Slow design y slow home, una tendencia en alza protagonizada por la madera

Slow Design

(Buenos Aires 12 de Febrero de 2017) Diseñar espacios para ser disfrutados, respetuosos con el medio ambiente y desprovistos de su carácter comercial como finalidad única; la revolución Slow llega a la arquitectura. El objetivo del Slow Design aplicado a la construcción y al diseño de objetos es promover el bienestar general de las personas y la sociedad y cuidar el medio ambiente a largo plazo. En este concepto integral de diseño, la palabra slow pierde su significado negativo y se utiliza para crear sinergias positivas entre los elementos de un mismo sistema, favoreciendo las relaciones y disfrutando del presente en un ambiente armonioso.

El “Diseño Lento” aplicado al interiorismo se materializa en espacios amplios, conectados entre sí, con áreas comunes que inviten a detenerse y conversar, leer, cocinar o reflexionar. Fomenta la interacción entre los residentes, el trabajo en equipo y el espíritu familiar, ya sea dentro de un hogar o una oficina.

Por su parte el movimiento «Slow Home» aplicado al diseño y la construcción de viviendas, fue impulsado por los arquitectos John Brown y Matthew North, quienes sostienen que las casas mal construidas son como la comida rápida, perjudiciales para los consumidores y para el medio ambiente. Una de sus características principales es la sostenibilidad; ya que el cuidado del medio ambiente es primordial en esta corriente.

Los orígenes

El movimiento Slow y su filosofía provienen del movimiento Slow Food, el cual es además, una asociación internacional creada en Italia en 1989 cuando delegados de 15 países firmaron el Manifiesto Slow Food. En dicho manifiesto se plantea hacer frente al empobrecimiento de la calidad de vida originado por la industrialización, la producción basada en los criterios de eficacia, y el consumismo, los cuales son asociados a la vida acelerada y la estandarización.

En contraposición, la corriente Slow Food propone una forma distinta de “cultivar el gusto (…), abogando por la cultura alimentaria histórica y defendiendo las viejas tradiciones alimentarias”(1).
Desde ese momento el movimiento ha crecido y se ha difundido por todo el mundo, apostando por la comida sabrosa, limpia y justa, pero sobretodo abogando por la producción local y tradicional de los alimentos y apoyando las cadenas cortas de producción.

Esto trajo consigo el desarrollo de esta filosofía en otros ámbitos, y así surgieron los viajes slow, las ciudades slow, y el diseño slow, entre otros.

La relación entre slow y diseño se originó por dos canales: por una parte, lo slow se transformó en un paradigma de sostenibilidad en un momento en el cual el diseño se cuestionaba su papel en la producción de materiales, por lo que adoptó sus valores; y por otra, especialmente en Italia, origen del movimiento y también uno de los países más vanguardistas en el rubro de diseño (sobre todo de muebles), comenzó a focalizarse en la producción local y a colaborar con el sistema alimentario, por lo cual se creó un vínculo directo entre el movimiento Slow Food y el Food Design(2).

De acuerdo con Fuad-Luke, profesor de la Universidad de Bozen, Finlandia, probablemente el primero en utilizar el término Slow Design en 2002, el diseño convencional todavía necesita cambiar de visión, ya que está demasiado vinculado al modelo empresarial del sector y a sus limitaciones temporales, cuando en realidad debería centrarse en el bienestar y las necesidades de las personas.

Fuad-Luke, autoproclamado “Activista del diseño” propone el paradigma del slow design como un “equilibrio entre las necesidades socioculturales e individuales y el bienestar del entorno (…) que celebre la desmercantilización del tiempo”.

El académico propone una serie de normas para el slow design, centradas en la localidad, la comunidad y el potencial local3:

1- Revelar: el slow design revela experiencias cotidianas a menudo pasadas por alto u olvidadas, incluyendo los materiales y procesos fácilmente ignorados en la existencia o creación de un artefacto.

2- Expandir: el slow design aborda las “expresiones” reales y potenciales de los artefactos y entornos más allá de sus funcionalidades percibidas, atributos físicos y durabilidades.

3- Reflejar: los artefactos/entornos/experiencias del slow design inducen a la contemplación y al “consumo reflexivo”.

4- Implicar: los procesos del slow design son de dominio público y colaborativos. Se basan en compartir, cooperar y en la transparencia de la información, para que los diseños puedan seguir evolucionando en el futuro.

5- Participar: el slow design anima a los usuarios a participar activamente en el proceso de diseño, adoptando ideas de convivencia e intercambio, para fomentar la responsabilidad social y mejorar las comunidades.

6- Evolucionar: el slow design sabe bien que la maduración dinámica progresiva de artefactos, entornos y sistemas puede dar lugar a experiencias más ricas. Con la mirada puesta más allá de las necesidades y circunstancias del presente, los diseños slow son agentes del cambio (conductual).

¿Cómo lograr un ambiente Slow Design?

Hay que empezar realizando una investigación del cliente, ya que es preciso ajustar el diseño a las necesidades de las personas que lo utilizarán. Los materiales utilizados tienen que ser de cercanía, es decir de mercados locales, y cuanto más artesanales, mejor. El diseño debe estar pensado para ciclos largos y estables.

En la decoración de interiores, se debe optar por lo natural, aquí los revestimientos de madera por ejemplo son ideales, se busca lograr espacios austeros, poco recargados, pero teniendo en cuenta los detalles.

Los espacios abiertos, sin columnas y que otorguen sensación de amplitud son los más elegidos para adoptar al pie de la letra la filosofía slow; cocinas office, techos altos, sillones grandes para reunir a la familia. Este tipo de diseños consta en su mayoría de pisos de madera por ser un material sustentable que además cumple a la perfección con el manifiesto Slow. En general se usan colores claros para las paredes para dar una sensación extra de amplitud y calidez.

En cuanto a los exteriores, se utilizan mucho los grandes ventanales para comunicar los espacios, y los decks de madera con jardines frondosos, pero siempre manteniendo el estilo minimalista.
Uno de los “must” (imprescindibles) es el espacio de lectura, donde se juega con sillones bien confortables, con mucha luz natural y generalmente alguna decoración especial en las paredes como por ejemplo patrones pintados, cortinas de colores frescos y alegres, almohadones con texturas.

¿Cómo construir siguiendo el manifiesto Slow?

A la hora de realizar construcciones, ya sea de casas, edificios, departamentos, oficinas, etc, para respetar la filosofía slow hay que tener en cuenta tres elementos principales.
Cabe destacar que sirven tanto para el diseño en arquitectura, como para el diseño de otros productos, o incluso servicios o sistemas.

El holismo, representado por la actitud sistémica de la lentitud, se refiere a la multiplicidad de significados y experiencias que los artefactos deben transmitir mediante sus cualidades sensoriales. Como por ejemplo: invitación a la interacción, calma, calidez.

La durabilidad, fomentada por la sostenibilidad ambiental de la lentitud, puede entenderse como la atención a la “temporalidad” de los objetos, así como a su uso y experiencia, el modo en que deberían incorporar el tiempo en su forma y apreciación. Es el caso del uso de materiales sustentables y amigables con el medio ambiente para la construcción.

La diferenciación, con respecto a los recursos locales y territoriales, es decir, utilizar materiales que provengan de la cercanía de la construcción para ayudar a artesanos y locales. Esta propuesta de lentitud puede concretarse en la peculiaridad de incorporar elementos patrimoniales en el diseño y la construcción de artefactos o espacios.

Estos elementos o valores hacen que el diseño esté centrado en las cualidades intangibles de los objetos, las cualidades “soft”, en contraposición a las “hard” (duras), o tangibles.
De esta forma, el concepto de lentitud se suma a la idea de la profundidad y la intensidad de la experiencia, gracias a esta nueva “densidad de los objetos.

 

Fuentes: ELISAVA Escola Superior de Disseny, España. (1 Fuad-Luke, A. “Slow design” – a paradigm shift in design philosophy? [en línea]. 2002. [Consulta: 13 de abril de 2012]. Disponible en: http://www.arts.ulst.ac.uk/artm/courses/ jdmm/emotion/slow-des.pdf – 2 Manzini, E.; Meroni, A. “The slow model: a strategic design approach”. Gastronomic Sciences, núm. 1 (2007), p. 70 -75.

Notas banner pie

Dejar respuesta

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre