La forestación no crece al ritmo de la industria maderera en Neuquén

(Buenos Aires, 22 de agosto de 2012). Un censo sobre la actividad señaló que Neuquén foresta mil hectáreas por año cuando el índice que se requiere son 10 mil. El informe también advierte la necesidad de contar con mayor tecnología y apoyo de la actividad privada. Del relevamiento surge que Neuquén tiene un total de 46 establecimientos entre aserraderos fijos, móviles, fábrica de compensado y envases, planta de impregnación y secaderos.

El dato se desprende de un censo que se realizó sobre la actividad, encargado por el gobierno provincial y elaborado por la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), el cual arrojó, además, que la actividad necesita para abastecer al mercado la incorporación de más tecnología y el involucramiento de la actividad privada. En la misma línea se destaca el rol de Corfone, que concentra el porcentaje más alto de la producción industrial de pino en la provincia.

Del relevamiento surge que Neuquén tiene un total de 46 establecimientos entre aserraderos fijos (30), móviles (10), fábrica de compensado y envases (1), planta de impregnación (1) y secaderos (4).

La demanda para fines diversos es de gran magnitud en todo el territorio, estimándose sólo para las localidades del departamento Lácar un consumo mensual de 120.000 pies tablares de madera aserrada para construcción, mueblería y otros fines.

Producción

El estudio afirma que “Neuquén ostentará una importante producción industrial con pino ponderosa”, dado que el desarrollo forestal provincial estará basado por un tiempo considerable en esa especie, a raíz de la superficie forestada y de la cual a un porcentaje importante aún no le llegó el turno de corte.

Basado en datos actualizados a 2012 del Inventario Provincial de Bosque Implantado de Neuquén, el censo señala -como es sabido- que la mayoría de la superficie forestada corresponde a coníferas (pinos), principalmente de la mencionada especie ponderosa. De ella, el 60% no supera los 20 años (turno estimado a 45 años), mientras que las forestaciones de álamo no llegan al 2%, de las cuales el 80% no supera los 10 años (turno estimado a 15 años).

Respecto de las tecnologías, se afirma que “un 92% de los aserraderos presentan estructuras de máquinas y líneas de producción que requieren un exceso de esfuerzo humano”.

No obstante, se resalta la tarea de Corfone, que tiene la más importante estructura industrial, como el establecimiento de Junín de los Andes (aserrado, planta de impregnación con autoclave y los secaderos de mayor capacidad de la Patagonia Norte) y el aserradero de Abra Ancha, en Aluminé, el que, aparte de la madera aserrada convencional, concentra principalmente la totalidad de la producción de tacos para la construcción de bins, siendo proveedor de toda la zona frutícola de Río Negro. Además, el año pasado incorporó nueva tecnología de origen brasileño, que le permitió cuadruplicar su producción y convertirse en el establecimiento más moderno de la Patagonia en su tipo.

El censo también menciona el aserradero de Las Ovejas, que al momento del estudio no estaba en funcionamiento.

Forestación

“El ritmo actual de forestación es insuficiente para abastecer escenarios futuros”, sostiene el estudio de la UNCo. En este sentido, se cita el inventario de 2007, donde existían unas 47.260 hectáreas forestadas de pinos y unas 1.200 hectáreas de álamos, y se lo contrasta con datos de abril de este año, en que los primeros alcanzan las 56.364 y los segundos 1.418 hectáreas.

Fuente: tiempopyme.com

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