(Buenos Aires, 11 de mayo de 2010). Desarrollo Forestal presenta un informe exclusivo sobre el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya que determinó, el 20 de abril, que UPM -ex Botnia- “violó el tratado binacional”, pero “no contamina”. Se acercaron tres preguntas básicas a múltiples actores del sector. Opinaron especialistas del sector público y privado, instituciones, ambientalistas y consultores. Adelanto de un informe especial.
Las tres preguntas enviadas a los consultados fueron:
1 – ¿Cuál sería su análisis inicial del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya respecto del diferendo entre Argentina y Uruguay por la instalación de Botnia en Fray Bentos?
2 – ¿Cuáles entiende usted que podrían ser los efectos del fallo para el sector foresto industrial en la cuenca del Eucalipto de Argentina y Uruguay?
3 – ¿Cree usted que el fallo allana, de alguna manera, la posibilidad de instalar futuras plantas celulósicas en la cuenca?
– Ingeniero forestal Martín Sánchez Acosta, quien trabaja hace más de 20 años en Concordia, Entre Ríos, cuenca del Río Uruguay.
1- Fue algo salomónico donde se le dio un poco a cada parte. A vista de la mayoría fue más positivo para Uruguay. Al menos que no se cuestione a la planta, pero a favor de Argentina dijeron que no se cumplieron todos los pasos formales. En la zona se preguntan: si los pasos estaban mal ¿por qué siguieron? Existe una sensación de que la planta tan inocua no es, pero que esta decisión responde a grandes intereses. Lo positivo es la instalación del tema y la obligación de un monitoreo, que a mi entender debería ser de todo el río, no sólo de la parte de Gualeguaychú.
2- Por el momento no nos cambia mucho la situación. Es más, no creo que alguien se ponga a exportar rollizos ahora pues por un lado está la Ley de la Madera (NdR: Ley provincial del estado entrerriano) que no lo permite, y por otro generaría un conflicto interno innecesario. Los habitantes de Gualeguaychú están tan sensibles que hasta cuestionan que se pongan en marcha el ferrocarril entre Concordia y Salto porque dicen que puede llevar madera. En las Jornadas Forestales (NdR: “Jornadas Forestales de Entre Ríos” que se organizan cada octubre en Concordia, ininterrumpidamente, desde 1986), en su momento Carlos Faroppa (NdR: Ingeniero uruguayo que trabajó en para la primera parte del proyecto que terminó instalando a Botnia en Fray Bentos) dijo que podrían llegar a comprar un 10 por ciento de la materia prima del lado argentino (ver anuario Valor Agregado 2007, páginas 25-36), lo cual si bien no es poco, no es demasiado tampoco, y el mercado local aún no tiene sobreofertas.
3- Ya los correntinos están anunciando que lo están estudiando. Sin duda que abre una posible ventana, pues si se dice que la planta no contamina (impactar, impacta) da la posibilidad de instalar otras de última generación.
– Ingeniero agrónomo Alberto Ré, ex asesor de Ricardo Barrios Arrechea en SAGPyA entre diciembre de 1999 y diciembre de 2001.
1- Usando una frase común diría que el fallo del Tribunal de La Haya es “cosa juzgada”. Por lo tanto, opinar sobre el mismo es poco menos que “deportivo”. Creo sí necesario tener en cuenta al respecto que, habiéndose comprometido los dos países a respetarlo, el único camino honesto que haría honor a la trayectoria argentina en la materia es cumplirlo en todos sus aspectos y no hablar más de lo “que podría haber sido y no fue”. El Tribunal, más allá de otras conclusiones, fue muy claro al manifestar “que Botnia no contamina”, y esto hay que decirlo así de directo. Es lo que más nos debiera interesar y resaltar a los que estamos en la actividad forestal y en las industrias derivadas. Falta sí, que lo digan claramente nuestros dirigentes. Especialmente, todos aquellos que en su momento apoyaron la decisión de llevar la controversia a un tribunal internacional, claudicaron de encontrar un camino de entendimiento binacional, no pudieron hacer valer la razonabilidad ni la ley ante la aberración de tener un puente internacional cortado nada menos que con un país hermano y entrañable como el Uruguay. Hoy tendrían que tener la valentía de decir: “Señores nos equivocamos, Botnia no contamina, perdón por el daño que hicimos”. Provocar el camino de la duda, al hacer una construcción dialéctica diciendo que “el no presentar pruebas de contaminación” -por parte de la Argentina- podría implicar “otra historia con otro final si se las hubiera presentado” hace suponer inoperancia de parte de nuestros negociadores o traición de parte de quienes debían defendernos en el juicio, cuestión arbitraria de la que no tenemos ningún elemento para sospechar.
2- Advierto que se ha hecho un daño enorme al sector foresto-industrial con este tema de Botnia y con todos los elementos colaterales que se discutieron en estos años. La Argentina tiene una masa forestal suficiente como para abastecer más plantas celulósicas de las hoy existentes, pero lamentablemente hemos visto cómo últimamente se han hecho anuncios de radicación de ese tipo de industrias en el Uruguay y el Brasil, mientras Argentina –teniendo condiciones inmejorables para captar esos capitales- fue claramente desconsiderada. Indudablemente, fue el efecto Botnia y más allá de otras consideraciones de índole jurídicas y de política de inversiones –que también existen- nuestro país y la actividad han perdido un tiempo precioso en su desarrollo, que hubiera traído trabajo, progreso económico en grandes regiones, ingresos fiscales al país y hubiera hecho más rentable el negocio forestal para los plantadores. Un círculo virtuoso que se dilapidó por la irresponsabilidad de muchos y por la falta de criterio de quienes tenían la obligación de poner límites antes de llegar al punto en que se llegó. Ojalá el fallo sirva para despejar prejuicios, opiniones de gente que no tiene conocimiento sobre el tema e intereses políticos y/o personales; desearía que eso ocurriera, para que se plante más y se instalen más industrias de transformación.
3- El fallo puede contribuir a mejorar las condiciones para lograr que se instalen más plantas celulósicas, sobre todo si no se tergiversa lo que dijo. Igualmente, no va a ser fácil su aceptación por parte de la población. Va a ser necesario un gran trabajo de quienes estamos en esta actividad. Hay que demoler mitos que se han arraigado profundamente, para lo cual hay que actuar en varios planos. La clase dirigente debería dar mensajes leales y honestos, debe ser clara en cuanto su apoyo a la forestación y a la industria. El sector industrial deberá actuar correctamente, mejorando su relacionamiento con los productores proveedores de materia prima y con la sociedad en general, dando muestras de permanentemente actualización y modernización de sus procesos que den seguridades totales en cuanto a la no contaminación y al cuidado del medio ambiente.
– Abogado Adrián Lerer, presidente de la Asociación Forestal Argentina (AFoA).
1- El fallo no nos sorprendió. Se determinó que hubo incumplimiento del Tratado del Río Uruguay por parte de la República Oriental del Uruguay y no se pudo demostrar el impacto ambiental negativo de la planta de UPM-Botnia. En este caso, desde el comienzo del conflicto AFoA ha insistido en la necesidad de informar en forma responsable a la comunidad de Gualeguaychú sobre la realidad del impacto ambiental de una inversión como la de Botnia. La tecnología que utiliza se corresponde con las exigencias internacionales de adopción de mejores prácticas disponibles y se encuentran ejemplos de plantas similares en funcionamiento en Europa (Finlandia, Alemania, Suecia) que pueden demostrar cuáles son los impactos posibles. Esto no significa que no se deba hacer el monitoreo de las condiciones del agua, la tierra y el aire- en forma permanente- de manera de asegurar que se mantienen en funcionamiento todos los mecanismos de control de efluentes. Existe la tecnología que permite este tipo de seguimiento, y a partir del Fallo, es obligatorio para ambos países asumir la responsabilidad de hacerlo.
2- La consigna de “No a las Papeleras” y el pedido de desmantelamiento de la planta resultaron inconducentes e irreales. Creemos que la población de Gualeguaychú que está realmente preocupada por el medio ambiente, tiene la oportunidad de canalizar las acciones hacia un “Sí al desarrollo sostenible”. Consideramos que la movilización y sensibilización que este conflicto generado en la sociedad puede y debe encauzarse en la promoción de la inclusión de la participación social responsable. No sólo del monitoreo del Río Uruguay, sino ampliarse a temas vinculados a las distintas intervenciones que afectan el ambiente y la sociedad. Consideramos que el Fallo no afectaría en principio el funcionamiento de Botnia-UPM siendo que la Corte impone medidas sólo a ambos países, instando a mejorar los niveles de diálogo, colaboración, cooperación y conmina al control conjunto del Río Uruguay. Fíjese que la medida más extrema tomada en relación al conflicto –el corte del puente- no tuvo ningún efecto en la construcción y operación de la empresa. Pero lamentablemente, en el corto plazo, ha afectado la actividad económica en ambas orillas, las inversiones foresto-industriales en Argentina y las relaciones bilaterales entre dos países hermanos, además de demonizar una actividad genuina y sostenible. En el corto plazo, sólo podemos contabilizar pérdidas. Mirando hacia delante, si este conflicto se traduce en lograr un sistema de control social efectivo del Río Uruguay, en revertir la contaminación del Río Gualeguaychú, y en general, en un cambio cultural en la forma en que participamos en la gestión del entorno en el que vivimos, será un gran beneficio de largo plazo. No sólo para Gualeguaychú, sino ejemplo para todo el país.
3- El sector foresto industrial ofrece oportunidades de inversión y creación de empleo muy importantes en el país, que sin dudas, se han visto afectados por este conflicto. El país tiene condiciones excelentes para atraer hoy mismo, alrededor de US$ 4.000 millones en inversiones y crear más de 20.000 empleos. Y esto, en un contexto en el que por primera vez en su historia el mundo encuentra restricciones energéticas al crecimiento. La disponibilidad, el costo y el impacto ambiental de los combustibles fósiles hacen que la expansión productiva requerida sólo para atender el crecimiento demográfico mundial sea incierta. Argentina tiene actualmente un patrimonio de alrededor de 500.000 hectáreas de bosques que fueron plantado bajo regímenes de promoción del Estado listos para ser utilizados en procesos industriales de celulosa, papel, madera y tableros que pueden generar su propia bio-energía para funcionar. Fíjese que Botnia-UPM produce toda la energía que requiere y provee a Fray Bentos de la que necesita. Y es bio-energía. Sin utilización de combustibles fósiles. Esta característica de las inversiones foresto-industriales -en productos reciclables, proveniente de recursos renovables, y carbono naturales-, la hacen especialmente importante como herramienta de desarrollo económico sostenible cuando el cambio climático y la restricción energética son preocupaciones globales. Argentina sigue siendo el país del gran potencial foresto-industrial. Está en nuestras manos hacerlo realidad.
Fotos: Archivo Desarrollo Forestal.
El informe exclusivo completo se publicará en la edición impresa de Desarrollo Forestal de mayo (Año XIX, número 185).