En el marco de la 91º Reunión del Consorcio Forestal Río Uruguay que se realizó el 2 de agosto por la mañana en la localidad correntina de Paso de los Libres Fernando Dalla Tea, subgerente de Operaciones de Masisa, habló en la primera parada de la jornada respecto de las densidades a forestar (ver más información en Desarrollo Forestal impreso de julio, páginas 6 y 7).
“Hace dos años habíamos hecho con el Consorcio una visita a este campo, cuando ya habíamos empezado a plantar bajas densidades. Y cuando uno mira un poco para atrás, creo que hace 20 años las nuevas densidades eran de 1.000, 1.100 plantas por hectárea, bajando de las famosas 1.600 que se plantaban para celulosa. Y hoy creo que tenemos que hacer otro cambio, como sector productivo.
Cuando uno pregunta en la zona de Concordia qué tipo de productos quieren los aserraderos, hablan de un árbol de 30 centímetros de diámetro. Nosotros en el primer ciclo apuntamos a árboles más grandes que después nos costó mucho comercializar.
Entonces, en esta segunda etapa nos planteamos producir ese tipo de árbol de 25 centímetros a 30 centímetros de diámetro -ojalá sean de 30 centímetros- en un turno más corto que el que hicimos en la primera rotación. Ojalá sean 10 u 11 años.
“Eso tiene que ver con la pregunta que nos hicieron respecto de las densidades que estábamos plantando. En el primer ciclo plantamos entre 1.000 y 1.200 plantas. Teníamos que llegar a una densidad baja a través de raleos.
Y hoy el cambio fuerte que hicimos fue bajar la densidad, eventualmente incorporar un raleo a desecho temprano, y no hacemos ningún raleo comercial. ¿A qué apunta esto? A acortar ciclo y producir ese árbol de 25 centímetros a 30 centímetros. Es todo matemático.
“Uno de los mensajes que uno quisiera dejar en esta reunión es el tema densidad. Para los que somos forestales, pensar en el tipo de industria que tenemos acá -que no son muchas- y que vamos a necesitar raleos para llegar a un tipo de manejo con objetivos de madera de calidad, la verdad es que a nosotros se nos ha complicado. Y a los que plantan pino les pasa lo mismo.
“En cuanto a la cantidad de plantas por plantación es un buen momento para empezar a ahorrar plata -desde el punto de vista del productor- y producir un poco más de madera gruesa en turnos más cortos”, finalizó Dalla Tea.
A continuación, un técnico de Masisa Argentina describió algunas características del lote visitado:
Marco de plantación: toda la propiedad se plantó a 4 metros de la línea. Eso no se ha cambiado. Donde plantamos con semilla estamos plantando a 4 metros x 2,70 metros, y donde plantamos clones estamos plantando a 4 metros x 3,20 metros.
Estamos dejando la quinta fila sin plantar. Esto obedece a varios factores. Uno es que, por un lado, cuando teníamos que hacer los controles de malezas, no teníamos cómo entrar a la plantación. Y entramos por la quinta fila y ahí nos metemos y podemos hacer los controles. Otro tiene que ver con el hecho de que, cuando hemos tenido incendios en el caso de reforestación, no teníamos otro lugar en el que frenar el fuego que no fueran las calles.
Nos hemos dado cuenta de que, cuando se nos prendían fuego los lotes, donde teníamos la quinta fila podíamos ingresar un tractor o un despejador para apagar el incendio dentro del lote. Y, si fuera necesario hacer un raleo, uno termina sacando la producción por esa quinta fila. Los forwarders son cada vez máquinas más grandes, cada vez mueven más madera y la quinta fila libre les permite maniobrar.
Leer: Silvicultura para la prevención de incendios forestales
Fuente y fotos: Desarrollo Forestal (Enviado Especial a campo Buena Vista II de Masisa Argentina en Paso de los Libres, Corrientes).