D&F Muebles publica de manera textual la siguiente carta abierta de un fabricante de muebles. Pablo Cwik, titular de Gicovate, quiere hacer llegar este mensaje a todos los integrantes de la cadena de valor.
Estimados colegas:
Ante todo, esperamos que se encuentren bien ustedes y sus seres queridos.
Venimos sufriendo las consecuencias de la pandemia Corona Virus COVID19: desastres a nivel sanitario y económico. Sabemos que cuando todo esto se termine, no será fácil volver a encausarnos nuevamente.
Los productos que fabricamos y que ustedes comercializan no son de primera necesidad. Nosotros, como ustedes, estamos pagando total o parcialmente a nuestros operarios y empleados.
Entendemos que se enfrentan a una disyuntiva: comprar a un fabricante nacional -con obligaciones y responsabilidades similares a las suyas-, o adquirir a un importador.
En el primer caso la fábrica posee un número de personal local, que sin dudas vuelcan sus salarios al consumo de productos como los suyos y otros rubros como textiles, calzado, librería, etc., dando sentido al círculo virtuoso de la economía.
En la segunda opción, al importador sólo le basta con contratar a dos peones que movilicen la mercadería para que llegue a ustedes y cuyo resultado económico no queda en nuestro país.
Tienen por delante la posibilidad de volver a recrear ese círculo virtuoso para que en su recorrido nos involucre a todos.
El respaldo a la industria nacional no sólo significa una mayor cantidad de consumidores –potencialmente sus clientes- sino que sobre todo representa la reconstrucción de un vínculo, en el cual siempre se llega a un acuerdo mutuamente beneficioso.
Historia que enseña
La historia nos enseñó. Privilegiar la importación nos llevó a la crisis del año 2001: desocupación del 50 por ciento, fábricas cerradas, saqueos, compatriotas comiendo de los tachos de basura, incluso hasta los vecinos y amigos se vieron forzados a dejar de pagarnos.
Hoy es el mundo el que está en crisis. No alcanzará con una devaluación. Es altamente probable que cada país resuelva defender su mercado interno, tratando de que la rueda comience a girar nuevamente, asegurándose en primer término el bienestar de los suyos. Como pasa en cada familia.
Y es en esta familia, la nuestra, la del mueble y la decoración, la que hemos forjado durante todos estos años y que hoy los invito a cuidar.
Redoblemos el esfuerzo, teniendo memoria, viviendo la incertidumbre del presente, pero proyectando el futuro. Sabiendo que solo el producto del consumo de un bien nacional indefectiblemente volverá en forma de una nueva compra de sus clientes.
Asociémonos. Tenemos una nueva oportunidad: fabriquemos y vendamos lo nuestro.
¡Por todas nuestras familias!
Muchas gracias.
Cordialmente.
Pablo Cwik – Gicovate.