(Buenos Aires, 23 de julio de 2010). La oficina en Argentina de Wetlands International informó sobre el reciente inicio del proyecto “Conservación de los humedales y los modos de vida asociados en el Delta del Paraná”, que lleva adelante con otras organizaciones asociadas. La iniciativa tiene como meta contribuir a evitar la degradación actual de este ecosistema único en el país y promover el manejo integrado de los recursos.
La oficina en la Argentina de la organización mundial líder en el tema humedales Wetlands International informó sobre el reciente inicio del proyecto “Conservación de los humedales y los modos de vida asociados en el Delta del Paraná”.
En 2008 el Delta del río Paraná fue durante meses el centro de atención de las noticias nacionales debido a la quema de 207.000 hectáreas de sus pastizales y bosques nativos. En los últimos años el Delta ha sufrido grandes impactos a causa de una excesiva extracción de los recursos naturales, la sustitución de la vegetación nativa, y las intensas sequías y fuegos, además de la modificación de los patrones de drenaje debido a la ganadería a gran escala, que resulta en la degradación de los ambientes que lo componen.
El proyecto, dirigido por Wetlands International Argentina/ Fundación Humedales, involucra además al Laboratorio de Ecología Regional de la Universidad de Buenos Aires (UBA), al Laboratorio de Teledetección y Ecoinformática de la Universidad de San Martín (UNSAM), a la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación (SAyDS), a la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), al Taller Ecologista –Rosario, a la Fundación MBiguá –Paraná, a la Estación del INTA Delta del Paraná y a la Fundación PROTEGER.
La iniciativa busca generar nueva información y promover un amplio debate con actores clave en áreas prioritarias del Delta sobre la importancia de conservar los servicios de los humedales y avanzar en propuestas productivas sustentables, en base a acuerdos y a un mayor compromiso de todos los involucrados.
También se propone apoyar al "Plan Integral Estratégico para la Conservación y Uso Sostenible del Delta del Paraná" (PIECAS), creado en 2008 por las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, y la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, para llevar adelante el proceso que permita contar con una herramienta de ordenamiento territorial.
“El manejo ambiental y socialmente apropiado de los recursos de los humedales y las opciones productivas sustentables, pueden reducir el estrés ambiental y contribuir a la conservación a largo plazo del Delta del Paraná y su biodiversidad, contribuyendo también a la conservación de los modos de vida tradicionales y al desarrollo sustentable de la región” –se señala en la iniciativa de WI y las organizaciones asociadas.
Único y en problemas
El Delta del Paraná se encuentra localizado en la parte final de la Cuenca del Plata y puede ser considerado como un macrosistema de humedales con características únicas en el país. Ocupa cerca de 1.700.000 hectáreas en las provincias de Buenos Aires (15 por ciento del área), Entre Ríos (80 por ciento) y Santa Fe (5 por ciento). Su complejo régimen hidrológico está ligado a las crecidas periódicas de los ríos Paraná y Uruguay, y a las mareas lunares y eólicas del Río de la Plata, a veces muy intensas y duraderas.
Los humedales del Delta del Paraná pertenecen al corredor más importante del mundo, que se extiende desde el Gran Pantanal hasta el Río de la Plata. El Delta alberga unas 700 especies vegetales. La fauna registra 543 especies de vertebrados: 47 mamíferos, 260 aves, 37 reptiles, 27 anfibios y 172 peces. Su gran riqueza en aves, con 260 especies estimadas, representa el 31 por ciento de la avifauna de la Argentina.
El Delta es una región heterogénea con una gran diversidad de recursos y, en consecuencia, con una gran variedad de actividades productivas. Los humedales proporcionan medios de vida a sus pobladores, los que dependen principalmente de los recursos y servicios ambientales de estos ecosistemas. Las actividades productivas tradicionales que actualmente subsisten en el Delta son la caza y la pesca comercial y de subsistencia, la apicultura, la ganadería de islas, la forestación con salicáceas y el turismo, sobre todo en la provincia de Buenos Aires.
No obstante, grandes endicamientos –para ganadería a gran escala sobre todo en el norte del Delta, e incluso para monocultivos–, y algunas nuevas urbanizaciones, están dañando los modelos tradicionales de producción del Delta, disminuyendo los bienes y servicios que ofrecen los humedales, aumentando la vulnerabilidad al impacto de las inundaciones y reduciendo la capacidad de adaptación al cambio climático.
La desaparición de las pequeñas unidades productivas a expensas de grandes emprendimientos, crean las condiciones para la emigración a las grandes ciudades y aumentan el desempleo y la pobreza. La ganadería a gran escala y los cambios en el uso de la tierra en el Delta del Paraná son una consecuencia directa de la expansión masiva del cultivo de soja –que en Argentina ronda actualmente las 18 millones de hectáreas, más de la mitad del área sembrada en el país.
La expansión de la soja es la principal causa que obliga al movimiento del ganado de la Pampa hasta el borde del Delta del Paraná y sus islas. Este escenario involucra la construcción de grandes endicamientos, fumigaciones y la práctica de quema de pastizales que han causado importantes incendios en el Delta, lo que sumado a las sequías más frecuentes y prolongadas debido a la influencia del cambio climático, amenazan gravemente a los humedales y al suelo orgánico de las islas.
Foto: Archivo CFM 2009.
Más información en Desarrollo Forestal impreso de julio (Año XIX, número 187).