.

– ¿Se construyen con créditos?

– Son créditos, con cuotas accesibles. Esas viviendas están un escalón más abajo que las viviendas del IAPV. Pero cuando vieron la calidad de nuestras casas, que es superior a las del IAPV -que son las de clase media- y es competitiva en costos, dijeron que les interesaba. El sistema se basa en cooperativas pequeñas, en empresas constructoras chicas a las que el gobierno les asigna la construcción de una cantidad de casas. El gobierno compra los materiales junto con un consorcio local y los trabajadores cobran por la mano de obra. El gobierno proyecta hacer 30 viviendas en tres núcleos de Chajarí.

– ¿Es la primera vez que se van a construir viviendas de este tipo a mediana escala en
Entre Ríos?

– Sí. Es el inicio de un sistema que puede pasar a cientos y a miles de viviendas.

– ¿Ustedes participan del proyecto en representación de INTA?

– Participamos como INTA y como CeDeFI, que es el Centro de Desarrollo Foresto Industrial que nos agrupa a INTA, INTI, las universidades UTN y UCU. En estos proyectos capacitamos a la gente. Comenzamos (NdR: Las construcciones comenzaban en junio y se estimaba que las dos primeras viviendas habrían de estar terminadas en julio) con dos casas y las otras 28 van a ser construidas por los cooperativistas, con el monitoreo y la inspección de CeDeFI. Porque hay una pauta técnica, inclusive para las licitaciones y las compras de madera, que son todo un problema. Tuvimos que desarrollar un protocolo que establece qué calidad de madera para cada parte de la casa aceptamos. Logramos compatibilizar con la UTN (Universidad Tecnológica Nacional) cuatro clases de madera dentro de la casa. Quiere decir que es bastante fácil de clasificar.

– ¿Cómo se conformó la red de proveedores?

– En este caso particular ellos tienen consorcios en ciudades, y los consorcios compran dando prioridad a la ciudad, lo que a veces es un problema. Pero hay productos que no se hacen en la ciudad y se han salido a comprar afuera. Por ejemplo, hay placas que se compraron en Misiones y hay otros productos en madera que se compraron en Federación, que es fuera de Chajarí pero dentro de la provincia. Por cuestiones de calidad, si hay gente que vende madera para pallets o para cajones no es lo mismo que venda madera de mayor calidad. Pero a la larga van a tener que trabajar con aserraderos de cierta calidad porque, como ya pasó, cuando vamos a inspeccionar y vemos que le compraron a precios bajos a un productor de cajones, de la madera provista les sirve el 20 por ciento. La madera de un aserradero normal sirve en un 80 por ciento y el 20 por ciento restante va a partes de la casa que no son portantes, que no tienen requerimientos de resistencia. O sea, que la madera se aprovecha toda. Los aserraderos en Concordia trabajan con rollizos de 25 centímetros, 30 centímetros de diámetros, para sacar madera por fuera de la médula. En cambio, los que producen pallets o cajones trabajan con diámetros de10 centímetros, 14 centímetros que tiene o nudos o médulas.

– Trabajar con mejores maderas además implica ganancia de tiempo, porque no hay que seleccionar ni nada.

– Sí, las ganancias son múltiples. Primero, cuando les clasificamos la madera les damos cuatro clases. Todo lo que es portante en la casa, por caso los muros exteriores, llevan la madera de mejor calidad. Si obtenés mucho de eso, vas a tener muchos paneles de buena calidad. Los que son paneles divisorios pueden ser de baja calidad, pero no podés llenarte de divisorios y no de los exteriores. Al tener madera de buena calidad te reditúa enseguida, tirás menos y se aprovecha mejor la madera.

– ¿Son viviendas de una sola planta?

– Sí, el CAT (Certificado de Aptitud Técnica) es de una sola planta. Se construye en base al CAT. El CAT no se usa, no hay que pagarlo en este caso. Pero yo siempre digo que es como una certificación en la parte forestal. Uno tiene que trabajar como si estuviera certificando, así es como se trabaja. Las pautas que siguen los constructores y que sigue el gobierno para las licitaciones y todos los requerimientos técnicos son en base al CAT que tenemos nosotros, que se llama Viviendas Sustentables de Alta Prestación.

– ¿Qué organismo otorga el CAT?

– Éste lo da la Subsecretaría de Vivienda de la Nación y el propietario del CAT es el CeDeFI, porque lo hicimos en forma conjunta. Nosotros tuvimos que hacerlo para tener la base sustentable para implementar estos programas. Porque hay muchos gobiernos que dicen que quieren hacer casas en madera, pero lo primero con lo que chocan es con cómo hacer un pliego de licitación; qué madera aceptan, qué secciones, cómo se colocan. Puede ser un CAT o una memoria técnica, pero tiene que haber una pauta tecnológica de por medio. No es tan fácil como en el caso de la construcción con cemento; acá hay muchas especificaciones para dar.

– ¿De qué dimensiones son estas viviendas y qué costo estimado tiene el metro cuadrado?

– Ésta en particular el año pasado el INTI calculó un costo de alrededor de $6.500 el metro cuadrado. Pero para una casa de muy buena prestación, con ventanas con vidrios dobles, etc. En el tema de los costos cambia muchísimo no la estructura, sino lo que se pone después: terminaciones y grifería pueden superar el 50 por ciento del costo de la casa. Ahora, una pauta es que en el ProCreAr el costo estimado de la casa en madera está casi un 20 por ciento por debajo de una casa equivalente en mampostería. Y nosotros en las casas sociales que hicimos, como la de EMAUS, estábamos casi un 30 por ciento por debajo. Especialmente por los tiempos de construcción. Estas casas son de tres dormitorios, 62 metros cuadrados cubiertos más 15 metros cuadrados de galería; y esta casa, cuando los constructores tomen los tiempos, en tres semanas se tiene que hacer. Se trabaja con cuatro operarios.

– ¿En Entre Ríos hay algún otro municipio en contacto con ustedes que esté planeando construir este tipo de viviendas?

– Sí, hay muchas intenciones en este momento. A fin del año pasado construimos en el municipio de San José la sede para una institución de chicos minusválidos, la fundación Nacer al Sol. El municipio comprobó que ese tipo de construcciones le interesa. Y se dio el caso que el día de la inauguración era un día de calor terrible y la gente, que estaba a la intemperie, quería ingresar a la casa por el clima. Estaba perfectamente aislada. Incluso, una chica se desmayó estando debajo de un gazebo y se recuperó después de estar un rato en la casa porque estaba más fresco y porque corría aire. Uno de los puntos claves en esto, que hemos aprendido con la gente de Canadá, es el tema del manejo del aire en los muros, en el techo, por debajo de la casa, lo que hace una capa aisladora de la casa. Yo siempre lo digo: antiguamente en Argentina se usaba en las construcciones y con el tiempo se fue perdiendo. La casa en madera tiene la particularidad de que puede aislar los muros, lo que no es posible con otros materiales. Nosotros lo tenemos medido con la Facultad Arquitectura de la Universidad de Concepción del Uruguay (UCU): en invierno, con temperaturas de –4ºC la casa está en 11ºC sin calefacción alguna. Lo interesante es que la gente siempre cree que estas casas son para el Sur, y en verano, habiendo 36ºC afuera, la casa está en 25ºC. Y el INTI recomienda que el aire acondicionado se regule a 24ºC. Es decir, sin siquiera ventiladores estamos a 1ºC de equiparar esa temperatura recomendada. Estos datos son medidos durante dos años en la casa del INTA con un sistema que mide la temperatura cada 15 minutos.

Fotos: Gentileza Ing. Agr. y Ftal. (MSc) Martín Sánchez Acosta, quien edita el boletín electrónico gratuito Novedades Forestales (para suscribirse envíe un mensaje a novedades.forestales@inta.gob.ar, colocando «Suscribir» en el asunto). Contacto: msanchezacosta@correo.inta.gov.ar o martinsa@concordia.com.ar

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