Todo Madera se entrevistó en exclusiva con Federico Fachinello y Víctor Maldonado, representante de la empresa Villalonga Industrial, que construye viviendas industrializadas en madera en la localidad de Garupá, Misiones. “Tenemos que echar por tierra todos los paradigmas que han defenestrado a la madera. Instalando productos como la casa Ogá o manteniendo la calidad en las viviendas que se proveen al Estado, podremos lograr que la gente se saque de la cabeza de la casa de madera es un producto malo”, afirmó.
– Sigue habiendo en la sociedad prejuicios respecto de que la vivienda de madera es frágil o corre más riesgo que las construcciones de mampostería ante un eventual incendio.
– Nuestra intención en Villalonga Industrial es erradicar ese paradigma. Existe un mal concepto arraigado culturalmente dentro de la provincia y que tiene que ver con viejas tecnologías, donde la madera a lo mejor no estaba bien trabajada. Y siempre terminaba con problemas técnicos o tecnológicos. Viviendas muy antiguas siguen hoy en pie sin ningún problema. Pero todas esas viviendas que fueron mal resueltas, desde el punto de vista tecnológico o del diseño, fueron las que le dieron mala fama a la industria.
– ¿Ustedes trabajan con madera impregnada?
– Nosotros trabajamos con la última tecnología en madera. Nuestra panelería ya está probada dentro de Posadas, en Corrientes y en la provincia. Nosotros hacemos el proceso de impregnación por autoclave. Tenemos que trabajar en que la gente entienda que no es lo mismo aplicar una pintura a la madera que hacerle un proceso de impregnación por autoclave. Muchas veces le dicen a la gente que la pintura es impregnante, y después tiene problemas. Nuestras casas tienen solamente madera impregnada y seca, por eso quizás haya diferencia de precios con productos de algunos competidores que utilizan madera pintada con pintura impregnante. Es un producto que brinda mayor calidad en terminaciones, y mayor durabilidad. Su vida útil es exponencialmente mayor a la de una madera impregnada superficialmente.
– ¿Cómo es la fábrica? ¿Cuántos secaderos tienen?
– Los dos secaderos están ubicado en la localidad de San José, Misiones. El área de impregnación está tercerizada con dos empresas: una de Garruchos y otra de Ituzaingó (NdR: Ambas localidades están en Corrientes). La materia prima proviene de Corrientes o de Misiones.
– ¿Trabajan solamente pino impregnado?
– Trabajamos solamente con pino seco e impregnado en lo que respecta a la panelería de la vivienda (ver imagen). Respecto de las aberturas, trabajamos, por ejemplo, con madera de kiri y guayubira. También tenemos prototipos en los que fabricamos las aberturas con pino impregnado y hechos tenido buenos resultados. Encontrar que el pino se puede trabajar también en carpintería nos abrió un nuevo espectro dentro del diseño de la vivienda.
– ¿Cómo son los paneles y qué medidas tienen?
– Nuestros paneles tienen un revestimiento en machimbre impregnado de 1 pulgada; detrás del machimbre hay un aislante térmico -lana de vidrio de 25 mm con papel de aluminio- y del lado de adentro hay una barrera de vapor, que es agrotileno de 200 micrones. Recién después está el bastidor en el cual se clavan todos estos elementos, que también es de madera impregnada. Todos estos elementos hacen que el panel tenga mayor durabilidad en el tiempo. Y del lado interior hay un material que es nuevo, que simula el machimbre. Son placas terciadas con una especie de ranurado, símil machimbre. Con este producto ganamos en productividad, ya que podemos poner muchísimos más metros cuadrados revestidos interiores que si utilizáramos machimbre, que se coloca tablita por tablita.
– ¿Trabajan las viviendas por módulos fijos?
– Sí. En realidad, trabajamos con separaciones mínimas recomendadas: no superar los 40 centímetros de espaciado entre parantes, por ejemplo. Anteriormente, en los paneles se ajustaba sólo un tabique que llevaba una capa hidrófuga de concreto. Hoy eso no se hace más. Nosotros ponemos una línea de tirantes inferiores envuelta en una membrana asfáltica, que sería la aislación hidrófuga entre cualquier elemento de humedad que pudiera filtrarse por el piso. Esto se coloca sobre una platea de hormigón armado. Posteriormente, se envuelve en membrana asfáltica un tirante -como solera-, se lo coloca en la línea del panel y el panel se ubica sobre esa estructura. Esta estructura es totalmente flexible y cuenta con mejor cierre hidráulico, para que el panel no quede afectado por humedad que pudiera subir por capilaridad. Arriba va el panel, y el panel tiene montantes de madera impregnada.
– ¿Cómo es la comercialización de las dimensiones de las casas?
– La comercialización depende del diseño y de los costos. Actualmente, Villalonga tiene dos modelos de casas. Una es la casa Misionera, y la otra es la casa Ogá. Son diferentes estilos de diseño. Hay dos tipos de modelo de casa misionera: estándar y premium. La Ogá es una vivienda de línea moderna, que es en la que estamos ahora (NdR: La entrevista se realizó en la vivienda en la que se montó el stand de la empresa en la última edición de la Feria Forestal Argentina; ver foto), que es 100 por ciento personalizable. Este diseño particular tiene la capacidad de aumentar módulos. Las viviendas Misionera también lo son, pero tienen otro diseño.
– ¿Trabajan para clientes particulares o para arquitectos?
– Hasta ahora veníamos trabajando de manera fuerte para el Estado, pero la idea de la empresa es de diversificar el tipo de clientes.
– ¿Ustedes forman parte del grupo de empresas que está construyendo la planta para fabricar viviendas industrializadas a escala?
– Nosotros somos parte de la UTE de APICOFOM que está trayendo las maquinarias desde Alemania. En marzo se van a hacer las primeras pruebas. Se está por arrancar con el movimiento de suelos en el Parque Industrial de Posadas.
– ¿Esta fábrica va a abastecer solamente al Estado? ¿Piensan llegar a todo el país?
– El objetivo es hacernos fuertes en la provincia, pero salir a comercializar en todo el país. Hacia fin de año está previsto hacer alianzas estratégicas con empresas de Córdoba y Santa Fe para que nosotros enviemos todos los componentes de madera y ellos de encarguen de la mampostería. La casa de madera está muy bien vista en esos lugares, sobre todo en el rubro cabañas. La empresa hace 10 años hacía cabañas en la zona y después se dejó de atender ese nicho. Hay un mercado posible en el rubro turismo.
– Claro, pero culturalmente falta para que se instale como una vivienda para todos los días.
– Por eso tenemos que echar por tierra todos los paradigmas que han defenestrado a la madera. Instalando productos como la casa Ogá o manteniendo la calidad en las viviendas que se proveen al Estado, podremos lograr que la gente se saque de la cabeza de la casa de madera es un producto malo. Es un trabajo que tiene que hacer todo el sector.
– ¿Cuántos metros cuadrados tiene este prototipo de vivienda Ogá?
– Este prototipo tiene 68 metros cuadrados cubiertos y 19 metros cuadrados semi-cubiertos. Se logró un producto confortable.
– ¿Qué costo tiene el metro cuadrado de esta vivienda?
– Actualmente, el metro cuadrado tiene un costo de $14.500 (NdR: Equivalía a US$ 350 al tipo de cambio del momento en el que se hizo la entrevista). Llave en mano, con todo terminado. Además de la panelería, el piso y el techo, están incluidas todas las instalaciones y todos los artefactos. Incluso el pozo absorbente y el tanque de agua.
– ¿En cuánto tiempo se construye?
– Se entrega a los 90 días de haber firmado el contrato. Pero nosotros podemos construir la casa en fábrica en siete días y montarla en otros siete días.
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Imágenes: Enviado especial de Todo Madera a Posadas y gentileza Villalonga Industrial.