Desarrollo Forestal dialogó telefónicamente con Enrique Bongers, presidente de la Asociación de Madereros y Afines del Alto Paraná (AMAYADAP). “El mercado americano no está tan demandante de madera y se suma a los aranceles que Estados Unidos le aplicaría a algunos países. Se da un combo peligroso para la foresto industria de nuestra zona por la falta de mercados”, afirmó.
– La idea es reflejar la situación que están viviendo las empresas del norte de Misiones, que son las industrias medianas y medianas-grandes de la cadena de valor maderera que hay en el país.
– AMAYADAP agrupa a unos 70 socios de los rubros de servicios forestales, aserraderos, remanufacturas, fábricas de compensados, generación de energía y fabricación de biocombustibles sólidos. Venimos con un mercado interno deprimido debido a la falta de obra pública y a la falta incipiente de obra privada. Y ahora se suma esta incertidumbre que hay en el mercado externo. El mercado americano no está tan demandante de madera y se suma a los aranceles que Estados Unidos le aplicaría a algunos países. Se da un combo peligroso para la foresto industria de nuestra zona por la falta de mercados.
– ¿El grueso de los socios de AMAYADAP exporta a Estados Unidos?
– Sí, y algo a Centroamérica. También se exporta a Brasil y muy poco a Europa.
– ¿Repercute la aplicación de aranceles del 10 por ciento por parte de Estados Unidos?
– Los aranceles todavía no fueron aplicados a Argentina. El mercado no está demandante, los precios estaban muy, muy bajos. Pero el gran tema es que hay poca demanda de madera, aunque sí hay consultas desde Estados Unidos y desde Brasil.
– ¿Los clientes de ustedes en Brasil a su vez exportan a Estados Unidos?
– Tenemos clientes en Brasil que, a su vez, atienden al mercado americano. En Brasil hay suspensiones en las empresas a la espera de lo que finalmente sucede con los aranceles que les aplicaría Estados Unidos. Nosotros esperamos que, si se les aplican aranceles a Brasil, haya un veranito para las exportaciones argentinas. Pero en estas últimas semanas hay una sensación de incertidumbre que hace que esté todo planchado. Tampoco China y Asia están tan demandantes como en otras épocas. Sumado a que nosotros venimos de sinceramiento de costos, de tarifas, con la imposibilidad de aumentar precios. Eso nos complicó bastante la producción.
– Tengo entendido que la electricidad es cara.
– Sí.
– Y que la empresas más grandes han logrado autoabastecerse, pero el resto depende del sistema interconectado.
– Es correcto. Algunas de las empresas grandes ya están generando energía, ya sea por biomasa o por paneles fotovoltaicos, para cubrir cierta parte de su producción. Pero las empresas más chicas, no. Y cuando se le paga a la cooperativa con un cheque a 30 días les cobran a las PyMEs madereras un 10 por ciento de interés. Las tasas bancarias están muy altas, muy por encima de la inflación. Hoy estamos vendiendo con listas de precios de diciembre del año pasado, haciendo descuentos, y recibiendo cheques a entre 30 y 120 días. La pérdida de rentabilidad que hay es importante.
– Y logística sigue siendo un tema importante en costos.
– Es así. La logística argentina es cara. Poner un contenedor en el puerto de Buenos Aires está entre US$ 65 a US$ 70 por metro cúbico, dependiendo de los productos. Y competimos contra Brasil, que tiene un costo logístico de US$ 25 a US$ 30 por metro cúbico. Es muy bueno lo que han hecho en el puerto de Posadas y el hecho de poder consolidar aquí las cargas nos ha facilitado bastante. Creo que cuando el mercado esté más demandante más empresas se van a volcar a poder operar por este puerto.
– El mercado interno está bastante deprimido y allí el costo de camiones y de fletes también es grande.

– El mercado interno está totalmente deprimido desde que paró la obra pública. No hay líneas de créditos hipotecarios para la vivienda de madera. Y el exportador necesita cobrar rápidamente las cargas que envía, porque muchas veces las cobran con alguna demora. Realizar ese giro se está complicando y más cuando tenemos esos baches de mercados que se están dando actualmente. Siempre la microPyME de aserrado ha atendido el mercado interno y el aserradero mediano grande se ha tecnificado más y ha salido a exportar. Pero ya en los últimos años hasta el aserradero más chico cuenta con cámara de secado en nuestra zona. El hecho de poder hacer una tabla seca cepillada cuatro caras le permitiría exportar. Pero hoy hay productos que no cierran para exportar por los altos costos, como madera rústica o pallets. Es un commodity y esos productos menos industrializados tienen un bajo valor de mercado. Y los aserraderos chicos no pueden llegar a esos costos porque también se necesitan altos volúmenes de producción para poder atender a esos mercados. Pero hay en la zona industrias que están tecnificadas, que tienen buena capacidad de producción y pueden salir a atender mercados. Pero hoy no aparecen las órdenes de compra. El mercado externo no está demandante y no se ve hacia adelante cuándo va a mejorar esto. Y eso es lo que más nos preocupa.
– ¿Cómo están trabajando en relación a la capacidad de producción? ¿Trabajan a un solo turno, a dos turnos? Sé que lamentablemente algunas empresas han cerrado y otras han adelantado vacaciones. ¿Cómo está la situación?
– De los socios de nuestra cámara hay tres que están parados y otras industrias han reducido horas de producción. Estamos a la expectativa de mercados. Salvo una empresa de Eldorado y otra en el norte de Corrientes no hemos tenido suspensiones de personal. Sí hay aserraderos que tienen su línea de remanufactura parada y ha tenido que prescindir de personal. Todos los meses hay noticias en ese sentido y el número de despido va aumentando. Eso es lo que el industrial maderero trata de que no ocurra porque perder esa mano de obra que ya conoce cómo se produce la madera es una pérdida muy importante para la empresa.
– Vos hablaste de Corrientes y Tapebicuá es una empresa importante que cierra y tiene grandes conflictos por resolver.
– De los socios de la cámara hay tres industrias que están paradas. Una ya está directamente a la venta y de las otras dos, una está parada por falta de ventas en la zona de Capioví y otra en 9 de julio, departamento de Eldorado. En general estamos todos muy preocupados porque el sector puede hacer stock por un cierto tiempo -uno o dos meses- y después los tinglados se llenan de madera y hay que salir a hacer el giro de ese rollo que se compró, salir a afrontar los costos. Y realmente ya no se está llegando. Es más, tuvimos industrias que han sacado créditos para poder pagar los aguinaldos. Se ha cerrado una paritaria que para nosotros no es acorde a la realidad actual y varios socios de la cámara no han afrontado todavía ese aumento de la paritaria porque no están llegando. Recordemos que el aserradero es muy demandante de mano de obra.
– Sobre todo en el caso de los aserraderos más chicos y menos tecnificados.
– Es correcto, pero al aserraderos grande que tiene sus propias plantaciones hoy está sacrificando plantaciones para poder sostenerse hasta ver qué pasa más adelante. El que todavía tiene una estructura chica piensa que si para por ahí no es tan complicado arrancar de vuelta. Pero el grande, que ya tiene todo un giro y tiene sus plantaciones, hoy está subsidiando a la industria por medio de sus plantaciones para sostener la producción. Pero eso tampoco puede seguir por un período muy largo de tiempo porque va en detrimento del capital de la plantación, que es la materia prima a futuro.
– Hay reuniones en el sector. ¿Están buscando alternativas, como puede ser exportar en conjunto? ¿Buscan tener llegada al gobierno nacional?
– Nosotros estamos tratando temas con la provincia, dentro de lo que podemos también lo hacemos con nación por intermedio de FAIMA. Hace poco tuvimos una reunión con una empresa naviera que está interesada en operar de manera ágil el puerto de Eldorado. Me pareció muy interesante porque es una iniciativa privada. Se habrá un estudio de viabilidad y se verá de poder potenciar la actividad del puerto de Posadas. En Eldorado se facilitarían las cargas de la zona norte. Y tenemos agendada una reunión con FSC. El empresario foresto industrial, a pesar de la crisis, todo el tiempo está buscando nichos de mercado o manera de bajar costos. Venimos haciendo ese trabajo tanto los socios de la cámara como el resto de los empresarios en general. Hay un nuevo paradigma en la Argentina con la inflación y ya tenemos nuevas reglas en las políticas del país y tenemos que ser más competitivos. Yo digo siempre que nosotros los empresarios desde las industrias estamos haciendo un trabajo puertas hacia adentro y por ahí necesitamos de los gobiernos provinciales y nacionales estar a la altura de lo que se viene para la Argentina. Y pensar en una reforma tributaria, laboral. Nosotros por ahí somos ineficientes en esas cosas porque veníamos de un proceso inflacionario en el que se podían cambiar los precios. Hoy ya la variable precios es discutible y ya no va a ser una variable. Tenemos que trabajar con eficiencia y habría que pensar a futuro en una baja de impuestos en la parte laboral y tributaria.
– Muchos mencionan que los impuestos provinciales son elevados. ¿Están trabajando eso con la provincia?
– Es así. Misiones es una de las provincias que es más agresiva en cuanto a la alícuota de Ingresos Brutos y lo que más afecta al día a día de la PyME o MicroPyME es la liquidez, porque no te permite muchas veces recuperar saldos a favor que tienen los contribuyentes. Y a nivel nacional, como somos exportadores, muchas veces nos queda saldo a favor de IVA y ese IVA es muy difícil de recuperar porque toca la caja del Estado nacional. Yo creo que hay que sentarse seriamente. Necesitamos esas reformas de manera urgente. Y principalmente un trato preferencial a las economías regionales, y más en un contexto de frontera como estamos nosotros. Los comercios tienen una competencia desleal porque estamos en una zona de frontera en desventaja total con los países vecinos.
– Dijiste que las empresas del sector no se quieren desprender de sus trabajadores pero a la vez mencionaste al necesidad de una reforma laboral. ¿Qué características debiera tener esa reforma laboral en la que piensan desde AMAYADAP?
– No es lo que le llega al bolsillo al empleado, sino lo que tiene que pagar un empresario hoy por tener un empleado. Si se compara con un país vecino estamos pagando costos altísimos. En eso tiene que haber una reforma para que los costos y los aportes de las empresas bajen de alguna manera y que eso permita que nosotros podamos pagar mejores sueldos. Se tiene que plantear una reforma por ese lado. Y cuanto a lo tributario, si queremos ser eficientes y salir a competir al mundo, necesitamos también un Estado eficiente que mire hacia adentro, tanto en provincia como en Nación, y pueda hacer más eficientes sus procesos. Yo no hablo de dejar a gente sin trabajo, para nada. Pero pensar como si fuera una empresa privada. Y en las legislaturas que se voten proyectos que favorezcan a la producción y al crecimiento de un país.
– No sé quedó algún tema por abordar.
– Nosotros estamos expectantes por ver qué sucede con los aranceles de Estados Unidos y eso podría abrir algún mercado. Porque realmente no se ve hacia adelante cómo vamos a llegar hasta fin de año. Hoy estamos muy preocupados. Y quería comentar que en agosto hemos cumplido 36 años como AMAYADAP, que es la cámara de madereros más grande del país y agrupa a unos 70 socios que representas 4.000 puestos de trabajo directos.
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