Capturar carbono en ladrillos de madera es el objetivo de una empresa de EE.UU.

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Capturar carbono en ladrillos de madera y biomateriales -para volcarlos en vertederos- es el objetivo de la startup estadounidense Graphyte, que ya cuenta con el apoyo de Bill Gates.

La empresa asegura tener la fórmula «low cost» para eliminar miles de millones de toneladas de dióxido de carbono durante más de 1.000 años.

Tiene ya el apoyo de Breakthrough Energy Ventures y ha llegado un acuerdo con American Airlines.

Carbono neutralidad

Con los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero establecidos ya para 2030 y 2050 y una industria cada vez más interesada en alcanzar la neutralidad climática como telón de fondo, Graphyte asegura haber logrado el santo grial del sector.

La empresa afirma: «La primera solución para eliminar carbono que es asequible, permanente e inmediatamente escalable».

El entrecomillado es potente, pero si esta startup que está construyendo su primera planta en Arkansas ha logrado captar el interés fuera y dentro de EE.UU. no es por sus promesas o las cuentas que, asegura, avalan sus sugerentes anuncios.

Si ha generado interés es por su propuesta y por haber logrado ya el respaldo de Bill Gates.

Porque lo que plantean en Graphyte es eliminar dióxido de carbono de la atmósfera usando ni más ni menos que bloques fabricados con biomasa.

Objetivo de fijar CO2

Lo que se propone es crear enormes vertederos de carbono, aunque con un enfoque y una filosofía bastante peculiares.

La empresa sugiere confinar ese CO2 en ladrillos, darles un tratamiento especial y sepultarlos en vertederos.

Su premisa de partida es relativamente sencilla: impedir que el CO2 que contienen los descartes de madera o las cáscaras de arroz, entre otros desechos de biomasa, acaben liberándose a la atmósfera cuando ese material se pudra.

Es más, los responsables de Graphyte reivindican que su sistema nos permitirá olvidarnos de ese CO2 durante más de 1.000 años con una inversión bastante razonable.

Ladrillos de biomasa

Ésa es la pieza clave del método de Graphyte.

Su propuesta pasa por recolectar biomasa natural, lo que incluye restos de madera o residuos forestales o de cultivos agrícolas, y someterla luego a un proceso peculiar: se seca, elimina cualquier resto de microbios y agua y compacta formando bloques.

Una vez están listos, se envuelven en una barrera impermeable ideada para evitar que los materiales acaben descomponiéndose con el paso de los años.

El último paso de «Carbon Casting» consiste en almacenar todos esos bloques bajo tierra junto con un sistema de sensores especiales que permite a los responsables del vertedero mantenerlos monitorizados de forma permanente y asegurarse de que el sellado impermeable y libre de bacterias se mantiene intacto.

Razones

El objetivo de Graphyte es que el CO2 almacenado en esos restos de madera, cáscaras de cultivo y demás desechos de biomasa no acabe liberándose a la atmósfera cuando se descompongan.

De ahí que quiera confinarlo en «densos bloques de carbono» y despliegue un tratamiento especial y un sistema de monitoreo que garantice que el material no se pudra con el paso de las décadas. La propuesta es interesante no solo por su filosofía o dónde centra el foco.

Uno de los objetivos de la empresa es abaratar al máximo la factura del almacenamiento de CO2, así que ha intentado reducir los costos.

Imagen de portada: Graphyte.

Fuente: Xataka.com

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