(Buenos Aires, 21 de diciembre de 2010). Desarrollo Forestal se entrevistó en exclusiva con el consultor brasileño José Rente Nascimento durante el “Foro de Inversión y Financiamiento para el Sector Forestal-Industrial” que se realizó el 16 de diciembre en Capital Federal. “El conflicto entre Argentina y Uruguay por Botnia crea antipatía entre los inversionistas extranjeros, pero cuando las oportunidades son buenas la gente cambia de opinión”, dijo.
– En Argentina tenemos la tendencia de compararnos con Brasil. ¿En qué se basó para establecer el indicador máximo de su exposición, que posiciona a Brasil con un total de 60 puntos, de 100 posibles, ubicándolo como máximo exponente en la región?
– Necesitamos un parámetro para la investigación y conocemos de los alcances de nuestro sector.
– ¿Por qué Brasil está trabajando al 60 por ciento de su productividad?
– Brasil pierde en accesibilidad muchos recursos, aunque tenga muchos árboles en el Amazonas, pocos de ello son comerciables. Hay un serio problema fiscal, con una carga tributaria muy pesada, muchos impuestos. Para todos los inversionistas se mantiene un sistema de pago de impuesto, hay toda una cuestión laboral que también es muy costosa. La infraestructura económica y social también es un problema. Brasil está en muy bajos niveles de educación profesional y educación básica. Todos estos pequeños actores sociales producen que hoy se esté trabajando al 60 por ciento.
– ¿Cuáles son las ventajas para llegar a ese 60 por ciento?
– La masa crítica en Brasil ha sido una cuestión histórica. Tenemos inversiones extrajeras y domésticas en el sector durante muchos años. En la década del ’70, el Gobierno tomó una decisión estratégica que decidió transformar al país en un gran exportador. Inicialmente fue en base a un programa de incentivos, pero todo incentivo es una forma de compensación para un defecto que tiene la economía.
– ¿Cuál sería el principal problema en la industria forestal argentina que podría señalar, aparte de la imagen internacional que tienen del país?
– La gente no quiere conflictos. El conflicto entre Argentina y Uruguay por Botnia crea antipatía entre los inversionistas extranjeros, pero cuando las oportunidades son buenas la gente cambia de opinión. El país debe demostrar el papel del sector forestal y su capacidad.
– ¿Cree que Argentina puede conquistar los mercados que no pueden abastecer países como China?
– Siempre recomiendo que los involucrados más interesados se junten con el Gobierno y hagan un acuerdo de colaboración, con el objetivo de estudiar sistemáticamente el tema. No es una cuestión de cambiar todo. Cuando hay problemas de acceso, el Estado debe hacer su parte, pero el inversionista debe hacer lo suyo también. Es necesario crear un mecanismo de colaboración para que sistemáticamente se trabaje para ajustar todas las variables para ver el rol que toca al inversionista, al Gobierno. El mejor ejemplo que siempre menciono es el de Colombia, que con todos sus problemas sociales ha llegado a acuerdos para coordinar inversiones entre el sector público y privado. Eso funciona cuando hay transparencia y compromiso.
– Compromiso hay seguro porque este foro es como una continuación del Congreso Forestal del año pasado.
– Sí, creo que hay que aprovechar las metodologías que ya existen. Hay grupos multilaterales que pueden ayudar para que esto se dé. Efectivamente, hay un mayor interés en el país, se siente que la gente quiere salir adelante, que están rezagados y que hay oportunidades. El chiste es poder convertir el potencial en real, no sólo se trata de tecnología, tierra, sino infraestructura, educación, salud, leyes. Si ustedes podrían exportar a Uruguay alcanzarían un precio mejor. Sería un gran negocio, que en teoría producirían más barato que los propios uruguayos.
Foto: Desarrollo Forestal.