Vaca Mística on line: Vaca Mística es un fabricante que surgió en 2015 en Córdoba capital, propiedad de Carla Bustos Pooley y de Federico Galeotti. En sus inicios se dedicó solamente a la venta on line y hoy cuenta con un local propio. “Los que tienen la posibilidad de venir a Córdoba se acercan al taller, eligen las maderas, la terminación. Pueden elegir la madera, el espesor, la medida, el diseño. Es muy personalizado en ese sentido”, dijo Bustos Pooley en entrevista exclusiva.
La primera parte de la conversación se dio con Carla Bustos Pooley, abogada de profesión.
– Te pido que por favor presentes a la empresa, Vaca Mística.
– Nosotros iniciamos Vaca Mística en el año 2015. Arrancamos muy de abajo, sin ninguna inversión grande ni un capital inicial previo. Fuimos vendiendo y fuimos creciendo a través de la venta on line. Al principio era solamente venta digital. Recién seis años después, tras haber construido el taller y habiendo crecido un poco más, abrimos el local comercial. Ahora tenemos venta on line y venta física en el local. Lo bueno del local es que atrás está el taller y entonces el cliente puede recorrer ambos espacios. Están en Córdoba capital, en barrio Alberdi.
– ¿Trabajan solamente con maderas nativas o con otro tipo de material?
– Sólo trabajamos con madera nativa y madera maciza. No trabajamos madera enchapada y sí utilizamos hierro.
– ¿Cómo resolvieron la red de proveedores?
– Nosotros empezamos comprando maderas en Córdoba y ya desde hace unos años tenemos proveedores que nos envían madera directamente desde Misiones.
– ¿Qué tipo de especies trabajan y cuáles son los productos que tienen consolidados?
– Lo que más nos identifica son las mesas. Lo que más vendemos son mesas y sillas. Y la madera maciza que más vendemos es zoita y, después, guayubira. Trabajamos otras maderas, como petiribí, paraíso o eucaliptus, pero las más elegidas son zoita y guayubira. También hemos trabajado un poco de kiri, pero no hay tanto volumen de esa madera.
– ¿Cómo está compuesto el taller de la empresa, cuántas personas trabajan y qué equipamiento tiene?
– El taller tiene 100 metros cuadrados cubiertos y otros 100 metros cuadrados abiertos, y hay otros 100 metros cuadrados de depósito. Básicamente, lo que nosotros hacemos en el taller es la terminación final de los muebles: ensamblarlos, lijarlos y pintarlos. En cuanto a carpintería, tenemos varios talleres tercerizados.
– ¿Y la parte de hierro?
– Tenemos un taller propio, con distintas máquinas para cortar y soldar. Y también tercerizamos trabajos con otros herreros, porque no damos abasto.
– ¿Cuál ha sido la respuesta del público? ¿Qué es lo que más destacan de sus productos, qué es lo que piden? ¿Cómo está el pulso del mercado con los productos de Vaca Mística?
– Yo creo que fuimos de los primeros en posicionar este tipo de muebles con madera maciza bien rústica, industrial. Después surgieron otros fabricantes que compiten con productos similares. Los compradores nos destacan mucho la terminación. Es un diferencial con otros productos, y también resaltan el diseño y la relación entre precio y calidad. Si bien no son muebles económicos, sí son muebles accesibles a personas de clase media. No son muebles de lujo a los que nadie puede acceder. Eso lo destacan mucho. Hay colegas que por ahí manejan otros precios y para la gente por ahí es difícil. Bueno, en ese equilibrio creo que hemos logrado el reconocimiento de la gente.
– ¿Por qué se decidieron a comenzar con la venta on line y no a través de mueblerías?
– Porque no teníamos nada. No teníamos capital ni siquiera para poder hacer un stock de muebles y ofrecerlos. Directamente buscamos fotos de muebles en Internet que nos gustaban y ofrecíamos el servicio de hacerlos. Siempre aclarábamos que la foto no era de un producto nuestro. Y así fuimos arrancando. A medida que íbamos produciendo, íbamos sacando fotos. Mi marido (Federico Galeotti) hizo una diplomatura de Marketing en E-commerce y fue medio pionero en este tipo de herramientas digitales. Es más, en 2015 fuimos disruptivos en comercio electrónico. No era como hoy, que todo el mundo está en las redes.
– Ese desembarco prematuro les habrá permitido posicionarme mejor en Internet.
– Yo creo que sí porque le dio credibilidad y confianza a la gente. Hoy es todo mucho más rápido. Hay marcas que han logrado posicionarse y crecer en cuatro años, por ejemplo.
– ¿Qué implicó la gestión diaria de la venta on line? ¿Cuántas consultas reciben por día? ¿Es difícil concretar ventas o ya el público está más acostumbrado a comprar on line?
– Con la página web todos los días se da una venta. Y en ese caso no hay ningún contacto previo con el cliente. Nosotros también vendemos a través de nuestra tienda on line en MercadoLibre y debemos recibir más de 100 consultas por día. Después, se concretan un par, obviamente. Y nos contactamos por WhatsApp o por Instagram. En TikTok hay consultas, pero las derivamos a WhatsApp o Instagram porque no es una plataforma que te permita un diálogo fluido con el cliente.
– ¿Solamente venden mesas y sillas o han innovado en otro tipo de productos?
– Comenzamos con mesas y sillas, y hace ya varios años hacemos racks, estanterías, barras, banquetas, bancos, recibidores. Y ya no es solamente producción propia, sino que hay muchos productos tercerizados y de compra y venta de mercadería. Como tenemos el local también hemos sumado muchos otros productos del rubro decoración.
– Igualmente, debe seguir habiendo un público que quiere tocarlo y verlo al mueble antes de decidir la compra.
– Sí, eso también pasa mucho. Los que tienen la posibilidad de venir a Córdoba se acercan al taller, eligen las maderas, la terminación. Pueden elegir la madera, el espesor, la medida, el diseño. Es muy personalizado en ese sentido.
Actualidad
– ¿Cómo ha sido este año para ustedes? ¿Ha sido similar al año pasado o han notado algún cambio?
– No, se siente. La realidad es que en la pandemia nuestro sector se vio favorecido. No en los primeros dos meses, pero cuando la gente después se acostumbró a estar en su casa y a invertir en su casa, hubo un despegue en el nicho. Y hacia fines del año pasado se empezó a sentir la alta inflación. Y en enero se frenó un montón la actividad; hasta mayo estuvo muy frenado, casi en un 50 por ciento de lo que veníamos facturando. En mayo hubo un repunte con el Hot Sale, junio se volvió a frenar; julio, agosto y septiembre fueron meses muy buenos y este mes de octubre está medio frenado de vuelta.
– ¿Existe algún inconveniente desde el lado de la producción o algo que haya que ajustar?
– Ése siempre es un tema. Hay un cuello de botella, porque trabajamos con un material que es la madera maciza y a veces es limitado el recurso. Sobre todo porque es un trabajo artesanal, no es que trabajemos con máquinas robotizadas. Influye también el clima. Cuando tenemos mucha cantidad de pedidos -como nos pasó en julio de este año, que hubo muchísimos- ahora en octubre estamos como en un cuello de botella. Y algunos clientes empezaron a exigir que les entreguemos los productos y les tenemos que explicar que vamos por partes. Porque en Córdoba está lloviendo hace dos semanas y eso nos ha atrasado mucho. Por ejemplo, ahora no hay petiribí seco de más de dos metros. Hay que estar permanentemente siguiendo esos temas y respetar los tiempos de la naturaleza. Cuando no hay, no hay.
– Entonces, venden con plazo de entrega.
– Sí, generalmente se entrega a 60 días o a 90 días de demora. Vamos por orden de pedido y tenemos que fabricar más de 100 muebles por mes.
– Estratégicamente, ¿tienen pensado innovar en algún tipo de producto?
– Con Proyecto Deseo el desafío era posicionar el mueble argentino en el mundo. Y perfeccionar el sector a nivel país. Nosotros estamos trabajando con Agustín Barrionuevo, que es un diseñador industrial, y Valeria Schiavi, que es arquitecta. Armamos un equipo interdisciplinario donde estamos armando una mesa y una silla con miras de exportación. La idea es que sea algo desarmable, que sea liviano. Estamos con ese desafío. Siempre en madera maciza.
– ¿Cómo ha sido la experiencia de participar en Proyecto Deseo?
– La verdad es que estamos muy contentos. Nos encantó participar porque con mi marido, Federico, siempre fuimos muy autodidactas. Yo soy abogada, él estudió marketing. Nada que ver con el diseño. Y armar este equipo con una arquitecta y un diseñador fue una bomba. El diseño quedó muy lindo y nos encantó. Le tengo fe. Creo que va a gustar mucho.
– ¿No tuvieron problemas? ¿Enseguida congeniaron con estos especialistas?
– Sí, la verdad que sí. Lo bueno que tiene Vaca es que tenemos una identidad de marca muy fuerte. Entonces fue fácil, entre comillas, transmitirles a ellos qué es lo que buscamos. Y lo captaron al toque y cuando empezamos a diseñar fluyó muy bien.
– ¿Recibieron asesoramiento de FAIMA en comercio exterior, por ejemplo de qué tipo de productos se demandan a nivel internacional?
– No. Cuando se nos planteó el proyecto no tuvimos mucha capacitación en ese sentido. Si todo sale bien pronto vamos a tener una visita de MercadoLibre. Sí tuvimos varias reuniones con Pablo Bercovich por Zoom. Él colaboró con nosotros y tuvimos un ida y vuelta respecto de qué gustaba y qué se podría mejorar del diseño en desarrollo.
– Entonces es plenamente positivo el balance de estar participando en Proyecto Deseo, si bien falta la etapa final.
– Sí, la verdad es que la experiencia nos sirvió mucho.
– ¿Pensaron en la posibilidad de exportar?
– Si se llegara a dar nos pasaría lo mismo que nos ocurre a nivel local. Hay una limitación y la idea es que sea una línea más exclusiva con una cantidad limitada de productos. Porque es muy difícil pensarlo a gran escala.
– Siendo abogada y ya conociendo el sector de fabricación de muebles. ¿Qué opinión general o qué pantallazo podés dar sobre el sector muebles? ¿Qué te ha llamado la atención, qué podrías destacar y cuánto margen hay para crecer?
– Yo creo que hay muchas posibilidades de crecer. Estuvimos hace poco tiempo en Corrientes y en Misiones y nos sorprendió la cantidad de gente que exporta eucalipto y pino en bruto. Hoy por hoy estamos exportando insumos. Hay un mundo que tiene que conocer nuestras maderas. Pero, por ahí necesitamos ser un poco más competitivos en precios. Hay una realidad que hoy es difícil competir con China o con Asia. Porque ésa es hoy la gran limitación que tenemos.
– ¿Cómo afecta al mercado interno la mencionada inflación en dólares? Más teniendo en cuenta que un competidor como Brasil ha devaluado recientemente. ¿Eso se siente?
– Sí, porque hoy por hoy muchos colegas están optando por comprar directamente los muebles en Brasil. Hoy les conviene comprar en Brasil el mueble terminado más que fabricarlo en el país. Como yo le vendo al consumidor final mi cliente no va a buscar el mueble a Brasil. Pero sí me pasa con colegas, que son mayoristas, que sí sientes este fenómeno e incluso ellos están yendo a buscar productos a Brasil. La verdad es que no sé… yo sí siento una baja en el consumo. La gran incógnita es si esto va a durar o no. Hubo tres meses muy buenos, ahora bajó de golpe y no sé cómo va a seguir.
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Fotos: Gentileza Vaca Mística.