Pérdida de rentabilidad de las PyMAs. D&F Muebles dialogó telefónicamente con Pedro Reyna, presidente de CAFYDMA y secretario General de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA). Respecto del aumento de importaciones, el entrevistado dijo: “Dentro de la Mesa sectorial en la que trabajamos con el Ministerio de Producción Nacional estamos intentando llevar adelante algún tipo de negociación con las grandes superficies”.
– Leí recientemente un artículo en el diario Página/12 donde se sostenía que la industria del mueble es uno de los subsectores más afectados por las importaciones. Se decía que los ingresos del exterior habían aumentado hasta de un 50 por ciento. Me pareció una exageración.
– Nosotros tenemos números que dicen que hubo un incremento importante de importaciones a nivel del 31%. Es un tema que es preocupante cómo está limitada la información por parte de Aduana. Antes teníamos posibilidades de informarnos directamente por Aduana mes a mes sobre los volúmenes de importación, incluso hasta si porcentualmente como estaba constituido la canasta de los importadores. Aparecen importaciones, fundamentalmente, de sillas de procedencia china, algo de Brasil. Pero, fundamentalmente, chino. Y que no tenemos la certeza. Pero sí creemos que la estructura comercial sigue estando en las mismas manos.
Está en manos de grandes superficies; si vos sumas lo que importan Fallabella, Coto o Cencosud (Jumbo y VEA), ahí tenés una idea. Eso en lo que hace al mueble de hogar. Si se revisan los catálogos de las grandes superficies y se observan las sillas como muebles de oficina, aparecen sillas de distintos tipos. En el mueble de oficina hay una situación diferente. Hay otro mercado. Es un mercado un poco más denso. Las operaciones, individualmente, son de cantidades mayores y esto permite una incursión en la importación de gente que normalmente no había importado.
– ¿Vos decís que arquitectos o algunos fabricantes de muebles de oficina están importando sillas?
– Los números son grandes y la gente está tomando anticipos, lo que les permite moverse con más comodidad en cuanto a financiamiento. Ése es el problema que se genera entre los importadores, el financiamiento. En algunas operaciones concretas de muebles de oficina, se traen cantidades que, por el volumen, a veces son compradas por el mismo usuario.
– Por ejemplo, una empresa remodela sus oficinas e importa directamente todas las sillas.
– Ha habido casos concretos en los cuales ciertas empresas importaron directamente con su propia razón social. Han aparecido esos casos en el pasado reciente. Ahora hay preocupación entre los fabricantes de muebles. Por ejemplo, el mueble de oficina convencional -escritorio, biblioteca, etcétera- no estaba siendo muy afectado por la importación.
Y ahora algunos jugadores están trayendo ese tipo de muebles. Incluso dentro de la Mesa sectorial en la que trabajamos con el Ministerio de Producción Nacional estamos intentando llevar adelante algún tipo de negociación con las grandes superficies. Y, evidentemente, las licencias no automáticas no han servido para establecer una barrera que tenga en cuenta la condición de mercado.
– Las licencias no automáticas no fueron una solución.
– Las licencias no automáticas tuvieron una función retardatoria de las importaciones, como está previsto que lo sean. Evidentemente, ahora las únicas defensas que tenemos -y en las que estamos trabajando fuertemente- son las de orden técnico. Que los productos tengan condiciones -de orden ergonómico, de orden de construcción- que se puedan verificar. Normas técnicas.
– Con el objetivo de que se eleve la calidad del producto.
– Exactamente. Aparte de lo que significa el dumping en sí mismo, que los productos tengan las condiciones técnicas requeridas. El aumento de las importaciones impacta más cuando el consumo no reacciona (ver datos de CAME en nota aparte). En este caso, se está reduciendo lo que se podría llamar el mercado de sustento de la industria del mueble. Tendría que revivir el mercado, algo que no está sucediendo en el rubro muebles. No sucede así en el sector de la construcción, donde está habiendo un mayor consumo de tableros multilaminados fenólicos, tableros de partículas.
Todo lo que es producto primario para la construcción se está produciendo bien. Además, es un mercado provisto por no muchas empresas. Ese mercado está funcionando. Y, además, el mismo mercado del mueble tiene particularidades. Puede suceder que al haber fábricas de muebles del mismo rubro y de la misma región, unas estén en dificultades y otras estén trabajando muy bien. Estamos viendo ese tipo de casos.
– ¿Por qué suceden este tipo de situaciones?
– Por el carácter PyME de las empresas. Si vos me das a mí cuatro edificios para equipar, yo te tengo que decir que me está yendo bárbaro. Y les tendría que decir a mis clientes que por tres o cuatro meses no me llamaran. Pero es más, muchísimo más, el número de empresas que están trabajando con situación de pérdida de rentabilidad que las que tienen demanda sostenida.
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Costos, puertas y vereda
– A fines de la década del noventa hubo aumento de importaciones ante un mercado local recesivo, pero entonces había mucho para trabajar en las fábricas argentinas respecto de incorporación de diseño y mejora en los procesos. Ese trabajo se hizo unos años después. En la actualidad no sé si hay mucho margen para mejorar en esos ítems, en los que también mejoraron mucho los competidores de China y de Brasil.
– La acción nuestra está bien orientada, porque estamos trabajando en calidad (ver nota aparte de la Asociación Latinoamericana de Diseño). Proyecto Deseo camina en ese sentido. Y queremos innovar en lo fundamental: incorporar diseñadores y que trabajen en conjunto con los empresarios. Por otro lado, también estamos trabajando para mejorar los niveles de productividad de los establecimientos, por medio de un acuerdo que tenemos con el INTI.
Da la posibilidad de que un grupo de empresas haga lo mismo que Proyecto Deseo: que un grupo de empresas contrate a un profesional experto en temas de productividad. Por eso, no es que nos quejemos de las importaciones y no estemos haciendo nada para sostener la estructura industrial en un grado de cierta competencia.
– Yo me refería a eso. Que no es que las empresas no se hubieran actualizado y no hayan llegado a ciertos estándares de calidad. Cuando se lo plantea al ministro (Francisco) Cabrera, ¿se comprende que hay que fijar un límite las importaciones o propiciar una situación para que las PyMEs sigan trabajando? Muchos fabricantes enfatizan que los costos chinos y brasileños son distintos a los nuestros en logística, puertos, etc.
– Estás totalmente en los cierto. En realidad, nuestra condición de puertas adentro es una en la cual se trabaja adecuadamente. Tiene (enfatiza), seguramente, que hacer algunas mejoras en ciertos establecimientos. Pero el tema es cuando saco el mueble y lo pongo en la vereda. Ahí viene todo el problema. Cuando se ven cargas sociales que son feroces, que la presión impositiva es feroz, que la luz te cuesta el doble de lo que pagabas, y en caso del gas pasa lo mismo, entonces, hay deseconomía (sic) producida por factores externos a la propia empresa que hace todo muy difícil. Hay una deseconomía particular del país que tiene que ser entendida.
Fijate lo que sucede en el caso del tomate, que se importen millones de latas de tomate en la Argentina. Ahora el gobierno nos dice, y es cierto, que hay una Ley PyME. Pero que tiene un efecto a mediano y largo plazo. Las situaciones de crisis de consumo producen en industrias como ésta un shock en las empresas. Que tiene que ser evaluado en forma más particular. La presión impositiva tiene que ser tenida en cuenta.
Fotos: Gentileza FAIMA y archivo D&F Muebles
