Cierre definitivo de Tapebicuá, bajo análisis de Grupo Celulosa

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El cierre definitivo de Forestadora Tapebicuá es una de las opciones que maneja la empresa controlante, Grupo Celulosa. Ineficiencias, falta de compradores y recesión. Fuente: Plan B de Misiones.

Forestadora Tapebicuá, uno de los aserraderos más grandes de la Argentina, analiza el cierre ante la falta de interesados en comprar la empresa y las crecientes dificultades para tornar eficiente y rentable la operación, informó Plan B de Misiones en un artículo firmado por Martín Boerr.

Con sede en Gobernador Virasoro, Tapebicuá se especializa en compensados fenólicos y madera aserrada.

Hace un año cerró el aserradero de San Charbel en el municipio de Garruchos, y se abocó a buscar una profunda reestructuración de sus operaciones. El motivo de aquél cierre fue también que era inviable.

La premisa en este momento de ese grupo empresario es la búsqueda de la eficiencia, es decir, producir más a menor costo.

En el medio de esos movimientos, se desvinculó Marcelo Torrisi, gerente de Tapebicuá por más de una década, y el grupo contrató a Globant para eficientizar sistemas de gestión.

Mucho personal

Uno de sus principales escollos es su dotación de personal, que alcanza las 521 personas y se considera sobredimensionada para la producción y el volumen del negocio.

También empezó a buscar un comprador y hace dos meses estuvo a punto de cerrar la venta con el misionero Grupo Da Rosa, de San Vicente, que ya había adquirido hace un año a Coama Sudamericana (de la familia Queiroz), también especializada en compensados fenólicos.

Junto a Las Marías y Acon Timber, Tapebicuá es uno de los mayores empleadores de Virasoro y alrededores.

“Es muy ineficiente y tiene una planta de personal que le hace muy difícil competir”, dijo a Plan B un ex gerente de grandes forestoindustrias y participación activa en cámaras empresariales del sector.

En el mundillo forestal todos hacen esta cuenta, Tapebicuá con medio millar de empleados produce menos que el aserradero del empresario misionero Lalo Morgenstern, que tiene menos de la mitad de la plantilla de personal entre sus operaciones industriales de 2 de Mayo e Ituzaingó.

Morgenstern es el número 1 en compensados fenólicos, donde también tallan Coama (adquirido por Grupo da Rosa de San Vicente), Henter, Mazter, Parezca y Aguer (Alem), por citar a los más importantes.

“Tapebicuá debería producir por mes unos 10.000 metros cúbicos de compensados fenólicos, para lo cual necesita un volumen de 25.000 toneladas de madera, para ser eficiente y ganar dinero”, dijo un experto a Plan B.

Balance

Según su balance a la Bolsa, la producción de compensados fenólicos del 1er semestre fiscal (finalizado el 30/11/24) alcanzó los 16.198 metros cúbicos, que además fue un 32% por debajo del primer semestre del ejercicio anterior.

Es decir, en seis meses produjo lo que debería hacer en apenas un mes y medio para ser rentable, según el experto.

Una vez que se cayó la operación de venta al Grupo Da Rosa a finales de diciembre pasado, Tapebicuá siguió buscando alternativas.

Tapebicuá pertenece al grupo Celulosa Argentina, liderado por Douglas Albretch, José Urtubey y José Collado.

Es uno de los grupos forestoindustriales más importantes de la Argentina, junto a Arauco Argentina, Zucamor/Arcor y Ledesma.

El negocio principal de este grupo es Celulosa Argentina y Fanapel (Fabrica Nacional de Papel), con los que le venden celulosa y papel a muchas industrias locales.

Entre todas sus operaciones, el grupo tiene 1.419 empleados y cerrando Tapebicuá, achicaría en una tercera parte esa dotación, razonan algunos analistas.

El negocio forestal hace tiempo que viene en declive para el grupo, tanto por motivos coyunturales, como por la ineficiencia de un negocio que parece necesitar una profunda reestructuración.

Según el último balance semestral a la Bolsa de Comercio, publicado el 13 de enero pasado, Forestadora Tapebicuá registró ventas por $9.934 millones y un costo por esas ventas de $12.733 millones.

Estos datos muestran la dificultad de la firma para generar ingresos con su negocio ordinario. Está vendiendo con fuertes pérdidas.

Pero además, la caída en la facturación con la recesión del 2024 fue significativa, ya que en el mismo semestre del año anterior había realizado ventas por 20.075 millones, es decir, más del doble que en el actual semestre en análisis.

Asamblea de accionistas

En los comentarios a los accionistas que realizó el directorio, encabezado por Douglas Albretch, se menciona la caída de la actividad y el impacto en sus dos principales negocios: fenólicos y madera aserrada.

– “Se observa disminución de facturación de la línea de compensados en un 61%, mientras que la línea de madera sólida disminuyó sus ventas en un 37%, explicándose esta variación por la desaceleración de la demanda tanto interna como externa a partir de finales del año 2023;

– “Especialmente por el contexto político/social, y el cese de actividades en la planta ubicada en Garruchos a finales del ejercicio anterior, con su consecuente impacto en los niveles de facturación;

– “La caída en la actividad económica general refleja un contexto de desaceleración, que impacta especialmente en sectores clave como la construcción, la industria manufacturera, y el comercio;

– “Estos sectores son críticos para la cadena de valor de la industria maderera, especialmente para la primera transformación, ya que la construcción es uno de los principales consumidores de madera y productos derivados”, completó Albretch.

Perspectivas

Si bien en lo que hace a la actividad económica Albretch explica que esperan un repunte en línea con todos los pronósticos que auguran un crecimiento del PBI este año en la Argentina, el gran problema para Tapebicuá no es la coyuntura macro local, sino el panorama del negocio forestal a largo plazo en particular.

¿Hay lugar para los ineficientes con grandes estructuras? ¿Hay lugar para los aserraderos chicos, sin escala y sin tecnología?

El posible cierre de Tapebicuá, aún cuando no se concrete, no es otra cosa que una señal más de un cambio de paradigma que se viene en este sector y amenaza con afectar o influenciar al menos a muchas otras empresas de Misiones y Corrientes.

Cuando el Grupo Da Rosa de San Vicente estuvo por comprar a Tapebicuá, fue como si Manaos comprara a Coca-Cola o al menos a una parte de esa enorme firma.

Y el que se echó atrás en la operación, al final, fue Manaos, no Coca-Cola, deseosa de ser adquirida.

Con esta economía de dólar retrasado, apertura de importaciones y necesidad de bajar y bajar costos para poder competir tanto en mercado interno como en exportaciones, el directorio de Celulosa Argentina está considerando bajar la persiana.

Puede llegar a ser mejor negocio que mantener una unidad con una sangría permanente de dinero, pero nada está decidido aún.

Se suma el hecho de que Forestadora Tapebicuá no tiene forestaciones propias, lo cual también es una desventaja en esta coyuntura, señalan algunos expertos consultados por este diario.

Teléfono con el gobernador

Según pudo saber Plan B, el propio gobernador Gustavo Valdés está en diálogo directo con José Urtubey para buscar alternativas que eviten el cierre de semejante gigante.

Generaría importantes despidos y un impacto fuerte en la imagen de Corrientes, y Virasoro en particular, como receptora de grandes inversiones forestales.

La decisión todavía no está tomada. Pero hace unos meses, Forestadora Tapebicuá le transfirió a los tres principales accionistas, Albretch, Urtubey y José Collado, Generación Virasoro SAU, una sociedad creada en 2018 para dedicarse al negocio de la energía por biomasa.

Esa sociedad aún no tuvo actividad, pero se considera uno de los rubros “a prueba de balas” en una Argentina siempre hostil para producir.

También el Grupo Celulosa recibió una inyección de capital de sus propios accionistas por el equivalente a US$ 5 millones, pero con una salvedad.

En lugar de capitalizar el aporte, se lo otorgaron como un préstamo al grupo que, en caso de no decidirse a invertir, debe ser restituido a los principales accionistas.

Una de las alternativas es seguir funcionando, buscar mejorar la eficiencia, bajar costos y acaso realizar algunos recortes de personal.

Se buscaría hacer a la empresa más atractiva para potenciales compradores que hoy no aparecen en el horizonte.

Fuente y foto: Plan B.

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