Desarrollo Forestal presenta un avance del documento de 82 páginas, titulado “Estudio del empleo verde, actual y potencial, en el sector de bioenergías. Análisis cualitativo y cuantitativo. Provincia de Misiones”. Es una publicación del Proyecto para la promoción de la energía derivada de biomasa (UTF/ARG/020/ARG), Probiomasa, que reúne aportes de Secretaría de Energía, de Ministerio de Agricultura y de FAO.
La matriz energética argentina está conformada, en su gran mayoría, por combustibles fósiles. Esta situación presenta desafíos y oportunidades para el desarrollo de las energías renovables, ya que la gran disponibilidad de recursos biomásicos en todo el territorio nacional constituye una alternativa eficaz frente al contexto de crisis energética local e internacional.
En este escenario, en 2015, la República Argentina promulgó la Ley 27191 –que modificó la Ley 26190–, con el objetivo de fomentar la participación de las fuentes renovables hasta que alcancen un 20% del consumo de energía eléctrica nacional en 2025, otorgándole a la biomasa una gran relevancia.
La biomasa es una de las fuentes de energía renovable más confiables, es constante y se puede almacenar, lo que facilita la generación de energía térmica y eléctrica. En virtud de sus extraordinarias condiciones agroecológicas, y las ventajas comparativas y competitivas de su sector agroindustrial, la Argentina es un gran productor de biomasa con potencial energético.
La energía derivada de biomasa respeta y protege el ambiente, genera nuevos puestos de trabajo, integra comunidades energéticamente vulnerables, reduce la emisión de gases de efecto invernadero, convierte residuos en recursos, moviliza inversiones y promueve el agregado de valor y nuevos negocios.
No obstante, aún existen algunas barreras de orden institucional, legal, económico, técnico y sociocultural que deben superarse para incrementar, de acuerdo con su potencial, la proporción de bioenergía en la matriz energética nacional.
En este marco, en 2012, se creó el Proyecto para la promoción de la energía derivada de biomasa –UTF/ARG/020/ARG (PROBIOMASA), una iniciativa que llevan adelante el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, y la Secretaría de Gobierno de Energía del Ministerio de Hacienda, con la asistencia técnica y administrativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El Proyecto tiene como objetivo principal incrementar la producción de energía térmica y eléctrica derivada de biomasa a nivel local, provincial y nacional, para asegurar un creciente suministro de energía limpia, confiable y competitiva y, a la vez, abrir nuevas oportunidades agroforestales, estimular el desarrollo regional y contribuir a mitigar el cambio climático.
Para lograr ese propósito, el Proyecto se estructura en tres componentes principales con objetivos específicos: Estrategias bioenergéticas: asesorar y asistir, legal, técnica y financieramente, a proyectos bioenergéticos y tomadores de decisión para aumentar la participación de la energía derivada de biomasa en la matriz energética.
– Fortalecimiento institucional: articular con instituciones de nivel nacional, provincial y local a fin de evaluar los recursos biomásicos disponibles para la generación de energía aplicando la metodología
– WISDOM (Woodfuels Integrated Supply/Demand Overview Mapping, Mapeo de Oferta y Demanda Integrada de Dendrocombustibles).
– Sensibilización y extensión: informar y capacitar a los actores políticos, empresarios, investigadores y público en general acerca de las oportunidades y ventajas que ofrece la energía derivada de biomasa.
Esta Colección de Documentos Técnicos pone a disposición los estudios, investigaciones, manuales y recomendaciones elaborados por consultoras y consultores del Proyecto e instituciones parte, con el propósito de divulgar los conocimientos y resultados alcanzados y, de esta forma, contribuir al desarrollo de negocios y al diseño, formulación y ejecución de políticas públicas que promuevan el crecimiento del sector bioenergético en la Argentina.
Resumen ejecutivo
El presente estudio tiene como objetivo estimar valores cuantitativos del empleo verde en el sector de bioenergía de la provincia de Misiones (Argentina), debido a que la definición de empleo verde implica dos condiciones, una ambiental y una de calidad de trabajo, dicha estimación necesita también de un análisis cualitativo del empleo generado en el sector. Asimismo, este estudio se propone describir las características económicas del sector bioenergético de Misiones y para ello utiliza matrices de insumo-producto para estimar el impacto que políticas o regulaciones seleccionadas tendrían sobre el nivel de empleo provincial.
La producción de bioenergía en Misiones se caracteriza por estar integrada en las principales cadenas productivas locales mediante la provisión del insumo energético necesario para los procesos productivos de la madera, yerba mate, celulosa y té.
Los resultados indican que en la provincia existen 207 empresas que producen energía (eléctrica o térmica) a partir de biomasa, que emplean en total unas 3.516 personas (empleo verde). Si a esto se suman los empleos indirectos (677) y aquellos inducidos (592), la bioenergía en Misiones genera 4.785 puestos de trabajo.
En lo que se refiere a los resultados observados en el relevamiento de calidad del empleo realizado a los empleados, casi la totalidad de las áreas encuestadas en el sector de la bioenergía presenta mejores indicadores de calidad de empleo que el promedio de la provincia.
Sin embargo, la dimensión de equidad de género es una excepción, ya que del relevamiento realizado surge que tan solo el 3% de los empleos generados en el sector están ocupados por trabajadoras.
A partir de las simulaciones, se observa que el efecto sobre el empleo, indirecto e inducido, es alto en el escenario de producción, concentrando posibilidades de empleo principalmente en la construcción de plantas de cogeneración. Las simulaciones también permitieron evaluar el impacto del aprovechamiento potencial de la oferta de biomasa de la provincia. Los resultados sugieren un fuerte impacto en términos de empleo, sobre todo derivados de los empleos necesarios para la instalación de las nuevas plantas.
Energía derivada de biomasa: Bioenergía en Argentina y el Misiones
3.1 La bioenergía en la matriz energética argentina
Según la Agencia Internacional de Energía (IEA) y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) (2007), la bioenergía es la energía generada por la conversión de productos sólidos, líquidos y gaseosos derivados de la biomasa. Según la misma publicación referida, la biomasa es definida como cualquier material orgánico renovable, por ejemplo, material biológico.
Dentro de la matriz energética argentina, la generación de energía con fuentes renovables hasta el año 2016 solo explicaba el 11% del total (medido en miles de tep). A su vez, dentro de esa porción explicada por energías renovables se observa que el 58% es generado por biomasa (incluyendo la utilización de leña, bagazo, aceites vegetales, alcoholes vegetales y otros productos primarios), que alcanza una producción durante el año 2016 de 4 888 miles de tep.
Si bien claramente la producción de bioenergía en nuestro país no era la base productiva de la matriz energética, cabe mencionar que esta situación ha comenzado a cambiar principalmente a partir del año 2015 con la Ley 26190 y su modificatoria (Ley 27191) como consecuencia del programa RenovAR.
Las leyes mencionadas establecen como objetivo lograr una contribución de las fuentes de energía renovables hasta alcanzar el 8% del consumo de energía eléctrica nacional a fines de 2017 y el 20% a fines de 2025. En este sentido, también se define que las fuentes renovables de energía no fósiles idóneas para ser aprovechadas de forma sustentable son: la energía eólica, la solar térmica, la solar fotovoltaica, la geotérmica, la mareomotriz, la undimotriz, la de las corrientes marinas, la hidráulica, la biomasa, la de los gases de vertedero, la de los gases de plantas de depuración, el biogás y los biocombustibles. A su vez, en dichas leyes se introducen los mecanismos de incentivos fiscales y financieros para alcanzar los objetivos.
Dentro de este marco, el programa RenovAR consiste, principalmente, en la adjudicación de ofertas para la celebración de contratos de abastecimiento de energía eléctrica generada a partir de fuentes renovables, con el objetivo de aumentar la participación de estas fuentes de energía en la matriz energética.
En las rondas 1 y 1.5 de dicho programa (realizadas a fines de 2016), el Gobierno adjudicó seis proyectos de biogás y dos de biomasa. En el marco del programa RenovAR 2, en noviembre de 2017, resultaron adjudicados 14 proyectos de generación de energía por biomasa, 20 proyectos de biogás y 3 de biogás de relleno sanitario.
Sin duda, para el noreste de la Argentina (NEA), el mayor potencial se encuentra en la generación de energía por biomasa de origen forestal debido a que la mayor parte (aproximadamente el 70% de los bosques cultivados tienen asiento en las provincias de Misiones y Corrientes) de las forestaciones del país se encuentran en estas provincias.
La producción primaria de rollos de madera en la Argentina tiene dos principales destinos complementarios: la transformación de la madera sólida (fundamentalmente aserraderos) y la industria del triturado (pasta celulósica, papel, tableros de partículas, fibra y generación energética).
De esta manera, el sector forestoindustrial se caracteriza porque, si bien los distintos tratamientos culturales podrán hacer que un bosque tenga mayor aptitud para ser aserrado o para ser utilizado en la industria de la madera triturable, un estudio internacional (Björheden, 2017) señala que un uso eficiente de un bosque implantado (dando el mayor uso posible al rollo, discriminando la calidad de cada sector y las características de cada industria) implica (idealmente) destinar aproximadamente el 46% de los rollos a la industria del aserrado, el 46% a la industria triturable (como por ejemplo pastas celulósicas, papel y tableros de fibras o partículas) y el 8% restante, a la generación de energía.
Por lo tanto, la generación de energía completa el aprovechamiento integral de la madera, usando para energía los aserrines, astillas, cortezas, etc., pero si no existen las inversiones necesarias para procesar este material triturado, gran parte del rollo de madera es considerado simplemente un residuo.
También en esta aplicación se aporta tecnología ya que se desarrollaron (o importaron) procesos para la fabricación de pellets, es decir, gránulos pequeños de madera triturada y prensada según estándares internacionales, que permiten su exportación.
Actualmente, es habitual que las empresas quemen estos residuos y son pocas las que los aprovechan para generar energía con la consecuente posibilidad de obtener ingresos a partir de estos.
Según los datos publicados de la encuesta RIMRA 2016 (Ladrón González y Maslatón, 2017) referidos a la disposición de los scraps (recortes, aserrín, descartes, etc.) del total de la cadena maderera nacional, el 37% tenía como destino la venta a otras empresas, el 36% se utilizaba para autoconsumo (en general, para generar energía) y el 27% se quemaba sin ningún aprovechamiento económico.
3.2 La bioenergía en Misiones: potencialidades del aprovechamiento de biomasa en la provincia
La demanda de biomasa para la generación de energía en Misiones está constituida principalmente por las grandes empresas celulósicas y grandes aserraderos, secaderos de yerba mate y té, hornos de carbón y la producción de leña (madera proveniente de monte implantado).
Según datos de la encuesta RIMRA 2016 (Ladrón González y Maslatón, 2017) referidos a la disposición de los scraps producidos por empresas en la provincia de Misiones, el 47% tenía como destino la venta a otras empresas, el 40% se utilizaba para autoconsumo (en general, para generar energía) y solo el 13% restante se quemaba sin ningún aprovechamiento económico.
Sobre la base de estos datos y de los relevamientos que estiman tanto la producción anual de masa boscosa como la demanda y usos de los rollos de madera en las industrias, la Subsecretaría de Desarrollo Forestal del Ministerio del Agro de la Provincia de Misiones calcula que, al momento de realizar este documento, el balance es de 300.000 toneladas de biomasa forestal al año disponibles aún sin aprovechar.
Esto implica que, según los modelos generados por el Ministerio de Energía de Misiones (en el presente, Secretaría de Energía), solo con la actual masa forestal sin aprovechar se podrían abastecer 8 plantas de generación eléctrica con una capacidad de generación de 2 MW.
Sin dudas, aprovechar esta biomasa para la producción de energía (térmica o eléctrica) incrementaría la rentabilidad de las empresas forestoindustriales agregando otro producto a los que ya produce el bosque, además de preservar los bosques nativos. En este punto es importante mencionar que el cambio del uso del suelo, a través de la desforestación, es una de las principales fuentes de emisión de CO2 generada por el hombre.
En el caso argentino, según estudios de Sy et al. (2015), la expansión de las pasturas destinadas al ganado ha sido responsable del 45% de la pérdida de bosques, mientras que la expansión de la frontera agrícola ha sido responsable del 43% de la pérdida de bosques nativos.
La utilización de la biomasa como energía renovable se plantea como una alternativa a la utilización de los combustibles tradicionales, incrementando la sostenibilidad y la estimulación del crecimiento y del empleo en la región, junto con beneficios ambientales.
También se genera empleo a través de los profesionales que intervienen en el sector, destacándose las siguientes áreas: investigación y desarrollo, construcción de plantas y montaje de equipos, funcionamiento de plantas, recolección y transporte de la biomasa, así como también en la trituración, recolección y transporte de dicha biomasa.
Si bien en la producción primaria (plantación, podas, raleos y cosecha/recolección) tradicionalmente el sector forestal se caracterizaba por su alta informalidad laboral, en los últimos veinte años hubo una fuerte transformación del sector, se abandonó el autoempleo y la informalidad, y se dio lugar a la mecanización y profesionalización de dichas tareas con la contratación de empresas de servicios forestales especializadas en estas actividades.
Asimismo, los cambios adoptados en los procesos productivos modificaron la intensidad del uso de mano de obra, principalmente, en el proceso de implantación y en el de cosecha o extracción de rollos.
Con respecto al proceso de implantación, lo que más influyó en dicho cambio fue la introducción de la implantación mecanizada (reemplazo de la pala por máquinas sembradoras), también influyó, para disminuir la intensidad en el uso de la mano de obra en este proceso la aplicación de algunas prácticas culturales como el uso más intenso de herbicidas.
Sobre al segundo cambio, este fue impulsado por el reemplazo de la motosierra por las cosechadoras mecánicas (una máquina con un empleado realiza el trabajo de 25 o 30 personas por día) (Schwar et al., 2015).
Fotos: Probiomasa