Exportaciones a EE.UU.: “Hoy la palabra del mercado es incertidumbre”

Exportaciones a EE.UU.
“La verdad es que yo estoy ya prácticamente sin pedidos (NdR: la entrevista se realizó en la primera semana de marzo). Los pedidos de exportación están prácticamente tendiendo a cero”, dijo el entrevistado. En la imagen, molduras de la empresa Pindó.

Exportaciones a EE.UU.: Desarrollo Forestal dialogó en exclusiva con Carlos Berninger, director de Carber Trading. “Nadie sabe qué hacer, nadie sabe qué va a pasar y eso afecta la decisión de compra de los clientes de Estados Unidos. En molduras, que es el principal producto que yo trabajo, es el principal mercado”, dijo el entrevistado.

– El anuncio de aumento de aranceles a exportaciones a Estados Unidos quedó un poco en la nebulosa.

– Estados Unidos ya puso aranceles, pero para Canadá, China y México (NdR: días más tarde se postergó la entrada en vigencia de los aranceles a México por un mes y se abrió una mesa de negociación bilateral). En un medio de Misiones se publicó que se iban a aplicar aranceles a productos argentinos para entrar a Estados Unidos, pero eso no sé de dónde salió.

– Donald Trump (presidente de Estados Unidos) amenazó a China con más sanciones comerciales y desde China le contestaron con la palabra “guerra”.

– Sí, sí, está complicadísimo. No se puede aplicar un arancel del 25 por ciento a tus principales socios comerciales, con los que tenés un acuerdo de libre comercio, de un día para otro. No sólo por canadienses y mexicanos, sino por los propios empresarios de Estados Unidos. Yo leí que una casa chica en Estados Unidos, tras la entrada en vigencia de los aranceles, va a pasar a costar entre US$ 7.500 y US$ 10.000 más de lo que costaba antes. Eso repercute inmediatamente en la inflación.

– Ése es el tema.

– Una persona no puede tirar atrás un acuerdo de libre comercio. El NAFTA es un acuerdo constitucional. No es que Argentina puede mañana decidir ponerle aranceles a Brasil. No sé cómo hizo Trump. Los aranceles se aplican a todos los productos, no sólo a la madera. Respecto a la madera en particular, Estados Unidos es el importador más grande, por lejos. Estados Unidos necesita madera, no es que tiene madera y no la explota porque no quieren. El consumo supera por mucho lo que es la producción interna de madera actual en Estados Unidos. Cómo se van a adaptar de un día para el otro a esta situación.

– El aumento de costos internos que implica la imposición de aranceles es un dato muy fuerte.

– En madera hay dos mercados en Estados Unidos. El 95 por ciento, o más, es mercado de madera estructural. Ahí no participan ni Argentina ni Brasil. Es la madera que tiene entre 40 años y 80 años de crecimiento. La barrera paraarancelaria que tenemos en el mercado de la madera es que nosotros no podemos vender madera estructura a Estados Unidos. Tenemos que ir al mercado no estructural, que es un mercado gigante, pero que para ellos es chiquito, un 5 por ciento del mercado total de la madera. Ahora, ¿quién era el proveedor del mercado estructural maderero por excelencia? Canadá.

Con los aranceles se está cerrando el mercado de madera estructural, eso es lo loco. La madera no estructural tiene hoy un arancel del cero por ciento, eso quiere decir que no les interesa protegerlo. Nunca les interesó. Hoy la palabra del mercado es incertidumbre. Nadie sabe qué hacer, nadie sabe qué va a pasar y eso afecta la decisión de compra de los clientes de Estados Unidos. En molduras, que es el principal producto que yo trabajo, es el principal mercado.

– Yendo al mercado argentino, y resaltando que la situación se mantiene con un dólar caro para producir y exportar, lo que algunos llaman atraso cambiario…

– …estamos más caros.

– El ritmo de devaluación mensual es del 1 por ciento y la inflación mensual es de más del doble. ¿Cómo están en este momento las empresas argentinas exportadoras? Hablaste de incertidumbre. ¿Están exportando?

– El tema es así. El mercado -nuestro mercado-, más allá de la noticias económicas, es semana a semana. Yo el panorama lo tengo hablando con los clientes todas las semanas. La verdad es que yo estoy ya prácticamente sin pedidos (NdR: la entrevista se realizó en la primera semana de marzo). Los pedidos de exportación están prácticamente tendiendo a cero. No es que nosotros no exportemos por el tipo de cambio. Hoy en Estados Unidos hay bastante stock porque habían tenido problemas de embarque en Brasil y en noviembre y diciembre largaron todos los barcos juntos. Entonces llegaron miles de contenedores de madera de Brasil a Estados Unidos.

Esos clientes ya había comprado madera en otros mercados, como Argentina, y ahora recibieron todas esa madera adicional. Hay un sobre-stock. Eso por un lado. Por otro lado, los mercados de Asia están tirando unos precios que no podemos seguir, ni nosotros, ni los brasileños. Hoy el mercado de la moldura está siendo abarcado por Asia. No por China, sino por Indonesia, Filipinas, Tailandia. Hoy el principal problema que estamos teniendo son los precios de Asia. No estamos teniendo un pedido.

– ¿Hace cuánto ocurre esto?

– Nosotros siempre vendemos por anticipado. Por ejemplo, hoy estoy vendiendo abril. Enero lo tuvimos más o menos vendido, ya en febrero empezó a flojear y en marzo no tenemos prácticamente pedidos. Para abril tenemos cero pedidos. Estoy hablando de todos, no sólo de mí. Está muy complicado. En Brasil están cerrando las plantas y dando vacaciones a su personal. Hay muchos aserraderos de Brasil que viven en un 100 por cien de las exportaciones a Estados Unidos.

– Es un parate total, entonces.

– Parate para nosotros. No es que Estados Unidos no compre. En Estados Unidos el mercado sigue bien, ellos siempre compran. El tema es que nosotros a veces podemos venderles y a veces, no. En este momento, no. Por (la competencia de) Asia y porque están comprando meno porque tenían stock.

– Esos dos factores dejan afuera del negocio a las empresas argentinas.

– Sí, es muy preocupante. Diría que es el peor mercado de los últimos seis o siete años.

– ¿Se sigue exportando al sur de Brasil? Calculo que no compensa las no ventas a Estados Unidos, pero puede sumar.

– Las ventas a Brasil son de productos muy específicos, más que nada para fábricas de muebles que después exportan a Estados Unidos.

– ¿Cuál es la visión de los industriales? Se espera que haya acuerdo con el FMI, pero con un dólar flotando en torno a un valor de US$ 1 igual a $1.500. ¿Han escuchado esa versión?

– Es lo que había comentado a fines de 2024: el dólar de hoy ya está peor que el valor que se manejaba a fines de 2023 con (Sergio) Massa como ministro de Economía. Hoy estamos peor que en ese momento. Por lejos. Lo que se exporta hoy, se exporta a pérdida para seguir manteniendo la fábrica trabajando, pero no da ganancias. Es para pagar sueldos, para mantener la estructura. Porque el mercado local tampoco está bien.

– En ese punto sería como una tormenta perfecta.

– Exactamente. Si el dólar pasara a estar a $1.400 no sería una devaluación, sino que estaría acompañando a la inflación. Devaluar es cuando la depreciación de las moneda va más rápido que la inflación. Y sucede lo que siempre pasa: las importaciones están regaladas y cierran las empresas que se dedican a exportar. Y se gastan muchos dólares para mantener el valor del dólar atado.

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Foto: Gentileza Pindó.

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