(Buenos Aires, 21 de octubre de 2009). La sesión simultánea “Sostenibilidad y rentabilidad económica” se desarrolló el miércoles por la mañana en el salón Jacarandá, y tuvo a Gustavo Braier como moderador. Expusieron Jones Kamugisha-Ruhombe (Uganda), James Stevens (Dinamarca) y Peter Gondo (Sudáfrica). Regulaciones del FMI y Banco Mundial, inversiones privadas institucionales y el rol complementario de los microcréditos fueron los temas abordados.
El primer expositor fue Jones Kamugisha-Ruhombe, de Uganda, quien presentó el trabajo “Movilización y encauce de la financiación forestal a nivel nacional en un ´país pobre altamente endeudado´ (HIPC). Estudio de caso de Uganda”. El autor resaltó la escasez de recursos financieros que existe en Uganda.
“Los países pobres muy endeudados dependemos de las reglas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. La asignación de dinero para el sector forestal termina dependiendo de variables como la inflación. Creemos que este paradigma debe cambiar”, afirmó Kamugisha-Ruhombe.
Más tarde fue el turno de James Stevens, economista forestal que trabaja en una compañía danesa. “Inversiones institucionales en bosques y plantaciones en el mundo en vías de desarrollo: beneficios sociales y retornos al inversor”, fue el trabajo que presentó.
“Los inversores institucionales (fondos de pensión, empresas de seguros, etc.) no sólo se fijan en el dinero en efectivo (cash) sino cómo los proyectos a más largo plazo van apreciándose –afirmó Stevens-. Existe un fuerte compromiso en inversión con responsabilidad social y certificaciones”.
“Los inversores institucionales están buscando inversiones eficientes respecto de impuestos. Es una de las razones por las que invierten en el sector forestal. Como conclusión, si hablamos de acceso a capital creo que la inversión institucional puede aportar a la administración de plantaciones”, dijo el economista.
Por último, habló sobre “El papel del micro-financiamiento en el manejo forestal sostenible” el sudafricano Peter Gondo, quien afirmó: “Se necesita mucho dinero para administrar plantaciones sustentables. Muy pocos países en desarrollo se benefician con financiamiento. Queda mucho por hacer”.
“Sólo entre un 4 por ciento y un 6 por ciento de la población sudafricana accede a bancos. Las microfinanzas se aplican a industrias de pequeña escala, por ejemplo concesiones forestales en superficies pequeñas. Otros ejemplos son la producción de manteca, nueces o miel en terrenos forestales en restauración, lo que habilita a los emprendedores a certificar. Las tasas de los microcréditos varía según la región, pero en general son 2 por ciento o 3 por ciento más que la tasa del mercado considerado”, sostuvo Gondo.
“Como conclusión, las microfinanzas tienen potencial para contribuir a la forestación sustentable. También pueden complementar otras fuentes de financiamiento. Un factor clave es hacer hincapié en su rol complementario”, concluyó Gondo.
Foto: Desarrollo Forestal.