La Universidad junto a la industria apuestan al diseño en Córdoba: 10º año de diMU

(Buenos Aires, 26 de diciembre de 2013). Desde Córdoba, la arquitecta y docente universitaria María José Verón escribió para D&F Muebles su última columna del año, en este caso sobre diMU. El Posgrado en Diseño de Muebles que se desarrolla en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño (FAUD) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) de manera conjunta con la Cámara de la Madera de Córdoba cumplió 10 años. Avance la versión impresa.

diMU es un caso emblemático de vinculación entre la universidad y el medio productivo. Surgió como uno de los proyectos del Cluster de la Madera en 2002 cuando se realizó la primera experiencia, realizada por un grupo de empresas interesadas en mejorar su rentabilidad por medio del diseño como factor para mejorar sus productos.

Desde Córdoba no se podía en ese momento competir por precio (Brasil y China) o cantidad (Santa Fe y Buenos Aires tienen el doble de fábricas que Córdoba), entonces la estrategia fue mejorar los productos, optimizar los procesos y potenciar la comunicación de las empresas y los diseñadores con el medio.

Por otro lado, existía un ruido en la comunicación de los jóvenes diseñadores y las empresas. Uno de los objetivos del curso es acercar las partes, que los diseñadores conozcan cómo se manejan las empresas en nuestro medio, que no siempre es como lo imaginan o como lo muestra un ejercicio académico de la Facultad.

La realidad es más compleja y muchas veces con pocos recursos y muchas limitaciones se deben resolver cuestiones complicadas, y el curso pretende que los profesionales se encuentren con esta situación y aprendan a resolver en consecuencia.

En diMU la modalidad de trabajo -hasta este año que estamos cerrando- era de grupos de diseñadores que trabajaban con empresas. Generalmente el cupo es de 30 diseñadores (arquitectos, diseñadores industriales, diseñadores de interiores, etc.) y unas 10 empresas; se formaban grupos de tres diseñadores por cada empresa.

Los trabajos resultantes son diversos. Las empresas en algunos casos son industrias establecidas con estructura y tecnología de vanguardia; en otros, son talleres con maquinaria básica donde trabajan el dueño y dos empleados. El curso es heterogéneo en tal sentido y llevan distintas formas de avance según el producto que están diseñando.

Cada grupo maneja sus tiempos; puede pasar que un grupo trabaja con una empresa que opera con placas y tecnología automatizada para la producción y, paralelamente, otro grupo está trabajando con una empresa casi artesanal, que trabaja la madera sólida, con todo lo que cada caso implica. Y esa variedad aporta en el curso, porque la transferencia de conocimientos es permanente. También buscamos que se mezclen diseñadores con arquitectos, eso mejora el resultado. Está verificada la riqueza dada por la transdisciplina.

El proyecto se ha consolidado. Siempre se mantuvo el interés del público y la creación de la Feria Internacional del Mueble Argentino (FIMAR) en Córdoba desde 2008 ayudó a que diMU tuviera un ámbito natural para mostrar los prototipos al final del curso.

Este año el proceso fue diferente. Estamos ante el desafío de transformar el Curso en Carrera de Especialización dentro de la Escuela de Graduados de la FAUD; es un año en el que se trabajó absolutamente diferente, tomándolo como una transición.

Respecto de los alumnos, a sus intereses, dependen de la procedencia y de su formación específica: los arquitectos están muy interesados en los procesos productivos, sistemas constructivos, materiales, tecnología, mientras que a los diseñadores les interesa mucho el vínculo con las empresas. En muchos ocasiones el curso se transforma en una salida laboral.

Hay varios casos comprobados a lo largo de estos años en los que diseñadores han quedado trabajando en las empresas.

En diMU nos enorgullecemos de que los productos tengan un alto grado de realidad; no pretendemos muebles conceptuales o vanguardias experimentales. La innovación en nuestros productos deben ser incrementales, nunca radicales porque eso sacaría a las empresas de su mercado objetivo. Las innovaciones muchas veces pasan por la forma de utilizar un material, los vínculos, las terminaciones -incluso en las formas de producción-. Creemos que mientras más restricciones y condicionantes tiene un proyecto más creativo debe ser quien lo resuelva.
La libertad total no existe en el diseño; quien busque libertad total de expresión deberá hacerlo en algunas de las otras artes. Es objetivo también que se genere teoría en torno al diseño de mueble, que no hay mucha por cierto.

* María José Verón (arq.mariajoseveron@gmail.com), arquitecta y docente de la Universidad Nacional de Córdoba, es columnista de D&F Muebles.

La extensa nota completa, con una generosa Galería de Imágenes, se publica en D&F Muebles impreso de diciembre (Año XXI, número 137).

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