Dólar alto en las economías regionales. Desarrollo Forestal publica fragmentos del último informe de coyuntura del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de Fundación Mediterránea. Datos y análisis para entender la posible influencia del nuevo escenario económico en el sector foresto industrial, un artículo firmado por Jorge Day.
– El tipo de cambio real es el más competitivo de los últimos ocho años, comparable al registrado en 2010. La devaluación ha sido más fuerte que la de 2014 y 2016, episodios en los que la inflación posterior anuló los efectos favorables a la exportación. Ahora el comportamiento de la inflación puede ser distinto, pero esto deberá corroborarse en la práctica;
– Las provincias patagónicas y las de Cuyo pueden resultar beneficiadas por el impacto del turismo extranjero y de la mejora de rentabilidad de actividades mineras y de hidrocarburos. Sin embargo, en varias de ellas opera como un lastre la delicada situación fiscal. La fruticultura deberá esperar a la próxima campaña para aprovechar el cambio de escenario;
– Las provincias de la región pampeana pueden comenzar a sobreponerse de los efectos de la sequía, aunque en parte sus actividades industriales son dependientes de la situación de Brasil. En el norte del país, ponderan menos que en el promedio las actividades que elaboran bienes transables internacionalmente. Además, fiscalmente hay mayor dependencia de las transferencias de recursos desde la Nación. Estas desventajas pueden ser parcialmente compensadas por la irrupción de actividades productivas vinculadas al mercado mundial, caso del litio, los limones, el té, la forestación y demás;
En estos dos últimos meses el dólar se ha encarecido, y así festejan unos y maldicen otros. En esta columna nos preguntamos cómo quedan posicionadas las economías provinciales en este nuevo contexto nacional. Para responder hay que tener en cuenta varios puntos clave.
Cuánto tiempo se mantendrá caro el dólar
En las dos últimas dos devaluaciones (inicios 2014 y fin 2015), el efecto devaluatorio se diluyó rápidamente con la mayor inflación. En esas situaciones, favoreció a los exportadores, pero, al tratarse de una situación transitoria, no hubo cambios sustanciales en las decisiones de aumentar sus ventas al exterior. Los cambios en el agro pampeano a partir de 2016 se debieron más por la reducción de retenciones.
A la fecha el dólar actual es uno similar al de hace ocho años atrás, más competitivo. El impacto ha sido más fuerte que en las dos anteriores devaluaciones. Ahora sólo resta saber si el comportamiento de la inflación será distinto esta vez.
Ganadores y perdedores: dólar alto en las economías regionales
Claramente un dólar más alto beneficia a los exportadores, y más a aquellos que tienen bajos costos dolarizados, como varias de las denominadas “economías regionales” (frutas). Un punto relevante es si a la fecha todavía no han exportado su actual producción. Quienes ya lo han hecho (como las frutas en el Alto Valle) no podrían aprovechar a pleno la actual devaluación (salvo que todavía no le hayan pagado los dólares acordados; según un informe de J. M. Garzón, de IERAL, usualmente un 70% de las exportaciones de peras y manzanas ya ha sido exportado en los primeros cinco meses de cada año. Ese porcentaje es muy inferior en otros productos regionales).
Otro grupo ganador serían el turismo receptivo, especialmente si es más intensivo en turistas extranjeros. La Ciudad de Buenos Aires y varias patagónicas son las más visitadas por personas de otros países.
No es tan clara la situación de los productores de sustitutos de importaciones. Se benefician al reducirles la competencia, consiguiendo mejores precios, pero les juega en contra una caída en el poder de compra de asalariados, lo cual achicar el mercado interno.
Los sectores peor posicionados son aquellos que tienen altos costos dolarizados (insumos, equipos) y vende servicios (por ejemplo, salud que hace uso intensivo de equipamiento, transporte urbano, gráfica, etc.). Se ven mucho más afectados si venden bienes de consumo durable, cuyas ventas se resienten más ante el menor poder de compra de la población. Muchas pymes se hallarían en esa situación.
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¿Cómo quedan posicionadas las economías provinciales?
En todas se desarrollan la mayoría de las actividades económicas (con pocas excepciones). Ello implica que en cada provincia habrá ganadores y perdedores. Siendo así, nuestra intención es detectar en dónde hay más ganadores (o más perdedores). Nos resultará útil considerar la estructura productiva de cada provincia. Agruparemos sus actividades económicas en dos: transables (aquellas que generan bienes que se pueden exportar o importar) y no transables (principalmente servicios).
Para ello se hará una comparación con las otras provincias, tomando datos del INDEC (año 2004), algo desactualizado, pero las estructuras productivas no cambian sustancialmente en pocos años (salvo la aparición de alguna actividad de gran tamaño como la minería, que se instale en una provincia pequeña). Con esa hipótesis básica, podría pensarse en cinco grupos de provincias.
– Primero, la capital del país, que es la Ciudad de Buenos Aires, una provincia, que es gran centro de consumo, y, por ende, es razonable que su estructura productiva sea intensiva en servicios (ocupan el 82% de su PBG). Siendo así, se debería ver perjudicada al depender del mercado interno. Como factor de compensación, esta gran Ciudad cuenta con otros recursos, como el turismo extranjero y la localización de las casas matrices de industrias transables.
– Segundo, las grandes provincias (Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba), que son grandes centros de consumo, pero también cuentan con muchos recursos (su sector transable es superior al promedio nacional). Su situación no es homogénea, porque su mercado interno se verá deteriorado, pero se beneficiará con los mayores ingresos de los exportadores. Este sesgo positivo no es pleno, porque hubo menor cosecha de granos, por razones climáticas, y también por la situación de Brasil, país al cual se le exporta gran cantidad de autos.
– Tercero, las provincias alejadas de los grandes centros de consumo, y que cuentan con muchos recursos naturales, y, por lo tanto, tendrían una estructura productiva más transable (Mendoza, las provincias patagónicas, las mineras). Aquellas que destinan mayor parte de su producción a las exportaciones o están fuertemente vinculadas a las mismas se verán beneficiadas (petroleras y mineras).
No obstante, en varias de estas provincias hay industria con base agrícola que está concentrada en el mercado interno (incluido los vinos), siendo que el vuelco a la exportación no es automático. Algunas de estas provincias (como Santa Cruz y Chubut) cuentan con dos grandes actividades: la petrolera y la administración pública. Se verán beneficiadas por la primera, pero complicadas por la segunda, especialmente porque sus cuentas fiscales son deficitarias.
– Cuarto, las jurisdicciones alejadas, y que cuentan con pocos recursos naturales, y que dependen de la recepción de fondos nacionales; en este caso su matriz productiva es más intensiva en servicios (comercio principalmente) y con una administración pública con mayor participación en su PBI (varias provincias del NEA y NOA). A favor es que recibirán más fondos nacionales automáticos por el acuerdo con la Nación, pero se les reducirá sustancialmente las transferencias discrecionales, que son muy relevantes en sus economías. Además, al ser buena parte de su actividad económica muy dependientes del mercado interno, se verán complicadas.
Como en los otros casos, tienen algunos alivios. Por ejemplo, aquellas con ciudades limítrofes (Posadas), que reciben turismo de vecinos que ahora pasan a comprar productos más baratos en nuestro país.
– Por último, están aquellas provincias con similares características a la anterior (con pocos recursos y alejadas), pero que fueron favorecidas con programas nacionales que brindaron fuertes beneficios (especialmente impositivos). Son las que contaron con el beneficio de la promoción industrial, como San Luis y Tierra del Fuego. Pasan a ser más transables, con gran participación industrial, pensadas para el mercado interno (sustitutas de importaciones). El mayor dólar los ayuda a reducir la competencia, pero les juega en contra un mercado interno más deprimido.
Comentarios generales
Para concluir, unos comentarios generales. En general, la reacción de los exportadores es lenta (en materia de cambio de decisiones), mientras que la de las ventas en el mercado interno es más rápida. Por lo tanto, a nivel general es esperable una reducción transitoria inicial de la actividad global en la mayoría de las provincias.
Por último, en todas las jurisdicciones encontraremos ganadores y perdedores con esta devaluación. Entre las más beneficiadas serían las más exportadoras, entre las cuales está las de la Región Pampeana y varias de la Patagonia. En cambio, varias provincias norteñas, con bajo grado de exportaciones y más dependientes de fondos nacionales, estarían entre las complicadas en este nuevo contexto, aunque varias de ellas han podido desarrollar sectores privados enfocados a la exportación, que pueden tener ahora su oportunidad (litio, limones, té, forestación, etc.).
Imágenes: Gentileza IERAL.