Leña en Blanco, agregado valor al bosque nativo santiagueño

(Bueno Aires, 8 de agosto de 2012). “El objetivo principal del sistema Leña en Blanco es transferir las ventajas de la comercialización y colocar el producto en el mercado para lograr un mejor manejo del bosque nativo”, afirmó el ingeniero forestal Marcelo Navall, quien se entrevistó con Desarrollo Forestal durante el 2º Congreso Nacional de Sistemas Silvopastoriles. El proyecto Leña en blanco (www.leñaenblanco.com.ar) comenzó en 2008 con una experiencia de aprovechamiento forestal en el ensayo de Campo La María, propiedad de INTA Santiago del Estero y se encuentra en la etapa de instalación de marca. Podría dar trabajo a unas 6.000 personas en Santiago del Estero.

– ¿De qué se trata el proyecto Leña en Blanco?

– Es un proyecto orientado a agregarle valor al bosque nativo. Y a transferir las ventajas de la comercialización, de colocar el producto y de ganar un mejor precio. Es decir, es un sistema que busca transferir esas oportunidades a un mejor manejo del bosque nativo. Ése es el objetivo principal del sistema Leña en Blanco.

– ¿Cuándo comenzó el sistema y quiénes participan?

– Se está elaborando. Arrancó en 2008 con una experiencia de aprovechamiento forestal en el mismo ensayo que visitamos en Campo La María. Ahí nos encontramos con muchísima producción de madera; el fuerte era leña. Y al decidir qué aprovechamiento realizar, nos propusimos hacer las cosas bien. Es decir: tener a la gente en condiciones, hacer el plan correspondiente, tener todo el equipamiento de seguridad y salud para personal, tener la posibilidad de evacuación, mejorar los campamentos, las condiciones de trabajo del personal… Todo como creemos que debería hacerse una operación forestal, dignificando el trabajo del operario. Y hacer todo eso bien y vender la leña al mercado común que normalmente existe es un fracaso económico asegurado. No cierran los números; no hay forma. Entonces, empezamos a buscar alguna forma de comercializar el principal producto que teníamos, que era leña. El 80 por ciento de la madera que sacamos de nuestros bosques era para leña. Empezamos a buscar una forma de comercializarlo y ahí conocemos una experiencia en Chile, que es el Sistema Nacional de Certificación de Leña (ver recuadro). Empezamos a investigar y encontramos que detrás de ese sistema había una ONG, que es Forestales por el Bosque Nativo, y detrás de ellos está Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo de Chile, que es una ONG con más de 15 años de trayectoria en defensa del bosque nativo. Y ellos se metieron en su proyecto a partir del mismo problema que tuvimos acá: es el principal producto que sale de los bosques, los bosques se degradan por sobreexplotación, pero como el producto se vende a muy bajo precio no cierran los números para manejarlo bien. Es como un círculo vicioso de degradación y bajos precios que termina en el estado desastroso de los bosques nativos. Entonces, ellos se metieron en el tema como para tratar de romper ese círculo vicioso. Y les fue muy bien. Entonces dijimos por qué no copiar algo y aprender de ellos, y tratar de aplicarlo en Santiago del Estero. Ahí es donde nace este esquema.

– Para el que no conoce, ¿qué diferencia hay entre la llamada leña como tal y la leña a partir de la cual se elabora carbón? ¿Qué diferencia tiene la madera en sí?

– No. La única diferencia es el secado. Que la leña para uso como tal necesita estar seca, idealmente a menos del 25 por ciento de humedad para que tenga una buena combustión y haga poco humo. En cambio, en la leña para carbón –aunque se recomienda secarla para aumentar el rendimiento de la carbonización- la humedad no es una restricción operativa. Y normalmente los productores que tienen mucho volumen de leña, la meten húmeda y hasta a veces verde al horno, y eso hace que el rendimiento de la carbonización esté en el orden del 20 por ciento. El carbón sale seco del proceso de carbonización. Los que buscan leña normalmente buscan leña que ya está seca en el monte o leña que por ahí queda en cordones de desmonte durante mucho tiempo secándose. No está para nada incorporado el hábito de secar leña para la comercialización. Ésa sería la diferencia.

– ¿Cómo se comercializa el producto del programa Leña en Blanco? ¿Cuáles son los números que se manejan? ¿De 2008 a la fecha qué volúmenes se manejaron y qué mejoras se notan en las condiciones laborales de la gente y en las ganancias económicas?

– No hemos llegado a ese nivel, todavía. Hemos llegado a instalar la marca. Estamos sumando adherentes; estamos trabajando para sumarnos a la Red de Comercio Forestal Argentina (ver recuadro), que es una red promovida por Fundación Vida Silvestre. Estamos terminando de cerrar un acuerdo para que ellos también nos acompañen y nos apoyen. Y estamos terminando de armar los contratos y los protocolos para que productores o los comercializadores que quieran sumarse al sistema puedan hacerlo y queden las reglas bien claras entre las partes, y demás. Estamos en esa etapa.

– ¿Qué cantidad de personas, de micro-productores, viven del comercio de leña en Santiago del Estero?

– Podemos hacer la cuenta. De los 4 millones de toneladas de productos de bosques nativos que salen anualmente de la Argentina el 70 por ciento es madera que va para leña o carbón (NdR: se extrajeron en 2009 un total de 4,3 millones de toneladas de productos forestal primarios de bosques nativos, de los cuales casi 3 millones se destinaron a leña como tal o a leña para carbón, casi el 70 por ciento. En Santiago del Estero se destinaron casi 600.000 toneladas de madera nativa para leña en 2009. Datos extraídos de Valor Agregado 2009, página 51). Ahí hay casi 3 millones de toneladas que se destinan a leña o carbón. Y haciendo un número rápido equivalente entre toneladas y metros cúbicos de madera podemos decir que 3 millones de toneladas equivalen a alrededor de 4 millones de metros cúbicos. Nosotros estamos en 0,2 jornales por metro cúbico, que es la mano de obra necesaria para procesar leña larga, no leña trozada. Entonces esa producción equivaldría a 800.000 jornales anuales (NdR: si se considera que una persona trabaja cinco jornales por semana y lo hace durante 50 semanas al año, cada trabajador cumple con 250 jornales al año. El total de jornales calculado le daría trabajo en blanco a 3.200 personas en todo el país).

– ¿Un jornal equivale a un día de trabajo?

– Sí, un día de trabajo, una jornada laboral de 8 horas. Eso sería solamente el trabajo que demanda el cortado del árbol, el trozado, subirlo a un camión y llevarlo hasta una playa. Éste es el sistema habitual de producción de leña actual. Con el procedimiento que proponemos, que es vender leña trozada, secada y demás, la demanda de mano de obra se multiplica casi por 10 (NdR: siguiendo el razonamiento anterior, en teoría la industria de producción de leña en blanco daría trabajo a 32.000 personas en todo el país y a unas 6.000 personas en Santiago del Estero). Es decir, a cada metro cúbico de madera se le agregan casi diez veces más jornales. Y, obviamente, el sistema los paga. Con el otro sistema seguramente se paga la mano de obra pero no se pagan los costos totales, que incluyen los costos indirectos, el costo de la planificación y demás. Eso está bien detallado en el programa para la visita a campo que preparamos desde INTA (ver recuadro).

– Otro paso sería enseñar les a los argentinos a hacer asado con leña, porque es más difícil que con carbón.

– (Risas) Sí, tuvimos esa misma demanda de otras personas. Pusimos un video que está subido al sitio del programa (www.leñaenblanco.com.ar) donde se indica paso a paso cómo hacer. La gente sabe mucho más cómo usar carbón y la leña tiene su historia.

Foto: Leña en blanco.

Más información en Desarrollo Forestal impreso de julio (Año XXI, número 207).

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