D&F Muebles difunde una nota de opinión escrita por Pedro Reyna, presidente de FAIMA, que se publicó en diario porteño El Cronista. El contexto probable hacia fin de año es el de la conformación de un pacto social en el que intervengan el próximo gobierno, representantes de empresas y sindicatos.
Esta semana (NdR: por la segunda de octubre) la Unión Industrial Argentina (UIA) presenta su agenda productiva 2020-2023 (ver recuadro), un documento base que ha sido compartido con candidatos presidenciales y sus equipos técnicos para transmitir la visión de agregado de valor e incremento de exportaciones del sector manufacturero.
Su espíritu no se limita a plantear puntos cerrados, sino estimular su discusión intersectorial, destacando los importantes roles que no sólo los empresarios, sino también el Estado y los trabajadores, tienen en la construcción de una salida a la crisis basada en lo productivo.
No es noticia a esta altura decir que la industria está en crisis y que en sectores sensible y eminentemente PyMEs como la industria maderera esta crisis viene siendo más aguda y sostenida. El bloque de madera y muebles muestra un nivel de producción casi un 15 por ciento inferior a 2015. En los primeros 8 meses del año la industria del mueble, particularmente, ha mostrado un retroceso de 18 por ciento, un nivel de contracción sólo comparable a la crisis de 2002.
Mientras que la producción de maderas y productos de madera (tablas, tableros, manufacturas simples, materiales para la construcción y decoración) cayó 3,8 por ciento.
Dado que la crisis es una realidad para toda la industria, pero sus incidencias, magnitudes y conflictos muestran heterogeneidades y particularidades, es importante pensar en acuerdos con una mirada sectorial. Considerando la dinámica reciente de los sectores y sus características singulares.
Y esta vocación de diálogo debe ser sincera y estructural. No es cuestión de limitarse a lo estrictamente vinculado a precios y salarios, sino en pensar cómo queremos salir de la crisis, con qué mejoras de productividad, sobre qué objetivos de mediano y largo plazo. Para que los incentivos estén alineados debemos atender lo urgente, sin lugar a dudas, pero no postergar avances sobre lo que supera a la coyuntura. No sólo debemos salir, sino que tenemos que preocuparnos por no volver a caer.
Esta necesidad cobra mayor dimensión cuando se observa que el mundo que enfrentará el próximo gobierno será más desafiante. No sólo por las restricciones externas que Argentina muestra en materia de crédito y perfil de riesgo, sino porque la economía mundial se desacelera, los conflictos comerciales entre potencias presionan a las monedas de países emergentes y el comercio mundial acumula ya dos años de desaceleración. Si en este marco los agentes políticos y civiles de nuestra sociedad no trazamos consensos básicos, será más difícil atravesar años que asoman complejos.
La productividad y competitividad deben estar en el eje de estas discusiones. Estos dos pilares son los que hacen dialogar al corto con el mediano plazo. Necesitamos empresarios y obreros mejor capacitados, con mejor entendimiento del mundo en el que les toca trabajar, con acceso a la tecnología para no profundizar las brechas que nos condicionan.
Mientras la macro gane estabilidad, serán fundamentales los estímulos que se inyecten vía líneas de crédito diferenciales a una cadena de pagos que presiona sobre el pago de salarios y el vínculo entre empresas y proveedores; de la misma forma, recuperar poder adquisitivo del salario para que empiece a girar la rueda virtuosa del consumo, que deriva en la inversión. Sobre todo, tomando en cuenta que el verdadero problema de las PyMEs está en esa macro con la tasa de interés y una estructura impositiva compleja y regresiva, las que implican hoy un costo extra que limita competitividad, no el salario.
En la discusión de aspectos laborales será también importante llevar adelante una estrategia sectorial en orden de que eventuales reformas sean efectivamente en función de lo que empresarios, trabajadores y Estado (tanto Ejecutivo como Legislativo) calibren como prioritario y eficiente a través del diálogo. Aquí será necesario un paraguas legal que contemple estas estrategias para que no entren en contradicción con la ley laboral vigente. Y para todo eso, mantener la lógica de mesas sectoriales, que en el caso foresto industrial han arrojado interesantes avances micro. Es un elemento a considerar con especial atención.
Por eso, para abordar los tiempos y señales de este proceso, los acuerdos y la vocación de diálogo son fundamentales. En este sentido, los pronunciamientos conjuntos de la UIA y de la CGT sobre temas de alta sensibilidad son la base para los acuerdos que Argentina necesita. Lo propio debe ocurrir en cada cámara con su contraparte, para dotar de solidez a estos avances y entre todos sacar adelante a la Argentina productiva de la actual crisis.
La UIA presentó su Plan Productivo 20/23
Los técnicos de la UIA trabajaron sobre los pilares «Macroeconomía para el Desarrollo» y «Políticas Productivas», que a su vez abordan temas puntuales como costos y competitividad; productividad y nuevas tecnologías y PyMI-Desarrollo Regional.
La Unión Industrial Argentina (UIA) presentó el 9 de octubre el Plan Productivo 20/23 con propuestas de políticas monetaria, cambiaria, fiscal y de ingreso «consistentes» para logar la estabilidad macroeconómica necesaria para el desarrollo, informó Télam.
«Argentina puede y debe explotar su potencial encarando un proyecto de desarrollo productivo con una fuerte impronta industrial», señaló el presidente de la entidad, Miguel Acevedo, en la apertura del encuentro.
El trabajo, elaborado por el Centro de Estudios (CEU) y los departamentos técnicos de la institución, se diseñó con el objetivo de crear un entorno económico competitivo y previsible, que permita generar las divisas necesarias para sostener el crecimiento económico.
La UIA ya entregó este documento a los candidatos presidenciales con los que mantuvo sendos encuentros con el Comité Ejecutivo de la entidad (Alberto Fernández, Juan José Gómez Centurión y Roberto Lavagna), con un minucioso desarrollo de 11 ejes, 40 áreas y más de 150 propuestas.
El director ejecutivo de la UIA, Diego Coatz, brindó el marco conceptual que enmarca al Plan Productivo, a partir de la «potenciación del mercado interno y un incremento en la incorporación de valor agregado en las exportaciones».
Por su parte, el titular del CEU, Pablo Dragún, expuso sobre «el contexto en el que se desempeñó la macroeconomía en los años recientes, su impacto en el sector industrial y la importancia de potenciar a la industria en función de sus derrames virtuosos en términos de recaudación, creación de tecnología y generación de puestos de trabajo».
A su turno, el jefe de los departamentos técnicos, Gabriel Vienni, brindó detalles sobre los principales problemas que plantea la coyuntural para el desarrollo del sector, el modo en que se estructura el plan productivo y sus ejes principales.
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Foto: Archivo D&F Muebles.