APSA sigue operando en Bossetti, pero definirá “reconversión” antes de fin de año

(Buenos Aires, 5 de noviembre de 2010). Desarrollo Forestal dialogó en exclusiva con Adrián Lerer, gerente de Asuntos Legales de Alto Paraná S.A. Lerer sostuvo que mantener en operaciones el aserradero en Puesto Bossetti le hace perder a la empresa del Grupo Arauco unos $2 millones al año y que debieron alquilar galpones para almacenar stock. Quedarían trabajando allí 30 de las 205 personas que lo hacen en la actualidad.

– ¿Alto Paraná cerró el aserradero en Puesto Bossetti?

– No, no cerró todavía. Yo creo que estamos haciendo un experimento, en el buen sentido del término, que quizás debería ser un ejemplo de cómo encarar una reconversión. Nosotros no hablamos de cierre y sí de reconversión porque realmente no cierra (enfatiza) la instalación industrial. Va a seguir teniendo vida, pero se va reconvertir momentáneamente en un centro de distribución.

– ¿Un centro de distribución de qué productos?

– De todos los productos nuestros.

– ¿Y de esa manera pueden absorber la misma cantidad de empleados que trabajan en la actualidad en Puerto Bossetti?

– Se quedarían trabajando 30 personas. Tenemos 205 personas en total, sumando personal propio más contratistas. Son 60 contratistas y el resto es personal propio. Treinta personas son absorbidas por el Centro Logístico, en un principio. Porque también estamos pensando que quizás, si la actividad da y es interesante, puede dar servicios a algún tercero en un futuro. Por ahora lo estamos viendo para nuestros productos.

– ¿Y el resto de los empleados?

– Se les ofrece reubicación en otras instalaciones de Alto Paraná: en Piray, en Esperanza, en forestal…

– ¿Y cuál fue la respuesta de la gente? Porque tenemos entendido que hubo manifestaciones en contra.

– Claro. Como en todo proceso social hay marchas y contramarchas. Cuando uno habla de “la gente” pareciera que se habla de una masa pero la gente son personas, que cada uno toma decisiones. Y además, primero yo creo que hay un proceso de entender la situación y acostumbrarse a la idea. Pero es un proceso inédito. ¿Cómo se hace esto en general en la Argentina? Me anda mal un negocio, cierro, echo a todos… Es más, me presento a un procedimiento de crisis, les pago la mitad de la indemnización y los echo. Y ni hablar del sector nuestro, donde el sueldo en blanco –salvo nosotros y algunas excepciones- nunca es el total del salario. Pero la mayoría de la gente está en negro, o en gris. O sea, imaginate lo que les pagan.

– ¿Cómo definirías hoy la situación de Aserradero Bossetti? Hablaste de reconversión, de algo momentáneo. ¿Cómo es hoy la situación, cuántas personas están trabajando…

– …(interrumpiendo) Están trabajando todos en Bossetti, produciendo la misma madera que antes. No hay ningún tipo de cambio.

– ¿Cuáles son los plazos? ¿Cuáles fueron los resultados de las tres reuniones realizadas en el Ministerio de Trabajo provincial?

– Ya hubo tres audiencias. En las tres las posiciones siguen siendo poco reductibles en el sentido de… Nosotros fuimos muy sinceros y fuimos de entrada con nuestra mejor propuesta. Nosotros no somos una empresa que negocia regateando, ¿sí?

– O sea, ustedes ofrecieron una reubicación y ¿qué fue lo que recibieron del otro lado como contrapropuesta?

– No, no hay contrapropuesta. Hay un ideal del sindicato (NdR: Unión de Obreros de la Industria Maderera General Manuel Belgrano, con sede en la localidad de Puerto Esperanza y cuyo representante es Jorge Ríos), que es entendible. Y por un lado está la pretensión ideal del sindicato que lidera Jorge Ríos, y a pedido también de la gente, que es: “Nosotros queremos seguir siendo un aserradero en Puerto Bossetti”. Pero más allá de eso nosotros ya empezamos a trabajar con la gente, hemos comunicado esto también a sus familias y tenemos a una consultora trabajando ya con la gente –se han entrevistado a cerca de 70 personas- preguntándoles adónde quieren ir, qué saben hacer y para ese lado vamos. Pero mientras tanto dejamos el aserradero funcionando para que no haya impacto psicológico en la gente de tener un aserradero cerrado.

– ¿Y cuáles son los plazos de esta reconversión?

– Yo creo que esto tendría que terminar siendo algo que se va a decantar solo en función… Hay mucho de catártico en cada reunión con la gente. No estamos apurando a la gente. Entendemos la situación traumática que es el cambio físico de la prestación de tareas, y quizás el cambio de tareas. Entonces no estamos acá con un revólver en la cabeza de la gente apurándolos. Lo que sí, tampoco podemos dilatar esto porque también es malo para la gente tener una situación abierta mucho tiempo.

– ¿Cuánto espacio más tienen para stockear productos?

– No, ya no tenemos espacio. Estamos alquilando depósitos y realmente eso es un desastre.

– Por ese lado los tiempos corren.

– Sí, los tiempos corren. Yo creo que esto debería tener una definición clara para todo el mundo antes de fin de año.

– Es un plazo menor a dos meses.

– Sí, sí.

Foto: Archivo Desarrollo Forestal.

La extensa entrevista se publicará completa en Desarrollo Forestal impreso de noviembre (Año XX, número 191).

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