Consultor especializado en el sector foresto industrial, el licenciado en Economía Gustavo Braier accedió a una entrevista exclusiva con Desarrollo Forestal, que se desarrolló en su oficina de San Isidro, Gran Buenos Aires. Braier se refirió a la estrategia que pretende implementar el Gobierno con la elaboración de un Plan Forestal Nacional y a la falta de industrialización en Corrientes, entre otros temas. Primera parte de una extensa entrevista.
– ¿Cuáles son los factores que tiene en cuenta el Gobierno para elaborar un Plan Forestal Nacional? ¿Cuál es su objetivo?
– El plan es organizado por la Asociación Federal Argentina (AFoA), la Federación Argentina Industria de Maderera y Afines (FAIMA), Asociación de Fabricantes de Celulosa y Papel (AFCP) y la Secretaría de Agricultura (SAGPyA). En este momento se está trabajando en un borrador del plan con aportes técnico-metodológicos, que serán implementados por la Secretaría de Agricultura en la parte de bosques implantados y la Secretaría de Ambiente en la parte de bosques nativos. Yo fui contratado por AFoA, mientras que las otras instituciones sumaron a otros profesionales. Por parte de FAIMA trabajan Víctor Marecos y José María Lahargou, que fue presidente de la federación durante dos períodos. Por la Secretaría trabajan dos jóvenes ingenieras agrónomas. De la AFCP colabora Guillermo Verardo, gerente de la asociación. En el trabajo previsto para el plan hacemos hincapié en dos cosas: primero, en sugerir que después de implementarlo haya una mecánica de reuniones que permita actualizar la visión del sector y del plan de manera continua. Es decir, no es que uno lanza un plan y tiene la expectativa de que este haga lo que tiene que hacer y se estanque. Además, sugerimos la utilización de modelos de optimización para hacer la planificación con la filosofía de incorporar desde la plantación, pasando por la infraestructura de transporte y energía para llegar a la industria y ésta a los potenciales mercados. Todo esto visto en el largo plazo. En el área de forestación un dato básico para analizar es las plantaciones existentes y las tierras disponibles para sembrar a futuro, junto con el rendimiento esperado de las plantaciones. Después hay una determinada necesidad de insumos para la plantación, la cosecha y el transporte. Como así también, es necesario revisar qué necesidad de madera tiene la industria para cada uno de los productos, cuáles son los de fabricación que ya existen y los costos de transporte que pagan. Luego, una vez elaborados los productos, qué mercados potenciales tienen y con qué valores. Esto está planteado gracias a un modelo que tiene detrás un sistema de resolución llamado programación lineal, que es una técnica que genera todo la madera matriz con todos los datos que mencioné y te dice entre todas las alternativas qué es lo mejor que podes hacer. Obviamente esto es una orientación y ayuda a un razonamiento muy complejo. El modelo dice que “si este es el mercado externo y tiene estos precios y vos tenés estos costos, no plantes”. Es una de las respuestas posibles, difícil en la región mesopotámica. Si no se puede industrializar o transportar la madera, contar con energía o los precios de los mercados internacionales, por lo que la producción no tendrá rendimientos satisfactorios, no se producirá.
– ¿Quién solicito la elaboración del plan? ¿Surgió del sector público o del privado? ¿Cuáles son los intereses de cada sector en el caso de que el plan se concrete?
– Diría que lo propusieron diferentes factores que confluyen entre sí. De AFoA hubo una iniciativa explícita. Antes de que Gustavo Cortés fuera director del área de Forestación (SAGPyA) lo veníamos conversando mucho (NdR: La entrevista se realizó ante de que Cortés renunciara a su cargo el 4 de junio; ver nota aparte). En nuestro sector no somos demasiados, somos casi siempre los mismos, no hay incorporación de jóvenes profesionales y esta característica parte de que el sector forestal tiene mucha camaradería. Esto sólo lleva a diálogos horizontales. Hablando con Gustavo (Cortés), Tomás Schlichter del INTA y José (Lahargou) de FAIMA nos sentamos a conversar sobre el tema. Por parte de AFCP, en un principio, no hubo tanta iniciativa como algunas otras empresas que tienen una participación activa en AFoA. Pero institucionalmente yo diría que AFCP no tuvo iniciativa por participar en el plan.
– ¿Esto que mencionás tiene que ver con la mentalidad que tenía AFCP con las plantaciones para la celulosa, por un lado, y para la industria, por el otro?
– Yo tengo mi pasado AFCP y creo que tiene que ver con que las grandes fábricas de papel se abastecen de recortes, no de pulpa. Entonces, la visualización de la mayoría de las empresas, no necesariamente desde el punto de vista del volumen sino la cantidad de empresas, están preocupadas de otras cosas. Incluso hay dos grandes empresas que se abastecen de caña de azúcar. Entonces, el tema forestal históricamente no tuvo una gran presencia en la Asociación de Fabricantes de Celulosa y Papel, que en realidad tampoco lo tuvo en FAIMA. Pero en FAIMA sí hubo un cambio; ellos realizaron un fideicomiso para hacer plantaciones dentro de lo que es la Ley 25.080 y obviamente existe preocupación en el tema forestal. Como respuesta a la pregunta, yo diría que hubo una confluencia de intereses que derivó en este trabajo en conjunto. Habría que saber que esto no es que la Secretaría de Agricultura le pidió a determinado grupo de empresas o entidades hacer determinada tarea para que les sirva a ellos. La Secretaría de Agricultura tiene un acuerdo con la Secretaría de Ambiente para trabajar juntos en el sistema de planificación y esto que fue surgiendo de forma espontánea pretende ser un aporte a lo que se haga en el futuro, un aporte técnico y metodológico.
– ¿A qué se debe la diferencia tecnológica e industrial que existe entre las provincias de Corrientes y Misiones? ¿Qué actividades están promoviendo en Corrientes para impulsar al sector?
– La principal falencia de Corrientes es la falta de infraestructura, en general, y de energía eléctrica y transporte, en particular. Para colaborar con la actividad en la provincia la Dirección de Recursos Forestales, a cargo de Luis Mestres, realizó un inventario forestal. Trabajé con el director de esa área en varias oportunidades para analizar el posicionamiento de la provincia y las necesidades de inversión, incluso participé del trabajo que desarrolló el Banco Mundial que posicionó al sector forestal correntino como prioritario en cuanto a la posibilidad de aportes de valor agregado en la provincia. El primer inventario se realizó con aportes económicos de la provincia y del Consejo Federal de Inversiones (CFI). El profesional más visible en la realización del inventario fue Mario Elizondo, quien trabajó en una estrecha relación con la Secretaría de Agricultura para que los datos sean compatibles. Un inventario es una base para continuar. Allí lo hablamos con Luis Mestres, que participa regularmente de algunas de las reuniones que hacemos para trabajar en la construcción del plan. Los resultados del inventario serán tomados en cuenta para la elaboración del plan.
– ¿Qué medidas se están realizando en Corrientes para salvaguardar a la industria?
– Hubo una reunión con Luis Mestres, a la que fui en representación de todas las entidades que impulsar la elaboración Plan Forestal Nacional. En ese encuentro nos reunimos con la gente de la Secretaría de Vialidad, de Puertos, Planificación, Grandes Obras, la empresa de energía (DEPEC), entre otras entidades. Reflexionamos sobre el plan, examinando todo el embrollo de datos. Hablamos sobre los materiales que quedaban incluidos dentro del Plan Estratégico Territorial del Ministerio de Planificación, que debe tener un esquema de trabajo volcado en un libro que está preparado para el Bicentenario, que incluso contiene todas las obras de infraestructura que se quieren realizar en las provincias pero con el agregado de un análisis sociológico. Dentro de ese material están señalados los caminos, los puertos, la energía y una aproximación del uso del suelo. En ese libro el suelo forestal estaba incluido pero también observé que no estaba prevista la urgente necesidad de infraestructura caminera, portuaria y de electricidad.
Foto: Desarrollo Forestal.
Más información en Desarrollo Forestal impreso de mayo (Año XVIII, número 175).