Segunda parte de la entrevista exclusiva Desarrollo Forestal mantuvo en mayo con
Adrián Lerer, gerente de Asuntos Corporativos y Legales de Alto Paraná S.A. Respecto del millonario proyecto de inversión que la empresa afronta como parte del PRICEPA -Programa de Reconversión Industrial para la Industria de Celulosa y Papel de Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable-, Lerer afirmó: “El convenio se enmarca en un compromiso de la industria de ser cada día más responsable en lo social”. Y agregó: “El mercado es cada vez más demandante de ciudadanía corporativa”.
– Los productos de celulosa y papel deben tener en la actualidad los valores más altos en mucho tiempo. Supongo que la planta en este momento debe estar funcionando a full.
– Sí, la planta está funcionando a full. Lo que pasa es que los costos también han ido acompañando una evolución fuerte, en los insumos químicos sobre todo. Y también hay que tener en cuenta que los ciclos de celulosa tienen estos picos, pero también tienen sus valles muy profundos. La política de la compañía es siempre muy medida en cuanto a considerar que estos picos pueden ser sostenibles en el tiempo. Y, por lo tanto, muy mesurada en cuanto a saber que si es una buena época, entender que es una época para hacer, y lo estamos haciendo: inversiones sobre todo en mejoras ambientales. Y aprovechar estos ciclos para seguir en la mejora continua los procesos y la optimización del uso de los recursos, por ejemplo el recurso del agua. Y trabajar en temas de impacto, que ya no son temas de impacto como el que se conoce como el impacto ambiental más duro, que son efluentes líquidos gaseosos. Sino en el que nosotros denominamos impacto de segunda generación, con la percepción que la comunidad tiene de las operaciones. En nuestro caso estamos haciendo fuertes inversiones.
– Ustedes habían anunciado en 2006 una serie de inversiones de alrededor de US$ 30 millones en lo que es impacto ambiental.
– Están en curso de ejecución bajo el PRICEPA (Programa de Reconversión Industrial para la Industria de Celulosa y Papel), programa de la Secretaría de Ambiente.
– Ustedes firmaron un acuerdo.
– Fuimos la primera compañía que firmo el acuerdo y estamos cumpliendo con los compromisos asumidos. Hay metas de diverso orden que tienen que ver con, justamente, por un lado estos impactos de segunda generación. Es decir, atacar el tema olores, color del efluente… El color lo tenemos desde hace años en el tratamiento primario y secundario. El color del efluente tiene el color natural de la madera y genera un tinte más oscuro que el agua del río. Por lo tanto, si uno lo vierte de forma directa genera una mancha que se disuelve enseguida, mancha en el sentido de coloración. Nosotros estamos haciendo inversiones para dosificar el ingreso de ese efluente ya tratado al río de manera que el impacto visual desaparezca. Pero insisto que el efluente ya está tratado, no es que estamos poniendo basura bajo la alfombra, sino que el efluente tiene todas las condiciones para poder ser vertido en el río. Y respecto del tema olores, inversiones muy fuertes para minimizar los olores. La planta de celulosa es una gran olla; yo la comparo con la cocción de repollo, cortar un árbol en pedazos y cocerlo en dimensiones tan grandes genera en la cocción olores que quizás antes no se tenían en cuenta. Yo he vivido 14 años a una cuadra y media de una fábrica de jabón en Avellaneda (NdeR: Localidad del sur del Gran Buenos Aires que limita con Capital Federal) y, bueno, el olor la gente lo toma como un dato. Hoy quizás el tener poblaciones cercanas a una planta industrial tiene otro nivel de exigencia de la comunidad hacia las plantas y hay que entender que hay que responder a esas exigencias.
– En ese proyecto de inversión ustedes habían fijado ciertos objetivos. ¿Algunos ya se cumplieron durante 2007?
– Sí, sí. Empezó como algo voluntario y no sólo ambiental, enmarcado en la política corporativa de la compañía y en un mercado cada día más demandante de ciudadanía corporativa. Cuando hablamos de voluntario -y no sólo ambiental- decíamos que la firma del PRICEPA se enmarca en un compromiso de la industria de ser cada día más responsable en lo social.
– Evidentemente, cada vez tiene que haber una propuesta más fuerte de las industrias, sobre todo las líderes.
– Yo creo, y quizás medio como mea culpa del sector, que nosotros realmente creemos que hemos tratado de hacer un valor diferencial respecto a esto. Y hemos sido siempre muy claros en cuanto a que hay que informar a la población sobre este tema porque, si no, se generan mitos difíciles de revertir cuando alguien le dice que una actividad es muy contaminante. Y se repite y se repite, y nadie sale a confrontar con eso va quedando en el inconsciente colectivo. Evidentemente, lo de Botnia fue un mal manejo de comunicación que perjudica. En el fondo yo creo que se minimizó el tema. Yo creo que la industria argentina minimizó el efecto que podía tener y entender que de un perfil muy bajito a estar en los diarios, un acompañamiento del sector tendría que haber tenido, por lo menos, para esclarecer. Y nosotros hemos trabajado mucho; y al haber sido los primeros en firmar con Secretaría de Ambiente el programa que mencioné; el hecho de haber colaborado con el hacer una serie de 130 preguntas frecuentes sobre el sector a través de una ONG que se llama Ambiente y Desarrollo. Nosotros hemos aportado para que profesionales del sector escriban y desarrollen preguntas frecuentes a niveles de esclarecimiento y difusión hasta llegar a un nivel muy científico, en tres niveles. Y estamos muy contentos de haber hecho eso y favorecer al esclarecimiento con información. Estos temas hay que manejarlos en definitiva con información, no con mitos o contra-mitos. O con enojarse con la percepción de la gente. Uno no puede enojarse con la percepción de la gente, uno lo que tiene que hacer es informar. El director de la compañía tomó una decisión de llevar la planta de celulosa de Alto Paraná a estándares internacionales en lo ambiental. Nosotros ya veníamos cumpliendo con las normas argentinas pero eso lo tomamos como piso y hoy nos pusimos el desafío de llevarlo a normas europeas o las BAT.
– ¿Ustedes ya habían obtenido certificaciones?
– Claro, sí. Ya tenemos la certificación de ISO 9.000 e ISO 14.000 y de OSAS 18.000 en las plantas, incluyendo la de celulosa.
– ¿Esas normas son para toda la industria en general?
– Cada una de las plantas, cada una de las industrias, ha hecho su propio proceso de certificación, pero bajo las mismas normas.
– ¿Pero las tres la han logrado?
– Sí, las tres unidades. Es decir, los dos aserraderos, la planta de MDF y la planta de celulosa. Y estamos avanzando en la investigación de impactos de segunda generación, que van más allá de los efluentes. Se trata de impactos de percepción, olfativos o visuales. Por un lado, es voluntario en lo ambiental cuando hablamos de enmarcarlo en la política de la compañía. Lo que queremos decir es que Arauco ha definido como grupo una visión que es la de ser referente mundial en desarrollo sustentable de productos forestales. Entendemos que nuestro negocio es maximizar el valor de nuestros bosques de manera sustentable. Es decir, que el tema de la sustentabilidad está presente en la definición y también nosotros tenemos en nuestra página web la definición de la misión y valores de Alto Paraná como maximizar el rendimiento económico del bosque a través del desarrollo sustentable a largo plazo en armonía con el medio ambiente y nuestro entorno; respetando nuestros valores, definiendo nuestro entorno desde lo que se llama los grupos de interés de trabajadores, accionistas, clientes, proveedores y la comunidad y nuestros valores ética, honestidad, respeto, transparencia y legalidad. Y también parte de los compromisos que tomó Arauco son los de promover el uso sustentable de los recursos naturales en nuestro entorno, invirtiendo en investigación para prevenir los impactos ambientales, mantener la comunicación transparente y honesta con los distintos actores y cumplir con los requisitos legales y, en la medida de nuestra posibilidad, superar positivamente los estándares. A esto vamos con lo que te contaba. No nos quedamos con cumplir la norma argentina hoy, sino decir cuál es la mejor práctica en el mundo sobre nuestra actividad. Y en cuanto al desarrollo tecnológico, ahí vamos.
– ¿De estos U$S 30 millones qué etapas se cumplieron?
– La verdad que el monto preciso no lo tengo. Yo lo que sé es que, como siempre, tenés imponderables en atrasos de proveedores. Pero estimamos que a fines del primer semestre de 2009 vamos a estar con toda la inversión realizada.
– ¿Cuando decís estándares superiores, a qué te referís? ¿El tema de libre de cloro?
– Lo están desarrollando. Es bastante completa la presentación. Y el tercer tema es el contexto, el mercado cada vez más demandante de ciudadanía corporativa.
Foto: Desarrollo Forestal
Más información en la edición impresa de Desarrollo Forestal de julio(Año XVII, número 167)