Según expertos, la silvicultura preventiva es una gestión altamente rentable si se mira desde la perspectiva de que, a través de ella, se les da una mayor seguridad a los recursos forestales, se aporta energía al suelo y se obtienen subproductos secundarios del bosque, informó El Mercurio a Lignum.
El problema de los incendios forestales se ha transformado en los últimos años en un problema de características sociales. Estos ya no solo destruyen a su paso vegetación sino también ponen en serio riesgo y destruyen asentamientos humanos.
Según un informe de Conaf, un aspecto relevante es que el aumento de los procesos productivos forestales está generando una gran cantidad de residuos que, sin lugar a dudas, constituyen a aumentar el riesgo. No obstante, el texto, titulado “Silvicultura Preventiva”, indica que estos residuos pueden ser considerados como una fuente importante de energía, mediante su transformación en nutrientes al ser incorporados al suelo y como materias primas secundarias. En este contexto, dentro de las actividades inherentes al manejo forestal y la prevención de incendios forestales, la silvicultura preventiva juega un importante rol.
Fernando Raga, ((asumió en abril del2018 como director ejecutivo del Instituto Forestal (Infor), organismo adscrito al Ministerio de Agricultura, explica que el mayor éxito en el tratamiento de los incendios forestales se logra con una buena prevención. El experto dice que, bajo condiciones adversas de humedad, viento y temperatura, cualquier incendio que supere una hectárea puede transformarse en un siniestro fuera de control, frente al cual, en ocasiones, los medios de combate no logran resultados positivos, como se ha visto tanto en los grandes incendios que afectaron nuestro país en la época estival de enero 2017, así como también en los últimos eventos ocurridos en California, por mencionar algunos casos. “La silvicultura preventiva es una de las medidas que puede colaborar eficazmente tanto en prevenir los incendios como en generar condiciones que favorezcan un combate exitoso”, asegura.
Según Raga, la silvicultura preventiva, por una parte, reduce la posibilidad de incendios, pues contempla el tratamiento adecuado de los desechos combustibles. Por otro lado, esta técnica facilita el combate, pues contempla un buen diseño y mantención de cortafuegos, los que permiten fraccionar la continuidad de combustible y dar acceso a las brigadas de combate; además de otras técnicas orientadas a dificultar la propagación de los incendios, a través del manejo de las densidades, edades y especies.
Se desarrolló en 2017 en Chile, en el ámbito del Consejo de Política Forestal, un Protocolo de Plantaciones, uno de cuyos aspectos principales dice relación con buenas prácticas de silvicultura preventiva. A consideración de Raga, es necesario avanzar en el sentido de que medianos y pequeños propietarios puedan acceder a adoptar dichas prácticas, lo que requiere de instancias de asociatividad y/o coordinación territorial, ya que hay medidas que se aplican en ámbitos que exceden las superficies individuales de pequeños propietarios. “También es importante avanzar en desarrollar prácticas silvícolas preventivas en bosques nativos, ya que en los últimos 20 años la mayor parte de las áreas afectadas por incendios corresponde a vegetación natural y bosques nativos”, puntualiza.
Desde Conaf explican que se entiende como silvicultura preventiva al manejo de las plantaciones forestales con el propósito de modificar la estructura del combustible disponible y así satisfacer los objetivos de protección contra incendios forestales, asociando esta protección al mejoramiento de la producción y la calidad del medioambiente. Si bien es cierto que mediante las técnicas de silvicultura preventiva se pretende disminuir la vulnerabilidad frente a los incendios forestales, también se persigue utilizar la energía potencial que aportan los residuos, tanto forestales como agrícolas, al medioambiente y como fuente de recursos primarios para el ser humano.
La silvicultura preventiva reduce la posibilidad de incendios, pues contempla el tratamiento adecuado de los desechos combustibles. La silvicultura preventiva reduce la posibilidad de incendios, pues contempla el tratamiento adecuado de los desechos combustibles.
Leer: Pino radiata en Buenos Aires: Tratamientos silvícolas para la producción de madera de calidad
Fuente: El Mercurio / Lignum