Una vez al año, decenas de miles de personas se reúnen en Black Rock Desert en Nevada, EE.UU., para crear Black Rock City, una metrópolis temporal dedicada a la comunidad, el arte, la autoexpresión y la autosuficiencia. En esta explosión de creatividad, todos son bienvenidos y se festeja la individualidad. Burning Man 2018 se llevará a cabo del 26 de agosto al 3 de septiembre y su “templo”, la estructura principal a partir de la cual se arma el campamento, será un enorme pabellón de madera con forma de espiral que terminará ardiendo en el último día como parte del ritual.
En este festival colaborativo, arquitectos, artistas, diseñadores y cualquiera que lo desee puede participar armando obras de arte, templos, estructuras, y mucho más. Burning Man ofrece becas a cientos de artistas, para crear piezas luminosas, interactivas, psicodélicas, en la ciudad-desierto, aparte de muchos otros artistas que crean arte por amor al arte, incluyendo Art Cars; vehículos modificados, desde carros de golf a autobuses disfrazados de dragones, barcos piratas o discotecas gigantes.
Además, como los más de 65 mil participantes necesitan un lugar donde dormir durante los 9 días, también pueden crear sus propias villas temáticas. Como los organizadores mismos explican en su sitio web: “La misión de una villa es proporcionar un hogar público para otros ciudadanos de Black Rock City. El propósito no es simplemente estar con amigos o compartir arreglos domésticos. Es para trabajar con tus compañeros aldeanos en un proyecto que te conectará con otros cientos de participantes. Como un campamento temático o una obra de arte, una villa es un regalo que usted hace a nuestra ciudad. Una villa es autoexpresiva, y debe ser divertida”. Eso sí, aquellos que se decidan a asumir la responsabilidad de una villa, deben seguir ciertos lineamientos y reglas.
Cada año, “el templo” que es la estructura principal del festival, forma un punto focal en Black Rock City, emplazado en el desierto, mientras más de 65 mil participantes levantan un campamento a su alrededor. El nombre del festival hace referencia a un ritual de algunas culturas que consiste en quemar una gigantesca escultura de madera con forma de hombre durante la noche en ocasiones especiales. En este caso, en vez de una figura humana, se construye un enorme y magnífico templo de madera, que es prendido fuego en la última noche.
El festival Burning Man ha revelado recientemente que el templo principal de este año será un pabellón en espiral que se construirá en madera para luego hacerlo arder en el desierto de Nevada. El tema de este año está basado en los libros futuristas de Isaac Asimov.
El diseño, por Arthur Mamou-Mani de Mamou-Mani Architects con sede en Londres, fue seleccionado por la organización Burning Man Arts, que realiza la curadoría del programa creativo. Llamado Galaxia, el templo estará formado por 20 armazones de madera que se elevarán en espiral y formarán una torre a medida que convergen. El entramado triangular creará diferentes caminos en el centro del pabellón, donde se colocará un mandala gigante impresa en 3D. Las pequeñas alcobas a lo largo de los caminos proporcionarán espacios para que los visitantes escriban y reflexionen.
La estructura se diseñó con la ayuda de herramientas digitales de modelado 3D como Rhino y Grasshopper. Hace referencia al planeta ficticio Gaia de la serie de libros de ciencia ficción de los años ochenta llamada “Fundación”, del autor estadounidense Isaac Asimov. «Galaxia celebra la esperanza en lo desconocido, las estrellas, los planetas, los agujeros negros, el movimiento que nos une en remolinos de galaxias de sueños», expresan en el sitio web de Burning Man. «Una forma superior de Gaia, en el universo ficticio de Isaac Asimov Galaxia es la red suprema, la estructura del universo que conecta a los seres vivos en una sola entidad».
El arquitecto francés Mamou-Mani también es profesor en la Universidad de Westminster, y ha llevado grupos de estudiantes a Burning Man durante muchos años con el co-tutor Toby Burgess. Mamou-Mani y su equipo construirán gran parte del templo de este año en Reno, Nevada, y lo armarán en el desierto con la ayuda de voluntarios.
El templo del año pasado fue diseñado por la artista Marisha Farnsworth y construido a partir de 100 árboles muertos para resaltar los «cambios dramáticos que ocurren en nuestros bosques». A ella se unió un árbol artificial iluminado con «parvadas de luz» por Studio Drift y muchas más instalaciones y obras de arte, algunas de las cuales fueron tomadas por arquitectos y diseñadores.
Fuente e imágenes: dezeen.com