Tendencias en la industria de pellets de madera

(Buenos Aires, 12 de abril de 2011). Como todos los años, en octubre de 2010 se realizó en España el último Congreso Internacional de Bioenergía, cuyo eje central estuvo orientado hacia los usos térmicos de la biomasa. Las presentaciones del Congreso se dividieron en tres temas: Pellets (economía y tecnología), Calderas (economía y tecnología) y Distritos de Calor (District Heating). En esta nota comentaremos las principales tendencias, tecnología y conclusiones que fueron enunciadas en el Congreso en relación al mercado de pellets de biomasa. En general, estos últimos se producen con residuos de madera, aunque también de otros residuos como carozo de aceituna, cereales herbáceos, entre otros. El reemplazo de los combustibles fósiles por alternativas renovables (neutros en carbono), como los pellets de madera, reduce las emisiones de carbono a la atmósfera, y en muchos casos genera menores costos para los usuarios.

Los pellets en el mundo

A modo de síntesis sobre el tema se pueden citar las siguientes características enunciadas en el desarrollo de la primera jornada: El Consejo Europeo del Pellets, creado recientemente, ha diseñado un sello único europeo, EN Plus, basado en la norma EN 14961-2, para la fabricación de pellets de madera para usos térmicos domésticos y de otros tipos de biomasa. Esto permitirá usar parámetros comunes para los países aplicantes, incluyendo principalmente el control en la cadena de valor con auditores de instituciones certificadoras, trazabilidad con número de identificación, control de CO2 emitido en el proceso de fabricación de los pellets, condiciones para el transporte, requerimientos de manipulación para los distribuidores y comercios, y controles de cadmio en la materia prima, entre otros.

Asimismo, se presentó la elaboración de índices de precios de pellets de madera, para realizar -como en cualquier otro commodity- políticas de cobertura de precios, con el objetivo de afianzar la generación de más contratos entre productores y demandantes y hacerlos más previsibles. Se harán, en el futuro, índices de precios para residuos (chips, aserrín) ya que se estima que la demanda de chips crecerá más que la de pellets, al crecer más la demanda de biomasa para usos industriales (generación de electricidad, vapor y calor). Actualmente el 40 por ciento de la biomasa se usa para industria y el 60 por ciento para usos domésticos. Se estima que la producción mundial de pellets crecerá de 12 millones a 50 millones de toneladas para 2020, y se prevé que Estados Unidos, Japón y China serán los mayores consumidores para uso industrial, mientras que los europeos se orientarán al uso doméstico (ver cuadro).

También se presentaron informes sobre la oferta, demanda y las perspectivas del comercio europeo de pellets, donde se mostró que Europa tiene sobrecapacidad de planta para producir pellets, pero hay incertidumbre sobre el abastecimiento futuro de materia prima. Con lo cual, se mantendrán las necesidades de importación de pellets, pero para entrar a ese mercado, en el futuro habrá que tener certificado FSC, PEFC o similar.

La situación en el país
La producción de pellets en Argentina es una industria que se está comenzando a desarrollar. En la actualidad existen pocas empresas que se dedican a su fabricación a partir de residuos madereros de los aserraderos que trabajan con maderas de implantación. Las más grandes son Lipsia S.A., Enrique Zeni & Cia y GPenergy y existen otras más pequeñas. Asimismo, hay diversos proyectos en distintas etapas de ejecución. La capacidad de producción de pellets en Argentina se acerca a las 50.000 toneladas anuales, aunque la producción actual es menor. La equivalencia energética es de aproximadamente 2 kg. de pellets por litro de gasoil o m3 de gas natural.

Si bien la industria del pellet de madera en sus inicios buscó una orientación hacia los mercados externos, de a poco comienza a concitar el interés de empresas locales, que observan su potencialidad sea como pellets o chips de madera para consumo industrial. Por otra parte, el consumo doméstico se demora debido a los altos costos de las estufas a pellets y la falta de fabricantes locales, aunque existen empresas que comenzaron a desarrollarlas.

Teniendo en cuenta que existen pocas plantas de pellets en el país -básicamente en el NEA-, si al precio del pellets en planta se le incluye un costo de transporte estimativo de 1.000 kilómetros, sigue siendo más económico su uso tanto respecto al gasoil, al gas licuado de petróleo (GLP) y al fueloil. En cambio, el pellet es más caro que el gas natural consumido por empresas con contratos de firme distribución (FD), con lo que resultaría conveniente su uso en las regiones donde no hay gas natural.

* Nota completa en la edición impresa de marzo 2011, número 193.

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