CIEFAP elaboró un proyecto regional sobre “Hongos comestibles, nuevos recursos productivos para la región patagónica”. El aprovechamiento múltiple de los recursos fúngicos de los ambientes boscosos nativos e implantados de Patagonia, se presenta como una nueva alternativa al desarrollo económico sustentable. Material enviado por CIEFAP.
El Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP), junto a las provincias de La Pampa, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, elaboró un proyecto regional sobre “Hongos comestibles, nuevos recursos productivos para la región patagónica”.
Tendrá distintas actividades relacionadas a la investigación, desarrollo y generación de nuevas capacidades en torno a los hongos comestibles en las provincias involucradas.
El aprovechamiento múltiple de los recursos fúngicos de los ambientes boscosos nativos e implantados de Patagonia, se presenta como una nueva alternativa al desarrollo económico sustentable. Asimismo, se propone la utilización de residuos lignocelulósicos de otras actividades para el cultivo de hongos comestibles, y la introducción de especies de hongos de alto valor gourmet.
Los ejes estratégicos de las actividades propuestas en el proyecto se vinculan a la micogastronomía y al micoturismo. Ambas propuestas son de bajo impacto en los ecosistemas boscosos y están fuertemente asociadas a su conservación. Se contemplan, como primer eslabón de la cadena, el trabajo artesanal de los pobladores rurales, ya que poseen familiaridad y pericia para movilizarse por los bosques y realizar la cosecha. Se apunta así, al fortalecimiento de las economías locales poniendo en valor productos identitarios del bosque patagónico.
El proyecto prevé el trabajo articulado del sector público y el privado, incluyendo a las instituciones de investigación y desarrollo (I+D) presentes en el territorio, que están vinculadas al sector académico, a carteras públicas y comunidades de pueblos originarios, a los sectores gastronómico y turístico y, también, al sector privado de las seis provincias pertenecientes al Consejo Regional de Ciencia y Tecnología Sur (CRECYT SUR).
La vinculación y articulación de los sectores público y privado busca la introducción de especies de hongos de alto valor gourmet, mediante el fortalecimiento y la generación de “huertos truferos” en zonas áridas, en tierras propicias y sub aprovechadas en Santa Cruz. Para ello, el CIEFAP ha realizado asistencias técnicas en la zona de Los Antiguos para la puesta en funcionamiento de producción de trufas, como parte de un proyecto del Consejo Federal de Inversiones (CFI).
A su vez, se pretende organizar y planificar la cosecha de hongos silvestres comestibles en ambientes boscosos de las provincias patagónicas. Por otro lado, y en relación al cultivo de hongos, se busca utilizar residuos lignocelulósicos para la producción en cultivo de hongos comestibles. En todos los casos, el objetivo es desarrollar procesos y tecnologías para el cultivo y la preservación de hongos, como también procesos y tecnologías para la preservación de cepas de hongos comestibles.
Investigación y desarrollo en hongos comestibles
Desde hace varios años, el CIEFAP desarrolla y lleva adelante líneas innovadoras de investigación sobre hongos comestibles. Se han establecido especies fúngicas comestibles de bosques nativos, praderas y plantaciones forestales de Patagonia como buenas candidatas para su aprovechamiento como producto forestal no maderero, incluyendo caracterizaciones ambientales de los nichos de fructificación y extensos relevamientos geográficos que dan cuenta de su distribución y disponibilidad.
En este marco, una de las actividades emblemáticas del CIEFAP referidas a la bioeconomía es el módulo “Multiproductos fúngicos como insumos para la industria alimentaria, medicinal, agrícola y forestal”, contenido dentro del proyecto estratégico “Productos Forestales no Madereros (helechos, berries, hongos)” del CIEFAP.
En dicho modulo se encuentra Patagonia Fungi se propone impulsar el micoturismo (observación, reconocimiento y recolección de fructificaciones de hongos silvestres) y la micogastronomía (gastronomía gourmet con hongos comestibles) a lo largo de toda Patagonia. Ofrece, de este modo, nuevos productos a las economías locales, tanto gastronómicas como turísticas, particularmente, en temporadas bajas (otoño y primavera).
Se ha evaluado también la composición nutricional y de compuestos bioactivos de nueve especies de hongos comestibles del bosque nativo patagónico. Esta información de base permite plantear nuevos objetivos tecnológicos en busca de nuevas alternativas de desarrollo económico sustentable a partir de los usos nutracéuticos de los hongos.
Por otra parte, a través de un proyecto de investigación, desarrollo e innovación (I+D+I) del Fondo para la Innovación Tecnológica Regional (FITR) se ha logrado la construcción de un laboratorio de producción de blanco de hongos comestibles para abastecer a los productores de hongos comestibles cultivables de la región.
Hongos, recursos novedosos para la bioeconomía patagónica
El despliegue territorial del proyecto constituye un abordaje innovador que busca generar un impacto socioeconómico en toda la región andina de la Patagonia. Desde su concepción, se ha buscado vincular al sector público con el privado, con especial énfasis en la transferencia de conocimiento.
El proyecto contempla diversas capacitaciones destinadas a guías de turismo, en senderos interpretativos sobre hongos silvestres y cultivados. Se capacitará a miembros de las comunidades rurales en las tareas de recolección, y al sector gastronómico para que incorpore los hongos como producto regional identitario de la cocina patagónica. También se capacitará a los productores en temas relacionados con las características biológicas y de producción de hongos cultivables, con el fin de generar y establecer nuevos nichos comerciales.
El desarrollo de polos micogastronómicos y senderos micoturísticos que refuercen las temporadas bajas de otoño y primavera en Patagonia, se presenta como alternativa turística de importancia. Sumado a esto, la realización de productos y platos gourmet con alto valor agregado, se traduce en un aprovechamiento de la riqueza de especies fúngicas, muchas veces, únicas de estos bosques. Recordemos que la fructificación de los hongos en los bosques patagónicos se da en el otoño (abril – mayo) y en la primavera (octubre – noviembre).
Mercado local fúngico
El consumo de hongos comestibles ha aumentado en los últimos años, principalmente porque se consideran alimentos naturales, sanos y saludables, debido a su alto contenido proteico y sus bajas calorías.
En lo que respecta a la Patagonia, el mercado de hongos comestibles silvestres está condicionado, entre otras cosas, por su alta estacionalidad, la variabilidad observada en su frecuencia de hallazgo, la breve vida útil de sus cuerpos fructíferos, la pérdida de cualidades organolépticas distintivas usando métodos tradicionales de preservación, y la competencia de precios y oferta de especies con los mercados chilenos y chinos.
Todo esto plantea la necesidad de encontrar alternativas para su óptima conservación, de manera de optimizar su distribución y comercialización, para el mejor aprovechamiento de su potencial productivo.
Por otro lado, el cultivo de hongos comestibles, en particular girgolas y shiitake, se aprovecha la conversión de residuos o subproductos de la agroindustria o la silvicultura que, de otra forma, en la mayoría de los casos, no tendrían ninguna utilidad. Por ello, aparece como una opción productiva viable, sustentable y con muy buenas perspectivas en nuestra región.
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Fotos: Gentileza CIEFAP.