Mauricio Santinelli, diseñador industrial que trabaja desde 2006 con Genoud Muebles, habló en exclusiva con D&F Muebles. La conversación abordó un diseño reciente de la empresa, rack “Rubik” transformable y personalizable, pero también transcurrió por temas más estratégicos y comerciales. “(En Genoud) estamos en una etapa en la que buscamos ponerle algunos gestos de diseño al producto, más allá de la actualización. En la actualidad estamos en un proceso de profundizar la diferenciación”, dijo
– Le consulté a Héctor Genoud si habían participado en Laboratorio del Diseño en 2025 y me dijo no porque recién estaban presentando este año el rack transformable “Rubik”, con el que participaron en Proyecto Deseo 2024. ¿Cuáles son las características del producto?
– Yo trabajo con Genoud Muebles desde 2006 y Héctor (Genoud) es una persona que te permite trabajar. Fuimos mutando desde una fábrica que solamente producía productos en algarrobo a la actualidad. Para Proyecto Deseo 2024 se analizó qué otros productos había, además de sillas y mesas, en los cuales había que lograr optimizaciones productivas y mayor volumen.
Llegamos a la conclusión de que todos los productos que tienen que ver con cajas, que no son mesas y sillas sino que son de guardado, se pueden optimizar. En este caso nosotros presentamos en Proyecto Deseo 2024 un mueble que se fabrica de una sola manera, pero el usuario final o el mueblero pueden obtener dos productos. Era un rack que se podía convertir en un mueble vertical y customizarlo de cierta manera para personalizarlo. Lo presentamos en FIMAR 2025 y en la Feria de la Madera y el Mueble como parte de la Línea Bohemia y se trabaja con algunos pequeños gestos de diseño.
Desaparece en el rack el tirador tradicional y es la misma pata que sostiene el mueble que, cuando se convierte en elemento vertical, abraza al producto y termina siendo un tirador la manija para poder abrirlo. Presentamos el rack. Es un producto que va a evolucionar hacia el elemento vertical. Este producto se presentó en la Feria de la Madera y el Mueble.
– Me interesó lo que comentaste respecto del cambio que hizo Genoud de trabajar algarrobo a otra madera, que entiendo es paraíso. ¿Cómo fue ese proceso de cambio?
– Yo soy diseñador industrial y soy profesor de la facultad. Trabajo en varias empresas y con Genoud trabajo desde 2006. Cuando yo hice el análisis de la empresa la matriz productiva era en algarrobo. La verdad es que funcionaba muy bien. Pero era un producto con tendencia a la baja en las ventas y el algarrobo también es un árbol que tarda muchos años en crecer. Entonces había que hacer una transición hacia otra madera. Por ejemplo, el que fabrica en pino necesita mucha cantidad de volumen para poder lograr lo mismo que obtiene quien fabrica en una madera más cara. Se entendió bien eso y se fueron reemplazando productos de manera progresiva, reconociendo qué productos podían funcionar.
En mi caso yo le tenía que dar seguridad al empresario de que iba a sacar un producto en el mercado y que el otro se iba a vender más. Cuando sacábamos las cuentas yo tenía que vender dos sillas y media de las nuevas por cada una de las viejas, y eso se fue dando. Como diseñador, y viendo las cuestiones comerciales, y no haciendo algunos caprichos de los cuales a veces pecamos algunos diseñadores, hubo que reconocer qué productos funcionan en el mercado. Ésa fue una gran etapa. Ahí logramos eliminar todo el algarrobo, eliminar lo poco de pino que había e ir a todo paraíso. Este proceso estuvo acompañado con la gente de Producción, porque hay que cambiar materia prima y comprar otra tecnología para poder lograr nuevos productos.
Fueron muchos años. Uno a veces quiere que los procesos sean más rápidos, pero una empresa grande como Genoud y con tanta cantidad de productos, necesita tiempo. Ahora estamos en una etapa en la que buscamos ponerle algunos gestos de diseño al producto, más allá de la actualización. En la actualidad estamos en un proceso de profundizar la diferenciación. En los últimos años obtuvimos dos Sellos del Buen Diseño.
– Dijiste que buscan ir incorporando algunos gestos de diseño. ¿Cuál es tu idea respecto de la incorporación de diseño en Genoud? Héctor (Genoud) mencionó que permanentemente la empresa incorpora nuevas maquinarias. ¿Qué pensás de acá a cinco años con la marca Genoud?
– Conceptualmente, hay muchos fabricantes que se vuelcan a la placa y que crecen desde ese lado. La placa tiene una consecuencia morfológica muy recta, muy cuadrada. Un producto tiene que ser funcional, ergonómico, tiene que tener sus proporciones. Para diferenciarme de los que hacen muebles muchos más cuadrados, producto de la tecnología y de la materia prima, yo tengo que agregar detalles. Y esto detalles a veces son expresar cómo son los encuentros. A simple vista la línea de Genoud, siendo conservadora, tiene un marco que abraza a otro y parece que no se cierra. Y adonde no se cierra levanta una línea.
Cuando hablo de gestos, si se ven las dos mesas que se presentaron en Buenos Aires, la pata perfora la tapa y se ve el encuentro de cómo se sostiene la mesa (ver imágenes). Si yo le tengo que contar el producto a alguien le voy a decir que hay una pata que sale por la tapa, para decirlo de manera grosera. O decir que tengo rack en el que la pata se convierte en tirador. Entonces, ir generando ese tipo de detalles y también ir leyendo un poco el mercado.
En el último año han entrado muchos productos importados. Uno tiene que ver qué es lo que entra, quién lo adquiere acá e ir viendo el escenario. Sin dudas vamos a seguir en la madera maciza porque es lo que nos permite diferenciarnos y poder expresarnos morfológicamente, y sí tratar de generar detalles en los muebles. Una de las sillas que logró el Sello del Buen Diseño la parte de atrás se transforma en una curva que abraza una parte del respaldo, el respaldo se corta y sirve para poner la mano y correr la silla. Además, la silla es ergonómica y es cómoda. Todo detalle, todo elemento que uno pueda recordar del producto y que sea funcional, vamos a ir por ese lado.
Eso es lo que estamos trabajando. Respecto de las maquinarias, hemos tenido que comprar centros de trabajo de cinco ejes que nos permiten hacer productos con precisión y a lo mejor con calidad artesanal que el cliente aprecia. Con mucha precisión. Por un lado, esas máquinas aglutinan procesos, y tienen la precisión que permite hacer cosas que de otra manera se tendría que hacer de forma artesanal.
– ¿Han pensado en incorporar a las maderas de lenga o de eucalipto como materias primas? ¿Están exportando o han pensado en exportar?
– Estamos estudiando si es posible incorporar lenga o eucaliptus grandis en la producción. La razón es que hay problemas con el paraíso y con el abastecimiento de paraíso hace ya un tiempo. Es una madera que nos gusta. En lo personal, como diseñador, es una madera que prefiero con relación a las otras por el color, por el dibujo, por muchas características. El tema es que se está leyendo en el mercado cómo evoluciona el abastecimiento de madera y la calidad de la madera. Porque desde mi punto de vista los planes forestales en Argentina no han sido suficientemente serios y a veces hay cuestiones desprolijas de dónde se saca la madera. Y a veces el mercado y la economía hacen que cuando hay productos los precios se disparen. Sí, se hicieron pruebas eucaliptus grandis, pero está en pausa. Preferiría no cambiar por el momento, pero no quiere decir que no se pueda incorporar.
– ¿Y respecto a la posibilidad de exportar?
– Cuando hemos participado en ediciones anteriores de Proyecto Deseo, cuando hemos tenido vinculación con el INTI, o cuando hemos trabajado con el Sello del Buen Diseño del Ministerio de la Producción, nos hablan de exportación. Es tema de Genoud es que, para su capacidad productiva y lo que ha evolucionado productivamente el mercado interno muchas veces le cubre todo. Entonces, prácticamente no quedan productos para enviar al exterior si es que se dieran las posibilidades. Nosotros veníamos de tener un plazo de 90 días de entrega, ahora por una cuestión de coyuntura estamos en un plazo de entrega de 60 días.
– Respecto del diseño se afirma que el minimalismo está decayendo. ¿Cuál es tu interpretación al respecto?
– En realidad, hay cuatro grandes corrientes de tendencias, a grandes rasgos. Una dentro del minimalismo para muebles se sigue viendo. En parte el minimalismo o el racionalismo llevado al extremo se sigue utilizando en los muebles de guardado. Siempre hablo de empresas que tienen un cierto volumen de producción, no hablo de una persona que hace productos para un espacio de interiorismo o un espacio de arquitectura. ¿Por qué se sigue conservando el racionalismo o el minimalismo? Porque muchos parten de la placa. Después hay tendencias que tienen que ver con el high tech, el diseño como arte -que son piezas que ya empiezan a ser escultóricas- o el maximalismo, que son productos cargados, fuera de escala.
Y algunos que tienen que ver con rastros de familias, que tiene que ver con los muebles o con los objetos que a las personas les generan recuerdos. Para mí es el más fuerte, que cuando lo veo me parece que es el más rico. Es donde uno puede captar algún recuerdo de las personas y, como le es familiar, lo utiliza. Pero la moda en muebles es mucho más lenta, lleva procesos mucho más largos. Si yo cambio un lustre, un color o una forma lleva bastante tiempo hasta que llegue a todos los muebleros y pueda ser recambio. No es tan instantáneo. Las redes son más rápidas o industrias como de la ropa y de la moda.
– ¿Las medidas de los muebles se adaptan a las nuevas construcciones? Los departamentos en grandes ciudades son cada vez más acotados.
– En este caso hablo por Genoud. No es nuestro segmento de mercado, independientemente de que podamos tener mesas de esas medidas. Ya que lo mencionás, y por asesoramientos que he tenido con otras empresas, no creo que en Argentina se esté trabajando de manera adecuada en eso. Y explico algunos parámetros, desde mi punto de vista. Que el producto sea más chico, o que el producto tenga ruedas o que el producto sea algo que se convierta en otra cosa, si lo vemos así por arriba no termina de cuajar. Un puede a lo mejor comprarse un mueble de guardado de manera individual para un rinconcito y que se convierta en escritorio, y en la pandemia eso pasó. Pero hay una empresa en Italia, que se llama Clei que trabaja muy bien con esto (ver recuadro).
Porque el mueble tiene movimiento, pero en realidad está muy bien optimizado por el proyecto arquitectónico. Porque para que eso funcione, cuando arranca el proyecto de obra en el edificio, tiene que estar pensado en cómo lo va a usar la persona. El concepto que trabaja Clei, que para mí es el más interesante de todo este tipo, es tomar el producto como función. Entonces, expresado a grandes rasgos, si un espacio es de 60 metros cuadrados y yo lo segmento, tengo 30 metros cuadrados y 30 metros cuadrados.
En cambio Clei qué te dice: para la función dormir o para la función recibir personas yo te puedo dar los 60 metros cuadrados. Trabaja muy en relación con el espacio, entonces vos vas a ver que el espacio crece o decrece en función de metros cuadrados para la función que estoy haciendo. Entonces uno va a ver que dice: ¿duermo o estudio? Cuando estudio tengo la mayor posibilidad espacial, y cuando duermo lo mismo.
Leer: Genoud Muebles invierte en maquinarias y en diseño para “crecer por dentro”
Fotos: Gentileza Genoud y Santinelli, y gentileza Clei.
