Restauración forestal en África: Tres años después de iniciado un proyecto colaborativo de restauración en la Reserva de la Biósfera de Yangambi, un área forestal protegida al norte de República Democrática del Congo (RDC), CIFOR celebró recientemente la plantación del millonésimo árbol nuevo. Fuente: Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR), organización sin fines de lucro.
Y aunque plantar árboles puede parecer una tarea relativamente simple, lo cierto es que se necesita mucho más para lograr una restauración exitosa del paisaje forestal.
Las personas y los árboles tienen una relación simbiótica y la participación local es esencial para el cuidado de las zonas restauradas y para mantener los árboles en el suelo a largo plazo, hasta que alcancen la madurez. La mejora de las condiciones de vida en toda la comunidad es también un elemento fundamental.
Ésta es una de las lecciones que el equipo de campo de CIFOR y sus socios locales en la RDC han aprendido desde 2018, cuando iniciaron este proyecto que busca reactivar la economía local de Yangambi, crear empleos verdes y aumentar la productividad de la tierra mediante la restauración;
Se persiguió una solución rentable para mejorar los medios de vida y satisfacer las necesidades locales de energía y alimentación, y a la vez reducir la presión sobre los bosques naturales.
Tres lecciones para la restauración
1- Restauración con un propósito
Las comunidades forestales necesitan árboles que cubran una variedad de necesidades (como fuentes de alimento y energía).
Si los bosques naturales deben ser protegidos, las personas necesitan acceder a esos recursos en alguna otra forma.
En Yangambi la mayor parte de la deforestación es causada por actividades que buscan satisfacer necesidades esenciales.
Cada estación los pobladores locales se adentran cada vez más en los bosques, los queman para crear más tierras agrícolas, cultivar y obtener leña.
La leña no sólo sirve para preparar comidas, sino también para producir carbón vegetal que es vendido a los residentes de la ciudad cercana de Kisangani (que tiene una población de más de 2 millones de personas), como parte de una actividad económica y fuente de ingresos importante.
Las iniciativas para el desarrollo sostenible, por lo tanto, necesitan abordar la intensificación agrícola y una mejor producción energética en las áreas ya degradadas.
Soluciones técnicamente razonables, como la rotación de cultivos y la agroforestería, deben darse con el compromiso y consentimiento pleno de los usuarios de las tierras.
Esto implica demostrar los beneficios potenciales de las nuevas técnicas o de los cambios de hábitos en las áreas de propiedad de innovadores locales que estén dispuestos de participar. A medida que más personas vean las ventajas, es probable que adopten las técnicas mejoradas.
También es importante considerar otros factores socioeconómicos.
En el caso de Yangambi, por ejemplo, claramente se necesitan árboles frutales y árboles portadores de orugas para mejorar las dietas, así como especies arbóreas nativas de alto valor que puedan aportar los tan necesitados ingresos. Sin embargo, debido a asuntos de tenencia vinculados con esas opciones de plantación, los lugareños prefieren inicialmente plantar árboles de rápido crecimiento y alto valor calorífico para satisfacer sus necesidades de energía a corto plazo. La mejora de las dietas y los ingresos a largo plazo deben, por supuesto, permanecer como objetivos primarios, pero si se imponen pueden conducir a resultados no esperados. Y aquí es donde el compromiso local se vuelve clave.
2- Restauración con y para la gente
El trabajo de restauración en Yangambi nunca se detiene. A pesar de que los árboles se plantan solo durante las dos estaciones lluviosas que ocurren cada año, los preparativos se llevan a cabo durante todo el año.
Mientras que un equipo “técnico”, conformado por miembros de la comunidad y dirigido conjuntamente por CIFOR, el Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Agronómicas (INERA) de la RDC y la empresa R&SD, se encarga del abastecimiento, de la preparación de viveros y hace todos los otros arreglos logísticos; un equipo de “coordinación y movilización” se mezcla con la comunidad durante todo el año.
Esto significa que se realizan diálogos a diario, con el fin de seleccionar en conjunto las parcelas que serán restauradas, comprender los temas ligados a la tenencia (identificación de propietarios consuetudinarios, usuarios y foráneos con derechos de acceso a la tierra)
Además, trazar y llegar acuerdos sobre límites para evitar conflictos, contratar a sembradores y otro personal de apoyo con el consentimiento de las familias, jefes y autoridades locales.
Y asegurar que el propósito de las actividades –y tanto sus ventajas como responsabilidades– sea claro para todos los participantes.
El involucramiento debe continuar mucho después que los árboles han sido plantados, cuando se crean y organizan equipos de “bomberos” locales para proteger las áreas plantadas de los incendios forestales –una gran amenaza para su supervivencia– y para asegurar que las innovaciones como la limpieza periódica de los campos continúen en el tiempo.
Uno de los principales beneficios a corto plazo para la población local es la creación de empleo y el aumento de los ingresos disponibles.
Cada temporada se da empleo a más de 500 personas. A través de la restauración del paisaje, es posible brindar nuevas alternativas para los medios de vida y complementar los ingresos, a la vez que se introducen nuevas formas de entender y trabajar la tierra.
3- Restauración por medio de la agroforestería
La mayor parte de las tierras agrícolas en Yangambi está degradada y las cosechas son reducidas, lo que supone un obstáculo importante para la subsistencia de los agricultores. Para abordar esta situación, se puede introducir una especie de árbol que fija el nitrógeno como la Acacia auriculiformis en las rotaciones agrícolas, junto con variedades mejoradas de semillas y añadir actividades adicionales como la producción de miel o la cría de animales. Durante algunos años –hasta que los agricultores empiecen a obtener los beneficios de los árboles como biomasa– y mientras ganan experiencia, estos pueden utilizar una combinación de alternativas que aumente su producción y ganancias.
Para contribuir a su capacitación, los agricultores tienen acceso a parcelas piloto, donde pueden observar varias prácticas en ambientes similares a sus propias chacras, aprender y formular preguntas sobre las técnicas que se adaptan mejor a sus necesidades.
Las parcelas piloto son administradas como servicios de extensión, y así el personal local también puede acompañar a los agricultores cuando implementan estas opciones en sus propios terrenos, aprendiendo e intercambiando conocimientos.
Finalmente, a pesar de que se conocen los ingredientes individuales para el éxito, cualquier fórmula de restauración debe ser adaptada al paisaje específico en cuestión, tomando en cuenta a las personas y su ambiente.
En otras palabras, aunque los principios de la restauración de paisajes sean los mismos, lo que funciona en Yangambi puede no ser la solución en otros lugares.
Sin embargo, es importante que los científicos y los agentes de extensión de la experiencia aprendan continuamente de y se adapten para contribuir mejor con la restauración exitosa del paisaje forestal en la RDC y en otros lugares propicios para la restauración.
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Foto: CIFOR.