APICOFOM diálogo productores rollos: “Creemos que existen los rollos, no lo negamos. Lo que no hay es disponibilidad para las industrias en tiempo y forma”, señaló en diálogo con Desarrollo Forestal Guillermo Fachinello, presidente de APICOFOM. Y agregó: “Yo creo que con diálogo vamos a salir y entre todos tratar de solucionar este problema. Pagarle también al cosechador lo que corresponda. Que el negocio de la cosecha sea rentable”. Entrevista exclusiva.
– La zona más afectada por faltante de rollizos son el sur de Misiones y el norte de Corrientes, según tengo entendido. Allí se concentran los asociados de la Asociación.
– Nosotros sí somos grandes damnificados en este tema. Creo que tenemos que tomar la problemática en un marco de mayor dimensión. Creemos que existen los rollos, no lo negamos. Lo que no hay es disponibilidad para las industrias en tiempo y forma. Por ejemplo, nosotros antes hacíamos en un camión tres viajes por día y ahora el camión tiene que estar de 15 horas a 20 horas esperando en la cola. Nuestra cámara tiene 75 años y no nos va a presionar ninguna empresa, por más grande que sea. Creo que tenemos que sentarnos a dialogar y ver cómo solucionamos esto. Nosotros hicimos varias propuestas. Creo que primero tendrían que priorizar a las industrias de Misiones y de Corrientes, y después dar los equipos para proveer a la exportación. Una de las alternativas es que haya créditos e importación de máquinas para cosecha.
– Eso le iba a plantear. Hablamos con gente de Masisa Forestal Argentina y también con otros actores de la cadena y nos decían que rollos hay, que el problema es la falta de disponibilidad de contratistas. La falta de capacidad de cosecha.
– Yo creo que tenemos que sentarnos a ver esto. Pero, primero (hace una pausa)… tenemos que proveerles rollos a las industrias nacionales. Con mucho esfuerzo hemos logrado algunos mercados internacionales y no estamos pudiendo cumplir por la falta de rollos. Entonces, tenemos que colaborar entre todos los actores. El gobierno nacional ha hecho un esfuerzo grande en su momento al darle estabilidad fiscal a todas estas grandes empresas para que puedan plantar, para que puedan trabajar. Así que ahora esperamos, del lado de las grandes empresas -que, a lo mejor, jurídicamente no están obligados- un esfuerzo y darnos la cantidad suficiente de rollos. Creemos que no es un volumen tan grande y que ellos pueden proveer. Mientras (enfatiza) entre todos solucionamos el tema de logística. Tendríamos que ver la forma de hacer algunas playas para almacenar rollos. A lo mejor, tendríamos que evaluar importar por única vez algunas máquinas usadas para que podamos trabajar. Pero tenemos que defender nuestra industria nacional. Usted sabe lo que cuesta hoy mantener una industria en pie. Con toda la presión fiscal que tenemos, con lo problemático que es trabajar en este país. Tenemos que colaborar y que no se nos caigan estas empresas. Y que no se pierda el mercado internacional que costó tanto conseguir.
– ¿Ustedes pudieron exponer esta postura en reuniones de empresarios o a través del Ministerio de Producción? ¿Con quién están conversando para llegar a concretar estas ideas?
– En principio, nosotros trabajamos con FAIMA. Y FAIMA trabaja con CONFIAR. Realmente ahí quedamos un poco desprotegidos nosotros, porque salen algunos de los socios a decir públicamente que hay muchos rollos. Hay muchos rollos, pero no hay disponibilidad para las industrias. Queremos que eso quede muy claro. Y acá nos conocemos todos. Todos hicimos un gran esfuerzo. Al plantador le reconocemos el mantener las plantaciones durante tantos años, pero tendrían que respondernos con números más reales y que los aserraderos no queden sin madera. Es lo único que nosotros pedimos. En este negocio hay lugar para todos. Tenemos que buscar la forma de que vengan las inversiones para industrializar todos los bosques. No tendríamos por qué estar peleando si se exportan o no rollos, pero mientras tanto tenemos que lograr que las industrias no se paren. Hay faltantes de madera de calidad en el mercado interno.
– Hay cuatro o cinco proveedores grandes de rollos. ¿Ustedes pudieron conversar directamente con esos proveedores de rollos?
– Trabajamos mucho con todos ellos. Pomera es socio de APICOFOM y gratamente están cortando y también está exportando madera procesada. La problemática no es sólo de APICOFOM. Nosotros trabajamos también con la gente de Entre Ríos, que se vio muy perjudicada. Yo creo que con diálogo vamos a salir y entre todos tratar de solucionar este problema. Pagarle también al cosechador lo que corresponda. Que el negocio de la cosecha sea rentable. Ha estado apretado el precio de este eslabón durante muchos años.
“Hay que buscar una forma que nos permita aprovechar este bum de demanda”
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Financiamiento
– ¿El problema es la falta de crédito?
– Un equipo de cosecha mediano vale US$ 1 millón. Por eso una alternativa sería comprar máquinas usadas de proveedores conocidos, al menos para salir de esta coyuntura.
– ¿Ustedes proponen que haya playas de acopio para que haya un determinado stock que pueda proveer a los industriales?
– La mejor alternativa sería que hubiera créditos para las cosechadoras. Hay industrias que procesan distintas cantidades mensuales. Entonces, por ahí, los rollizos para algunos se podrían conseguir en las pequeñas chacras de Misiones. Tenemos que trabajar con todos los actores. Ahora, solos no vamos a lograr nada. Ni el exportador, ni nosotros, por cierto. Vemos el tema de precios: la industria está pagando al contado, paga adelantado. O sea, que el mito de que exportar representa mejores precios no es así.
– No pareciera ser una cuestión de precios, solamente.
– Con la diferencia que el industrial lleva todo el rollo, incluso la punta.
– Usted habló de diálogo de buscar alternativas. Si bien en Misiones hubo cortocircuitos el año pasado para la fijación de precios mínimos de chip y raleo, en el caso de rollizos hubo acuerdo entre las partes que integran InFoPro. ¿Esto es así? ¿Cómo evalúa los precios?
– Tuvimos que salir las cámaras a consensuar, a hablar con todos los socios. Y después hablamos con los otros miembros del Instituto, que son las cooperativas plantadoras. Porque, realmente, es muy difícil negociar cuando toda la industria del aserrado tiene sólo un voto y otro corresponde a la industria del papel. Entonces, siempre quedamos 9 a 2. Pero, bueno, hubo muchísimas horas de diálogo y hemos consensuado un equilibrio. Por ahí, para el productor sigue estando bajo, pero no podemos correr el riesgo de salirnos de los precios internacionales. Tenemos que seguir compitiendo con Brasil y Chile, con la desventaja que nosotros estamos muy lejos de los puertos.
– Desde la Subsecretaría de Desarrollo Forestal de Misiones señalaron que se estaba reduciendo el stock de plantaciones y eso tenía que ver con el precio del rollo. Quizás una realidad era que había que ajustar el valor del rollo, ¿no?
– Sí, pero el mercado (enfatiza) se ajustó solo. Antes de que salieran los precios mínimos se estaban pagando esos valores o más.
– ¿No se podrían explorar otros mecanismos, sean impositivos o de gestión logística, para que el precio del rollo sea viable para industriales y productores?
– Yo creo que uno de los temas principales es que haya reglas claras y seguridad jurídica. Nosotros hemos tenido un aumento del 58 por ciento en la energía. Es una barbaridad. Nosotros somos electrodependientes y no tenemos gas. Nos cuesta un montón explicar eso al gobierno nacional. Creo que entienden y están buscando las herramientas para ayudarnos. No porque al productor se le haya aumentado un 5 por ciento, un 10 por ciento, va a ir corriendo a plantar. Tenemos que darles reglas claras. Si le prometimos que le vamos a pagar el raleo (NdR: por ley 25.080), hay que pagarle. Lo mismo con la poda. Hay que pagarle en tiempo y forma. No puede ser que esperemos 12 años. Y tratar de recuperar el Seguro Verde, algo que es cada vez más difícil. Era una herramienta espectacular. Nosotros tenemos muchos productores que han podido hacer estudiar a sus hijos gracias a las 5 hectáreas que han plantado. Y hoy el productor con 5 hectáreas no hace nada. Es muy complejo, pero tiene que ser sustentable en todos los eslabones de la cadena para que esto siga en pie.
– En una reciente presentación el consultor Fernando Correa señaló que el porcentaje de aprovechamiento del rollo es del 37 por ciento en el caso del aserrado, lo cual es muy poco. Todo este período de estancamiento no les permitió a los empresarios invertir en equipamiento y se está cortando muy por debajo de los países competidores. Para poder invertir hacen falta créditos. ¿Ustedes notan falta de competitividad en la industria para poder obtener mejores precios a partir de mayor incorporación de valor?
– Yo creo que va a ser muy difícil que vengan las grandes inversiones. Antes que una papelera creo que necesitamos un par de industrias de tableros. Nos falta mucha, mucha inversión doméstica. Acá no se están armando industrias nuevas. Nosotros hicimos una pequeña fábrica, que para nosotros es la gran fábrica de viviendas, y nos salió US$ 10 millones.
– Fabricantes de muebles no están tan demandados como hace cuatro o cinco meses, pero en su momento había faltante de piezas partes para esos sectores. ¿Se ha normalizado la provisión o está relacionado con la falta de rollos en algunas industrias?
– Hemos hechos reuniones entre las cámaras y estamos intentando paliar esta situación entre las cámaras. Igualmente, el mercado bajado al menos un 30 por ciento. De todas formas, hay faltante en alguna madera clear y estamos trabajando en eso. No ha bajado tanto la demanda de la industria de la construcción, sino la de la industria del mueble. La construcción siguió traccionando. Igualmente, la demanda sigue siendo alta. Todos nosotros estamos trabajando con una demanda mucho más alta que antes de la pandemia.
– Tenemos la información de que los aserraderos están trabajando bien.
– La madre de las batallas es la inflación, que se está llevando todo por delante.
– ¿Cómo está la demanda de chip y raleo? Sabemos que hubo sobreoferta recientemente.
– Es un tema muy grave que tenemos. No lo podemos solucionar. Queremos saber qué hacemos con nuestro chip. Porque la realidad es que está quedando el chip en los aserraderos. Ahora aumentó un poco la demanda por la gran actividad de secaderos de yerba y de té. Pero eso es un porcentaje no muy grande de la cantidad de chip que se produce. Tenemos que negociar los precios nuevamente y ver los compradores.
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Fuente: APICOFOM.