Un Enviado Especial de Desarrollo Forestal participó en Villa La Angostura, Neuquén, del IV Congreso Nacional de Sistemas Silvopastoriles.
Su lema es “Una oportunidad para el desarrollo sustentable” y se realizó por primera vez en la Patagonia. Desarrollo Forestal participó del Día de Campo en Estancia Los Peucos, donde investigadores y propietarios del lugar explicaron detalles de la cría de ganado vacuno entre forestaciones de pino ponderosa.
Estancia Los Peucos se ubica en la precordillera de los Andes neuquina y tiene las siguientes características, tal como se relató en el Día de Campo del IV Congreso Nacional de Sistemas Silvopastoriles:
– Los pastizales se componen de mucha estepa graminosa, muy poco forrajera, y una estepa más arbustiva, con productividad forrajera muy baja. La base forrajera de todos los campos ganaderos de la zona son los mallines, que son como sitios a-zonales. Son humedales con agua casi permanente. Son la base forrajera de todos los campos de precordillera. Existen mallines más húmedos y menos húmedos. No dependen de la lluvia de la zona, sino que se nutren del agua superficial. De la napa, principalmente. Están, generalmente, en lugares bajos del paisaje. Un mallín puede llegar a producir casi 6.000 kilos de materia seca forrajera por hectárea por año, mientras que la estepa genera entre 500 kilos y 700 kilos por hectárea por año. Pruebas hechas en verano en un mallín bueno registraron un engorde de 1,6 kilogramos por día.
Guanacos y vacunos
Por su parte, Bertil Hoepke, administrador de Estancia Los Peucos, relató el proceso de incorporación de ganado en el campo:
– “En 2001 empezamos a hacer algo distinto con el pasto y empezamos a criar guanacos. Estamos probando con algunos productos; todavía no estamos comercializando a gran escala. La idea fue que bajaran un poco el pasto y que redujeran el residuo. Y lo que nos pasó fue que los guanacos ramonean. Son livianos, no tienen mucho peso corporal. Así que, además de los guanacos, en 2006 incorporamos los vacunos. Ahí sí empezamos a tener un cambio bastante importante en el pastoreo. Surgió una oportunidad porque un vecino tenía 150 vaquillonas. La trajimos al campo, nos quedamos con la mitad de los terneros y así fuimos armando el rodeo. De esas 150, ahora nos quedan 10. Y las otras 490 que hay en el campo son todas vacas nuestras;
– “Tenemos Hereford en este campo, en el que hacemos ciclo completo. Tenemos cría, re-cría y engorde a campo. Originalmente, los vendíamos terminados. Había una demanda por novillos criados a pasto. Ahora la situación varió. Gusta mucho más el novillito de feedlot, de grasa blanca. Cuando ven la grasa amarilla dicen que es un animal viejo. Estamos tratando de adaptarnos a eso. Por ahora estamos vendiendo a algún feedlotero y, tal vez, hagamos una suplementación a campo. Porque a nosotros lo que nos interesa es que, básicamente, los novillos coman el pasto;
– “Tenemos 500 vacas madres; estamos en un pico de producción de 1.500 animales y la carga media es de 250 animales por año. Tenemos una producción anual de carne de 300 gramos por día, incluyendo el invierno. Calculamos que nuestra producción de carne es de 84.000 kilos por año y una producción de carne por hectárea de 85 kilos, lo cual está dentro del promedio zonal. Y la receptividad está entre 9,5 hectáreas por cabeza y 9,8 hectáreas por cabeza, muy distinto a lo que puede ser provincia de Buenos Aires”.
Antes de la explicación de Bertil, su padre y pionero en la forestación con pino en la Patagonia, Eberardo Hoepke, explicó la importancia de eviatar la sobrecarga de animales en los campos patagónicos.
Fotos y video: Enviado Especial de Desarrollo Forestal a Estancia Los Peucos, Junín de los Andes, Neuquén.